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Nuestra Memoria - Cultura de la Memoria

Garbo, el espíaGarbo, el espía

Joan Pujol García (Barcelona, España, 14 de febrero de 1912 - Caracas, Venezuela, 10 de octubre de 1988) conocido por su nombre en clave británico Garbo, y por su nombre en clave alemán Arabel, fue un doble agente español que con la asistencia de su esposa, Araceli González Carballo González (Lugo, España, 1914 - Madrid, 1990) desempeñó un papel clave en el éxito del desembarco en Normandía al final de la Segunda Guerra Mundial, y cuyo protagonismo aún no ha sido totalmente desvelado. La información falsa que Pujol proporcionó a Alemania ayudó a convencer a Hitler de que el ataque principal sería más tarde y en otro lugar, lo que resultó en su decisión de reducir las tropas en la zona del desembarco.

 

 

Agente del Reich

Nacido en Barcelona, Pujol desarrolló una profunda aversión hacia la Alemania Nazi y la Unión Soviética después de sus vivencias del fascismo y del comunismo en Cataluña tras la guerra civil. Alrededor de 1940, decidió que debía contribuir al final de la guerra ayudando a Gran Bretaña, único adversario de Alemania en aquellas fechas.

Araceli González se dirigió entonces a la embajada británica en Madrid, donde ofreció los servicios de su marido como espía. Tras ser rechazado ofreció sus servicios al III Reich con la intención de servir como espía doble para los aliados. Una vez aceptado por los alemanes estableció una falsa red de espías e hizo pequeños trabajos para éstos, tales como retrasmitir códigos por radio... y volvió a ofrecer sus servicios al MI5, siendo esta vez aceptado, ya que el servicio de inteligencia británico había controlado sus pasos y conocía su situación (aunque esto él nunca lo llegó a saber).

Aunque operaba inicialmente desde Lisboa, fingía a los alemanes estar en Gran Bretaña. Inventaba informes ficticios sobre movimientos de barcos mercantes, convenciéndoles con éxito de que eran datos verdaderamente valiosos, gracias a información obtenida en la biblioteca de Lisboa y noticieros del cine. Fingía viajar por toda Gran Bretaña y enviaba sus partes de gastos, según los precios que obtenía de una guía de ferrocarriles británica. Al comienzo pasó ciertos apuros al no entender correctamente el sistema británico de moneda pre-decimal (libras, chelines y peniques), pero solventó sus problemas enviando los partes gasto por gasto, y arguyendo que ya enviaría el total más tarde.

Agente doble

Llegó a Inglaterra en la primavera de 1942 y operó como agente doble bajo el auspicio del Comité XX (Sistema de la Doble Cruz), una iniciativa de la Inteligencia Británica basada en la captura de agentes alemanes y su posterior conversión en agentes dobles para labores de contraespionaje o para maniobras de desinformación del enemigo. Su trabajo principal fue el de convencer a los alemanes que había conseguido reclutar a un gran número de agentes en Gran Bretaña, algunos de ellos personas de mucha influencia y con información valiosa. La dificultad de su trabajo radicaba en que debía en todo momento fabricar informes coherentes de todos los agentes que iba inventando y que no se contradijeran entre sí, sin perder credibilidad.

A veces debía inventar razones para explicar al Abwehr por qué uno de sus agentes había sido incapaz de informar sobre alguna operación que tarde o temprano llegaría a oídos alemanes y para no descubrir que todo era una farsa. En una ocasión informó que uno de sus agentes de Liverpool había caído enfermo justo antes de un gran movimiento de flota desde ese puerto a la costa oeste de Inglaterra. Al caer supuestamente enfermo, le fue imposible a ese espía transmitir aquella información. Para dar énfasis a su historia inventada, incluso tuvo que fingir la muerte de ese agente y hasta una esquela falsa fue publicada en un diario local. De esa forma, los alemanes creyeron su historia y hasta pagaron una pensión a la viuda del agente muerto.

La información que Pujol enviaba a los alemanes era inventada por sus superiores británicos e incluía una gran parte de sucesos verdaderos para que los informes fueran más convincentes. En ocasiones, se conseguía el efecto deseado mandando información genuina pero retrasando su llegada para que el daño fuera mínimo. Para ello a veces se recurría a matasellar una carta con una fecha anterior, pero no mandándola hasta la víspera del movimiento de tropas en cuestión para que cuando llegara pareciera un retraso del servicio de correos. Los alemanes pagaban a Garbo grandes cantidades de dinero para mantener su red de agentes, que en un momento dado llegó a contar con 27 personajes ficticios. Garbo gozó de bastante credibilidad entre sus superiores (tanto de un bando como del otro), lo que le llevó a adquirir el status de "A1 Agent".

 Operación Fortitude

El trabajo de desinformación de Garbo era parte de la Operación Fortitude, que convenció a Adolf Hitler y a muchos de sus colaboradores de que la invasión aliada ocurriría en el Estrecho de Calais, a 249 km de Normandía, y que el desembarco de Normandía era sólo una maniobra para atraer a las tropas alemanas lejos de Calais. De hecho, fue tal la credibilidad de la que gozó por parte de Hitler, que incluso una vez comenzado el desembarco, siguió pensando que esta no era la verdadera invasión, sino una mera distracción para el verdadero ataque en Calais. Para cuando Hitler se dio cuenta del engaño, la Operación Overlord ya había sido un éxito y las tropas aliadas se había adentrado demasiado, por lo que la movilización de las divisiones acorazadas no tendría el mismo significado.

Existe información sobre este espía en el Imperial War Museum de Londres, que incluye material altamente sensible desclasificado.

Condecoraciones

Garbo tiene el honor de ser la primera y una de las pocas personas condecoradas con medallas de ambos bandos: la Cruz de Hierro alemana y la Orden del Imperio Británico.

 Fin de la guerra

Después de la guerra, Pujol se sintió atemorizado por posibles represarias políticas y se mudó a Venezuela, donde vivió en el anonimato. Murió en Choroní, cerca de Caracas, en 1988.

 Cinematografía

- El documental "Hitler, Garbo... y Araceli" (Lugopress / Cora), que descubre la participación de esta última, su primera esposa, en el trabajo de Garbo.

- La película documental "Garbo, el hombre que salvó al mundo" (Dirige Edmon Roch, España) ha sido galardonada con el Giraldillo de Oro al mejor documental en la sexta edición del Sevilla Festival de Cine Europeo. Esta película documental ha ganado el premio Goya a Mejor película documental del año 2009, el 14 de febrero del 2010.

La película es un thriller documental sobre espías y agentes dobles contada con fragmentos de películas, material de archivo y entrevistas que articulan el discurso de forma que atrae al espectador hacia la historia de Joan Pujol García, alias "Garbo".

Nuestro protagonista fue fichado por la Inteligencia Británica y finalmente lo convierten en agente doble; su nombre en clave: Garbo. Desde Londres, hace creer al Tercer Reich que Normandía no es más que una estrategia de despiste, ya que el verdadero desembarco aliado tendrá lugar en el Paso de Calais. He aquí la "pequeña gran contribución" de Garbo al final de la Segunda Guerra Mundial.

Tras su paso por numerosos festivales de cine internacionales, entre los que destacan Roma, Amsterdam y Sevilla, el filme se estrenó en salas comerciales españolas el 4 de diciembre de 2009.

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Wikipedia

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Garbo, el espía que salvó al mundo. Documental de Edmon Roch

 

Por J. M. CAPARRÓS LERA

Juan Pujol, hijo de un empresario textil de Olot (Girona) y de una granadina, fue un sagaz espía doble durante la II Guerra Mundial: engañó a los nazis –haciéndoles creer que el desembarco aliado sería por el Paso de Calais–, de quienes recibió la Cruz de Hierro y era conocido como "Alaric"; y trabajó para el Servicio de Inteligencia inglés, con el nombre de "Garbo", y le fue otorgada la Orden del Imperio Británico. Tras la conflagración, se hizo pasar por muerto en Angola, pero en realidad se había establecido en Venezuela, regresando a España en 1984 para reconciliarse con sus hijos. Murió en 1988, después de visitar las célebres playas donde tuvo lugar el desembarco de Normandía.

Trailer del documental

Toda esta apasionante historia –¡y mucho más!, que dejamos expresamente velada para el disfrute del espectador– nos la cuenta pormenorizadamente el debutante Edmon Roch (Girona, 1970). Este joven cineasta catalán ya había destacado antes como guionista, con Rosa Vergés (Tic Tac, 1997) y Gustavo Ron (Mía Sarah, 2006), y como productor ejecutivo, asociado o director de producción en filmes de Whit Stillman (Barcelona, 1994; The Last Days of Disco, 1998), Fernando Colomo (El efecto mariposa, 1995) o Jean-Jacques Annaud (Siete años en el Tibet, 1997), sin olvidar su colaboración con Peter Greenaway (Las maletas de Tulse Luper, 2002-2004) y Tom Tykwer (El perfume, 2006). Estamos, por tanto, ante un profesional de categoría, que acaba de producir y escribir otros dos filmes importantes: Bruc, sobre la Guerra la Independencia; y Lope, acerca de las desventuras del "Fénix de los Ingenios".

Conocí a Edmon Roch hace casi dos décadas. Comenzaba entonces a estudiar Historia del Arte en mi Facultad de la Universitat de Barcelona, y enseguida se integró en el Centre d'Investigacions Film-Història que dirijo en la UB. Fue uno de sus miembros más destacados, al tiempo que ejercía la crítica de cine en el Diari de Girona. Además, sería mi "brazo derecho" en el Congreso Internacional sobre Guerra, Cine y Sociedad, que organizamos en la misma Universidad (1992). Allí pronunció una valiosa ponencia, que constituyó el germen de su reciente libro Películas clave del cine bélico (Barcelona: Ma Non Troppo, 2008). Después de licenciarse con Premio Extraordinario fin de carrera, marchó becado por "la Caixa" a Gran Bretaña, donde se graduó en la International London Film School. Volvió de Inglaterra ya hecho un cineasta. Y, sin abandonar nunca la crítica (Guía del Ocio, especialmente), se lanzó al plató cinematográfico con una vocación a prueba de bomba: como François Truffaut, Edmon Roch parece tener celuloide en la sangre.

Y ahora lo ha demostrado con Garbo: The Spy, su ópera prima como director. Con un guión propio, en colaboración del también gerundense Isaki Lacuesta y María Hervera, es un documental de excelente calidad artística, donde su condición de cinéfilo está muy patente a lo largo del condensado metraje. Pero dejemos que el propio Roch nos hable de su voluntad creadora:

Garbo. El espía es un thriller documental sobre héroes y espías, secretos y mentiras, memoria y olvido, hecho con fragmentos de películas de Hollywood, material de archivo y efectos digitales, con una estructura que nos fuerza a elegir nuestra particular interpretación de la verdad. Juan Pujol era hijo   de una familia de la burguesía catalana del Eixample, católica y apolítica, gente de orden y de paz. Su padre, que había vivido la Semana Trágica, inculcó a los hijos la defensa de la democracia por encima de todo extremismo. Para explicar la historia del agente doble más importante del siglo XX, nada mejor que el cine.

De ahí, pues, la original utilización de fragmentos de largometrajes famosos, como Nuestro hombre en La Habana, Mr. Moto's Last Warning, El extraño, Pimpirnel Smith, El agente invisible, The Secret Code, British Intelligence, El día más largo, Patton o Mata Hari, para ensamblar el apasionante relato con entrevistas a Nigel West, experto en Inteligencia y novelista, Mark Seaman, oficial del M15, Aline Griffith, condesa de Romanones y espía durante la Segunda Guerra Mundial, o el periodista Xavier Vinader, coautor de sus memorias; así como la inclusión de noticiarios, cartoons, anuncios y películas de propaganda, junto a fotografías y filmes familiares.

Cinco años de investigación, 600 horas de entrevistas grabadas, exteriores en Londres, Berlín, Caracas y Lisboa, la labor de montaje es francamente notable, ya que mantiene en todo momento el interés del espectador, al tiempo que le lleva al análisis y a la mejor comprensión de la insólita personalidad de Juan Pujol y de la época en que le tocó sobrevivir.

Por eso, Garbo. El espía ganó el premio a la Mejor película documental en el VI Festival de Cine Europeo de Sevilla (2009), el segundo premio del prestigioso Festival de Cine Documental de Ámsterdam, a la vez que fue seleccionada en el certamen especializado de Roma de este mismo año.

Por último –y para que no se diga que la amistad me ciega en la presente valoración del filme–, veamos lo que ha escrito el nuevo crítico de La Vanguardia, Salvador Llopart, centrándose también en la figura de este singular espía catalán:

Mentir, engañar, aparentar, falsear era lo suyo. Su historia, bien conocida, a la que se han dedicado varios libros, es de película. Y por eso el hábil Roch, el cinéfilo Roch –productor y crítico en ejercicio– ha hecho lo mejor que podía hacer si no dispones de una potente maquinaria para convertir una historia así en ficción. Roch apuesta por el documental donde se cuentan los hechos. Pero la cosa no se queda ahí. Porque los hechos se subrayan, se contrastan y se matizan con fragmentos de películas –¡qué bien elegidas! ¡qué bien montadas!–, con material de archivo, efectos digitales y una banda sonora que subraya el conjunto. Hay mucho cine dentro de Garbo, cine del bueno, ese que sabe que una historia se administra en dosis para conseguir un efecto multiplicado. Garbo es, en buena medida, la historia de un gran vacío, el que deja el propio Pujol. Una incógnita por resolver hasta el final. ¡Ese tipo, Cruz de Hierro nazi, condecorado por la reina británica, pudo hacer todo eso? (Cfr. "¿Qué hiciste en la guerra, papi?", en La Vanguardia, 4-XII-2009, p. 43).

Ha sido una gran satisfacción para mí –permítaseme esta referencia personal– el brillante debut como realizador de Edmon Roch, un antiguo y generoso colaborador, verdadero amigo y excelente persona, que trabaja con un optimismo y entusiasmo contagiosos –asimismo lo demostró durante sus años de Jefe de Prensa en el Festival de Sitges–, quien ha revalorizado con este filme la importancia del documental como fuente histórica y testimonio de la Historia. Una película de no ficción, que recupera del pasado una figura mítica en la historia de la II Guerra Mundial, precisamente a través de ese Séptimo Arte que él ama no sólo con rigor, sino también con auténtica pasión.

Finalmente, la Acadèmia del Cinema Català le reconoció con sendos premios "Gaudí": Mejor guión y Mejor documental; y, días más tarde, la Academia de las Artes y Ciencias Cinematográficas de España también le galardonó con el "Goya" al Mejor documental.

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Fuente: http://www.pcb.ub.es/filmhistoria