El trágico bombardeo de la Estación de Ferrocarril de Xàtiva Imprimir
Nuestra Memoria - La Guerra Civil
Escrito por Pablo Rodríguez /levante   
Domingo, 13 de Febrero de 2011 07:28

 Foto del bombardeo de XativaEl 12 de febrero de 2011, se han cumplido 72 años del macabro bombardeo de la estación de ferrocarril de Xàtiva por la aviación fascista. Efectivamente, el 12 de febrero de 1939, en la capital de la Costera, se produjo uno de los acontecimientos más luctuosos de la guerra civil española: el bombardeo por parte de la Aviación Legionaria italiana, aliada de Franco junto con la Alemania de Hitler, de la estación de ferrocarril adonde en esos momentos llegaba un tren con militares españoles de la 49 Brigada Mixta del ejército leal a la República. Muchos y muchas han considerado oportuno denominar a este bombardeo y sus trágicas consecuencias como el Guernica valenciano.


El tren con militares españoles republicanos entró lentamente en la estación de Xàtiva, donde era esperado por un importante número de personas, entre familiares y amigos. Muchos de ellos, con enorme ilusión y valentía, habían tomado la decisión de desplazarse, desde poblaciones cercanas, andando hasta la estación de ferrocarril de Xàtiva, para ver pasar y compartir unos minutos con los militares republicanos. Muchas de estas personas eran mujeres, algunas con niñas y niños cogidos de la mano o en brazos. Sobre las 9.45 horas, cinco aviones Savoia S-79 del 27 Grupo de la Aviación Legionaria italiana con base en las islas Baleares soltaron sobre la estación y sus alrededores su mortífera carga de 20 bombas de 250 kilos. En poco tiempo, las explosiones de las bombas convirtieron todo en destrucción y desesperación, gritos, llantos y sangre, montones de cuerpos de seres humanos mutilados y sin vida.


Resultó tan horrible el bombardeo de la aviación fascista que hasta en los árboles de la explanada de la estación de Xàtiva se encontraron restos de los cuerpos de seres humanos destrozados colgando de las ramas. Un hecho tan vil y cruel que las personas que sobrevivieron nunca lo han podido borrar de su mente. El número total de muertos fue de 109, que fallecieron de inmediato durante el bombardeo, de los cuales 17 eran niños y mujeres. De los dos centenares largos de heridos, alrededor de una veintena falleció después en los centros hospitalarios.


Cuando apenas faltaban unos días para el final de la guerra civil (terminó el 1 de abril de 1939), con las defensas republicanas casi inexistentes y con el cansancio reinante entre los soldados responsables de las baterías antiaéreas y de los aviones, ¿para qué la masacre que tuvo lugar en Xàtiva? Puede que la respuesta sea la de dar un claro aviso de lo que les esperaba a los y las que se habían mantenido fieles al Gobierno legítimo y democrático de la República española.


Honrando la memoria de todas las víctimas de aquel trágico y funesto bombardeo en la explanada exterior de la estación de ferrocarril de Xàtiva hay instalado, desde 2007, un monumento llamado Aixopluc, obra del artista Miquel Mollà.

 

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Faltaban muy pocas semanas para que terminase la guerra y las fuerzas nacionales se dislumbraban como claras vencedoras, por cuanto los  republicanos se encontraban muy tocados después de la batalla del Ebro, se produjo el bombardeo de la Estación de Ferrocarril de Xàtiva por parte de la Aviazione Legionaria Italiana, justo en el momento en que llegaba un convoy de soldados de la 49 Brigada Mixta. 129 personas murieron en este bombardeo, de los cuales tres eran niños y catorce mujeres. 109 lo hicieron en el mismo lugar del ataque, y el resto en hospitales.

En el recuerdo de muchos setabenses todavía está presente aquel trágico día. Esta ofensiva final y brutal ya no tenía ningún sentido, puesto que las fuerzas nacionales tenían ganada la guerra, pero se pretendió demostrar una fuerza que intimidase a la población. El pasado domingo 9 de febrero volvieron a soltarse palomas como prueba de que sucesos como aquellos no sirven para nada, y quecualquier guerra es inútil.

Según cuenta el historiador Eladi Mainar en su opúsculo «El bombardeig de Xàtiva de 1939», el bombardeo de la ciudad de Xàtiva puede enmarcarse dentro de una serie de bombardeos de la zona costera, todavía en manos republicanas. Los objetivos principales eran los pueblos costeros además de la capital de la provincia. De esta forma el 14 de enero de 1939 se bombardeó cuatro veces Valencia, mientras que el día 20 los aparatos italianos que ayudaban a las fuerzas nacionales, dejaban caer sus bombas en la propia Valencia, Gandia, Sagunt y Dénia.

Pero es a partir del mes de febrero cuando esta ofensiva final es mucho más intensa. El día 1 se bombardea Valencia dos veces y en días posteriores sufren la ofensiva Sagunt y Gandia. La mayoría de instalaciones de las poblaciones costeras: puertos, carreteras, puentes, etc, fueron destruidos casi en su totalidad. Todas estas acciones, -según asegura Mainar- demostraban la nula eficacia de la aviación republicana y de las defensa antiaéreas emplazadas en el territorio objeto de los ataques. El ejercito y la población republicana mostraban un ánimo derrotista, esperando que terminase la guerra, pero ello no era obstáculo para que el mando franquista ordenase sucesivos bombardeos contra las tropas rebeldes ya derrotadas.

El 11 de febrero el puente de Manuel sobre el río Albaida había sido bombardeado, así como la estación, a la que se lanzaron 40 bombas de 100 kilos y 20 de 20 kilos, incendiarias, pero nadie esperaba un ataque sobre Xàtiva.

Eran las 9,45 de la mañana cuando el tren en que viajaba la 49 Brigada Mixta entraba en la estación de Xàtiva, donde un gran número de personas se encontraban esperando a los soldados. Según cuenta Eladi Mainar, aparecieron cinco aviones italianos pertenecientes al Grupo de la Aviazione Legionaria delle Baleari, una altura aproximada de 4.200 metros procedentes de la base aérea de Son Sant Joan, cerca de Palma de Mallorca. Los aviones llegaron a Xàtiva sin ningún problema y sin que nadie les hiciese frente. En ese mismo momento dejaron caer 20 bombas de 250 kilos cada una de ellas. Su estallido fue espectacular cayendo sobre el tren lleno de soldados, pero además el impacto alcanzó a muchos civiles que se encontraban en la estación, tal y como recuerdan los testigos.

Un total de 109 muertos fue el resultado de la masacre, a los que hay que añadir los que perdieron la vida días después en los hospitales a consecuencia de las heridas.

¿EL ATAQUE IBA CONTRA EL TREN?

Es difícil de creer -cuenta Mainar- que el ataque se produjese porque llegaba un tren lleno de soldados, teniendo en cuenta que la guerra estaba vista para sentencia y no hacía falta ninguna carnicería sin motivo alguno. Se cree que el objetivo era atacar el nudo de comunicaciones que era la estación de Xàtiva, como el día antes habían bombardeado la de Manuel. Posiblemente -dice el historiador- la casualidad hizo que justo en ese momento entrara por la estación el tren lleno de soldados.

El Consejo Municipal de Xàtiva se reunió un día después y en el acta de la sesión se manifestó que, «...el Alcalde se refiere a la agresión que fue víctima esta población en la mañana del domingo por la aviación facciosa, que causó gran número de víctimas e importantes desperfectos en la Estación de ferrocarril y edificios circundantes. Por unanimidad de los presentes se acuerda hacer costar en acta el sentimiento de la Corporación, así como también su más viva protesta por tan inhumano proceder de los invasores. Igualmente se acuerda telegrafiar al Jefe de la 49 Brigada Mixta, que transportada en el convoy, que fue alcanzado por las bombas, como sigue: «Corporación municipal significa protesta por salvaje bombardeo aviación facciosa y expresa su sentimiento víctimas que causó esa unidad, tantas veces gloriosa», según se recoge en el libro «República y Guerra Civil a Xàtiva» de G. Ramírez, I. Martínez, S.Garrido y J. Lluis Cebrián.

En el mismo sentido la Corporación Municipal acuerda llamar a la población para intentar normalizar la vida de la ciudad después del bombardeo, ya que muchas personas habían huido al campo. En el Bando se dice que «...en el término de 12 horas deberá quedar normalizada la vida activa de la población en todos sus aspectos; advirtiéndose que pasado dicho plazo la autoridad procederá a la requisa de locales, habitaciones y muebles que las circunstancias aconsejen».

El alcalde por su parte manda a una carta al Gobernador Civil de la Provincia con el siguiente contenido: «Tengo el sentimiento de informar a V.E. que en la mañana del domingo 12 del actual, sobre las 11 horas, fue objeto la estación f.c. de esta Ciudad y edificios circundantes de un furioso y salvaje ataque de aviación por bombardeo, ocasionando además el derribo del edificio de la estación y otros varios. Cien muertos y doscientos heridos aproximadamente, la mayoría de ellos de curiosos y familiares de soldados de la 49 brigada que pasaba en un convoy, que igualmente fue alcanzado por las bombas, que fueron a la estación para verles pasar. Las operaciones de auxilio a las víctimas comenzaron en el acto por los servicios sanitarios de la población, a los que se sumaron enseguida muchos elementos civiles y militares, todos los cuales rivalizaron en tan humanitaria y piadosa labor.

La Ciudad, aparte del consternamiento natural por un suceso de tal importancia, tan brutal como inacostumbrado, ha conservado en todo momento gran serenidad, acudiendo al sepelio de las víctimas el mismo domingo por la tarde y en cuya presidencia figuró el que suscribe, sin que como consecuencia de lo acontecido se hayan producido incidentes.

Réstame hacer presente a V.E. que tal acontecimiento no ha quebrantado la moral de ninguno ni del pueblo en general que conserva su fe inquebrantable en el destino moral de nuestra Patria. Salud y República. Játiva, 15 de febrero de 1939».

Después del bombardeo de Xàtiva todavía se vivieron momentos dramáticos -tal y como asegura Mainar- en el territorio republicano. Eran las causas que trajo la guerra a los perdedores.