No descubráis el pasado. PDF Imprimir E-mail
Nuestra Memoria - Las fosas de la Memoria
Escrito por Juan Antonio Cortés Avellano   
Viernes, 07 de Agosto de 2015 04:34

A Emilio Silva podemos atribuirle el hecho por el cual mucha gente pudiera despojase del miedo atávico que generaron los cuarenta años de dictadura y que se atrevieran a recuperar la memoria enterrada y olvidada de sus antepasados. Pero no es él el inventor de la memoria histórica. Un grupo reducido de historiadores se dedicaron a principios de los ochenta a escribir sobre la represión franquista (hasta entonces un tema tabú).



De la violencia "roja", sabíamos todo (no hablaremos de los miles de documentos que generó la Causa General en 20 años). Las calles, las iglesias los cementerios, miles de homenajes a sus mártires, a sus caídos por Dios y por la patria. Incluso, ese homenaje se hizo extensivo a los voluntarios de Hitler (División Azul).

La manipulación histórica durante el franquismo no conoció límites (algo normal en cualquier dictadura). Esa misma manipulación la han querido reeditar en estos largos años del "juancarlismo" (ahora del felipismo, parece ser que España no es una monarquía, sino un régimen monárquico personalista). El revisionismo poco éxito académico ha tenido, pero sí que ha logrado cierto alcance popular. Poca gente se atrevía a hablar bien de Franco en público y menos un político. Gallardón es un claro ejemplo de ese franquismo sociológico.


Los historiadores que nos han descubierto esa historia ignorada por la academia y por los escritores de éxito son tildados frecuentemente de historiadores "militantes". El termino militante es una adjetivación recurrente y suele usarse de forma despectiva, pero es un error. En la militancia no hay ningún deshonor. Y se puede ser militante y ser honrado. Además, depende de en donde se milite.

Militante significa "que milita". y militar, en el caso que nos atañe:" Haber o concurrir en una cosa alguna razón o circunstancia particular que favorece o apoya cierta pretensión o determinado proyecto". Por esto que, militar en el proyecto de la memoria histórica es un acto honroso y digno de mención.

Son los historiadores "equidistantes" los que suelen usar ese termino contra el "enemigo", y para más inri, son investigadores que no han abordado el tema de la represión franquista ni por asomo, y algunos, a los más que han llegado ha sido a coordinar un libro sobre "Víctimas de la Guerra Civil" y a querer convencernos en el prólogo que, ya durante los albores del "juancarlismo", no se ignoraron a las víctimas del franquismo. Es decir, que ni hubo olvido ni amnesia. La fotografía de arriba donde René Pacheco Vila explica a pie de fosa lo que les ocurrió a los dos hombres y a las dos mujeres que murieron por las balas traidoras del franquismo es una prueba clara y evidente de que todavía queda mucho por saber.

Dicen que solo nos ocupamos de las víctimas de un solo "bando". Eso es mentira. Gracias a la modernidad y a las nuevas tecnologías se puede visitar la Causa General a través de Internet sin necesidad de mover el culo de casa. No sucede lo mismo con los expedientes militares y con 10.000 documentos que siguen cerrados a cal y canto gracias a nuestros "amados" políticos.
 
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