Los agostos capitalinos son de estampida, siguiendo la firma del Largo Caballero como ministro de Trabajo, de la famosa Ley de Contrato de Trabajo, del 21 de noviembre de 1931, por primera vez en la Historia de España, el derecho a las vacaciones pagadas para todos l@s trabajador@s… esa II República que nunca olvidamos, aunque datos como este nadie sepa de donde vinieron.

5 de agosto: Nunca faltan varios centenares de madrileños al homenaje a las Trece Rosas, todos los cinco de agosto en las tapias de Cementerio del Este, donde fueron fusiladas en esa fecha hace 76 años, junto a los cuarenta y tres claveles, que inundaron con ríos de sangre la ciudad del NO PASARÁN.

Y así volvió a repetirse en este 2015, a las puertas del cementerio los incombustibles Tere y Santi, de Tiempo de Cerezas, que con su puesto ambulante visten la entrada de colores republicanos. Unos metros más allá, en la tapias, entre placas y un mar de tumbas, los participantes empiezan a llegar.

El sol es de justicia, pero eso no amilana a veteranas militantes que guardan cientos de historias que contar de la época, ni a curtidos madrileños como los que narró Max Aub. Es el momento de saludos, de intercambios, de una resistencia memorialista que nunca ha consentido que los nombres se borren de la historia. Es el Madriz del verano, el de la resistencia, el de los camaradas que aunque no tengan siglas comparten la misma trinchera… Es el Madriz del “grano no hace granero…” y es el futuro viendo la asistencia de bastante gente joven… la esperanza…

Arrancan los micrófonos, y vuelan las palabras, cargadas de sentimientos y de honradez. Diversos miembros del Partido Comunista de Madrid, organización que asume la organización del acto, toman la palabra…

Les sigue Carlos Slepoy, abogado de la “Querella Argentina”, que hace una intervención llena de esperanza, y frente a la palabra “víctimas” ensalza la palabra “JUSTICIA”, y llama a seguir denunciando los crímenes del franquismo, porque la Justicia llegará… “El mejor homenaje es terminar con la impunidad del franquismo”

Y al final la eterna y entrañable canción de la “Joven Guardia”, voz de las Juventudes Socialistas Unificadas, donde militaban las Trece Rosas, las que defendieron nuestro futuro, y dejaron la semilla para nuestros hijos, de nuestros nietos, para que este país fuera demócrata, una República como la que asesinaron con ellas. Poco después suena “La Internacional” como cierre del acto y, aunque esté hoy mal vista y sea “políticamente incorrecta”, consigue un precioso sonido a coro formado por las veteranas y “viejos” militantes.

Nuevos saludos y hasta pronto, seguiremos viéndonos en actos en la calle, que es donde se ganan las luchas, también la de la memoria.

¡¡¡Las Trece Rosas son!!!

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Fuente: Loquesomos