El 5 de agosto de 1939 se cumplió el mandato de los tribunales franquistas. De allí partió la orden de fusilar a 56 personas, entre ellas trece mujeres, muchas de ellas menores, las conocidas como Trece Rosas.

Hoy, 74 años después en el cementerio de la Almudena de Madrid cientos de personas han rendido homenaje a esas mujeres asesinadas por “cometer actos delictivos contra el orden social y jurídico de la nueva España”. Su único delito, pertenecer a algún partido político de izquierda o sindicato como las JSU, PCE o UGT.

Los convocantes de la concentración han expresado la necesidad de “combatir el riesgo de que el olvido se cierna sobre los 56 compañeros asesinados”, y destacan que los valores que los ejecutados defendían son “más vigentes que nunca” en una época donde destacan “el paro, la corrupción, déficit democrático o el desmantelamiento de lo público a favor del capital”.

Las trece rosas fueron asesinadas en las tapias del cementerio del este de Madrid. Dos días antes un consejo de guerra las condenó por rebelión militar, no pudieron ni solicitar. Nueve de esas trece mujeres eran menores de 23 años.

Sus nombres:  Ana López Gallego, Luisa Rodríguez de la Fuente, Elena Gil Olaya, Victoria Muñoz García, Martina Barroso García, Virtudes González García, Dionisia Manzanero Sala, Joaquina López Laffite, Carmen Barrero Aguado, Pilar Bueno Ibáñez, Blanca Brisac Vázquez, Adelina García Casillas y Julia Conesa Conesa. Antonia Torres fue la rosa catorce, ejecutada meses después, el 19 de febrero de 1940.

En las tapias de este cementerio, según fuentes sindicales, se dieron cumplimiento a 3.000 ejecuciones, la mayoría de ellas al amanecer, “ejecuciones que cumplían las sentencias de unos tribunales ilegítimos”.

Como explican los organizadores, “todas estas personas se merecen algo más que una calle, que un monumento, necesitan que se sepa el porqué de tanta muerte y venganza”. En este sentido exigen al gobierno que “anule las sentencias de los tribunales ilegales que los juzgaron” y “una ley que condene a la dictadura y reconozca a sus víctimas y familiares los derechos que les fueron arrebatos”.

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Fuente: la marea