En la España del PSOE y del PP, hay víctimas que viajan en primera y otras que son de tercera clase PDF Imprimir E-mail
Nuestra Memoria - El exilio republicano
Escrito por Martín Velazco   
Domingo, 20 de Noviembre de 2011 07:05

Testimonio de una "Niña de la guerra" que vive en Argentina. 

 

De su relato surge claramente que muchos politicos y gobernantes se llenan la boca hablando de "derechos humanos", "resolución de la situación de las víctimas" y luego, en la práctica, todo se reduce a poses publicitarias oportunistas y discriminadoras.

Si no lo creen, lean el caso de Maite A. (preservo su apellido para que el aparato continuista del franquismo encarnado en el PSOE-PP, no se le venga encima), y verán que los demócratas de hoy son muy cuidadosos de las billeteras del regimen.

 

Este es su relato: 

"El 18 de Julio de 1936, en pleno levantamiento fascista, mi familia vivía en un pueblo del País Vasco, llamado Pasajes de San Juan.  Ante el peligro inminente de bombardeo, salieron huyendo hacia Bilbao, donde mi hermano mayor es asesinado. 

Mientras mi padre luchaba en el frente republicano en 1937, sobrevino el bombardeo de Bilbao. Entonces, con mucho dolor en su corazón, pero para salvar la vida de sus hijos, mi madre envió a cuatro de mis hermanos a Bélgica como "niños de la guerra", y con los cinco restantes fue escapando de los franquistas.

Así, llegó a Barcelona, donde nací yo en 1938. Cuando sólo había cumplido cuatro meses, mi madre volvió a huir, conmigo y mis cinco hermanos. El destino era Francia. Luego, en junio de 1939, pasa la frontera hacia Francia nuestro padre,  lo detienen en Perpignan, y fue llevado a campo de Concentración.

Al estar en Francia se declara la 2da Guerra Mundial y dos de mis hermanos mayores son tomados prisioneros. Los alemanes los llevaron a un campo de concentración, y luego los deportaron a la Isla de Jersey, en Inglaterra, ocupada por los alemanes, y los tuvieron allí a trabajos forzados a punta de fusil. En el año 1945 al ingresar los aliados en la Isla los liberaron y regresaron a casa.

Después de haber pasado toda la guerra Civil Española y toda la segunda guerra mundial, en 1948, y ante los rumores del estallido de una tercera guerra mundial, nuestros padres decidieron traernos en el año 1950 a esta hermosa y bendita tierra que es Argentina, y donde nuestros padres por fin pudieron reunirse nuevamente con todos sus hijos y estar toda la familia junta y donde con muchísimo esfuerzo, intentaron rehacer su vida, hasta que con el correr del tiempo ambos fallecieron. 

En 2005 el gobierno español puso en marcha una ley (3/2005) donde se plantea la prestación económica a los Niños de la Guerra. La misma, según la Consejería Española en Buenos Aires donde fuimos con mi hermana a inscribirnos, establece  que debemos cobrar 6.000 euros al año, de por vida. Además, sostiene que los nietos de Niños de la Guerra pueden obtener la nacionalidad española de origen de forma inmediata, en aplicación de la Ley de la Memoria Histórica (Ley 52 / 2007, del 26 de diciembre).

Esto es lo que realmente creíamos que se pondría en marcha, pero  la realidad es muy distinta. Los 6.000 euros anuales nunca los vimos, ya que de un día para otro, la ley que era una prestación económica se convirtió en una "pensión asistencial". De esta manera nos deducen del monto total que nos corresponde por derecho, el valor de nuestras  jubilaciones (en este caso, la de Argentina). Además nos exigen declarar una Fe de vida, en la que consta si tenemos o no propiedades o si alquilamos. Si por ejemplo, no llegáramos a declarar la jubilación, nos quitan la reparación para siempre.

De allí que yo quiero preguntarle al señor  Rodríguez Zapatero: ¿Somos las víctimas del franquismo diferentes a las denominadas "víctimas de ETA", a las que les otorgan reparaciones de 400 y 500  y hasta 750 mil euros, sin preguntarles si tienen o no propiedades o cuál es su Fe de vida?

Creemos que todos y todas somos víctimas y que la reparación económica no es de ninguna manera una pensión. Por último, deseo denunciar que cuando he intentado ante el Consulado español en Argentina que mis nietos adquieran la nacionalidad de origen, también los han rechazado "por no corresponder". 

Está claro que las guerras además de ser atroces y crueles dejan infinidad de víctimas, y a éstas, la politiquería demagógica del gobierno español las divide en clases. Por lo visto, a quienes sufrimos las consecuencias del terrorismo franquista, nos ha tocado, en función de ese ninguneo, ser víctimas de tercera o cuarta categoría.

 Sr. Zapatero, ¿Dónde está la reparación del terrorismo Franquista?", termina el relato de la denunciante. 

El testimonio deja abierta muchas claves sobre el tan meneado tema de las "víctimas", que por estas épocas se suelen usar con gran ligereza en el País Vasco y sus alrededores.

"Víctimas somos todos", dice Maite, pero no duda en poner sobre la superficie la hipocresía con que se mueve el gobierno español a la hora de juzgar y reparar los crímenes producidos por el franquismo. Las víctimas del fascismo siguen viendo sus reclamos postergados y manoseados, mientras que "las otras víctimas" pasan por caja, cobran fortunas, y aún se dan el lujo de reivindicar a los verdugos que masacraron a cientos de miles de ciudadanos.

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Fuente: Resumen Latinoamericano