La reacción de Pedro Sánchez a la condena a cadena perpetua en Argentina de responsables implicados en los viajes de la muerte de hace 40 años o la visita de Cifuentes a una exposición sobre Auschwitz refleja, una vez más, la contradicción que supone que nuestros políticos reivindiquen la verdad, la justicia y la reparación fuera de nuestras fronteras, mientras que rechazan que el torturador Billy el Niño sea juzgado.

 

Lo hemos vuelto a ver esta semana. Dos veces. Es la sorprendente propensión de nuestros políticos a admirar la justicia, la verdad y la reparación cuando esta se da fuera de nuestras fronteras. El mejor de los ejemplos lo ofreció Pedro Sánchez el viernes en la red social Twitter. Un día antes, había sido la presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, la que había ofrecido un ejemplo magistral. Por partes. 

El secretario general del PSOE alabó la acción de la justicia de Argentina que, "40 años después del horror", dictó una histórica sentencia que condenó a perpetua a 29 implicados en los conocidos como 'vuelos de la muerte'."Reparar la memoria. 40 años después del horror se hace justicia en Argentina. Nunca olvidaremos a las víctimas de la represión", escribió Sánchez.

El líder de los socialistas mostró de esta manera su alegría por la acción reparadora de la justicia a pesar de haber transcurrido 40 años de los horribles crímenes perpetrados por la dictadura de Argentina. Su postura, como secretario general de los socialistas, choca frontalmente con la mantenida por su partido en épocas recientes y pasadas respecto a la necesidad de juzgar los crímenes de la dictadura de Franco.

El PSOE se opuso en 2015 a extraditar precisamente a Argentina, único país que investiga la dictadura de Franco por sus posibles crímenes contra la humanidad, a los 17 cargos de la dictadura franquista que fueron reclamados por la jueza Servini. El PSOE esgrimió que los hechos por los que se reclamaba la extradición de, entre otros, el torturador Billy el Niño estaban "prescritos". "En una democracia los verdugos también tienen derechos, nosotros se los hemos dado", subrayó el diputado socialista, que pidió "explorar otras vías" que se encuentran recogidas, presuntamente, en "la Ley de Memoria Histórica".

Y aquí una vez encontramos la diferencia de criterio. En Argentina estos juicios han sido posible gracias a que el Congreso derogó las leyes de Punto Final y Obediencia Debida que en su mayoría fueron aprobadas también, como en España, por un Parlamento democrático. Pero en Argentina una nueva mayoría parlamentaria, con el apoyo de los movimientos sociales, decidió en 1998 en el Congreso Nacional derogar estas leyes, que quedaron definitivamente anuladas en 2003. La anulación fue convalidada por la Corte Suprema de Justicia de Argentina, que las declaró inconstitucionales el 14 de junio de 2005.

En España, sin embargo, PSOE y Partido Popular se han negado sistemáticamente a derogar o modificar la Ley de Amnistía y, además, se han parapetado tras ella para lamentar o justificar la impunidad del franquismo. Los socialistas han gobernado en España desde 1982 a 1996 y de 2004 a 2011 y, a pesar de la Ley de Memoria Histórica, las cunetas españolas siguen llenas de luchadores por la democracia, las víctima de Billy el Niño siguen sin ver a su verdugo tener que responder por sus actos y los familiares de Yolanda González, por ejemplo, tienen que ver como el asesino de la chica de 18 años mantiene negocios con el Estado.

Hace apenas cinco semanas, ya con Pedro Sánchez como líder, el PSOE rechazó firmar una propuesta conjunta de siete partidos en el Congreso para modificar la Ley de Amnistía de tal manera que no fuera aplicable a crímenes contra la humanidad. La iniciativa necesita del apoyo del PSOE para ser aprobada. De momento, los socialistas rechazaron firmar la propuesta en el momento de su presentación en el Congreso.

No obstante, los socialistas aún están a tiempo de apoyar esta propuesta y ayudar a que la Justicia de España también "repare la memoria". De lo contrario, la única conclusión posible es que los socialistas consideran que los crímenes cometidos por Franco o mejor dicho: los crímenes perpetrados bajo el paraguas de la dictadura de Franco fueron menos graves que los que se llevaron a cabo en dictaduras como las de Argentina. Quizá esa sea la respuesta: que todos los dictadores fueron peores que Franco. 

Cifuentes y la memoria selectiva

La “memoria selectiva” de Cifuentes, reflejada en un tuit: Auschwitz sí, Franco ya tal
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