Sucedía hace nada. Porque 75 años debería ser nada para aceptar que la historia es cíclica, lo cual es como asumir con indolencia que bastan dos generaciones para que el aprendizaje de la historia vivida se evapore por completo.

Igual que hoy, hace 75 años, refugiados que huían de la guerra vagaban por el mundo en busca de un futuro mejor. Como hoy, muchos quedaron atrapados entre fronteras de batallas burocráticas levantadas por los estados. Tan reales y crueles como las de fuego real, las de alambradas de espino o las de los acuerdos incumplidos.

El barco "Alsina" había zarpado el 15 de enero de 1941 desde el puerto de Marsella. A bordo, un pasaje diverso formado por judíos, belgas, holandeses, franceses, alemanes y checos que escapaban de los primeros zarpazos del holocausto. Junto a ellos, refugiados españoles y vascos. Para estos era su segunda etapa en la búsqueda de un refugio tras huir de la Guerra del 36.

Un día como hoy, hace 75 años, ese barco en el que viajaban perseguidos por todos los totalitarismos permanecía atrapado en la ensenada de Dakar. Las relaciones franco-alemanas y británicas impidieron que el buque pudiera atravesar el Atlántico sin el necesario "Navy Cert" inglés, una especie de salvoconducto para navegar por el océano. En estas fechas familias enteras permanecían recluidas a bordo de la nave, en condiciones precarias. Más tarde serían enviados al Marruecos profundo, a campos de concentración levantados en el Atlas. El viaje con destino a América anunciado para quince días se convirtió en 441 días de peregrinaje en condiciones angustiosas hasta que, finalmente, en un vapor de bandera portuguesa pudieron salir de allí y llegar a México, La Habana, Venezuela y Argentina.

Una historia con demasiadas similitudes para no identificarla con lo que vemos que sucede ahora mismo en los campos de Idomeni. Demasiado cercana para que la olvidemos. La he contado rápido, como se cuentan las historias de Idomeni, todavía sin final.

La imagen reproduce la cubierta del "Alsina" dibujada por Nestor Basterretxea (1924-2014). Tenía 17 años y formaba parte de aquel pasaje de refugiados sin refugio.

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Fuente: Naiz