La Institución Libre de Enseñanza y la Residencia (I) Imprimir
Nuestra Memoria - Cultura de la Memoria
Escrito por Arturo Fernández Domínguez / UCR   
Sábado, 09 de Abril de 2011 04:22

Fernando Giner de los RíosHacia la recuperación (completa) de la verdadera "memoria histórica" (republicana y socialista) de la Institución Libre de Enseñanza, el Instituto-Escuela y la Residencia de Estudiantes de Madrid; y la restauración (definitiva) de estas instituciones. "Voz" (actual) del exilio "institucionista" en México (Bernardo Giner de los Ríos y "Corporación de Antiguos Alumnos")

En Si don Francisco hubiere vivido, artículo (colaboración) de D. Germán Somolinos D'Ardois, publicado en el Boletín Extraordinario de la 'Corporación de Antiguos Alumnos' (Grupo de México), nº 80, del 18 de febrero de 1965, conmemorativo del cincuentenario de la muerte de D. Francisco Giner de los Ríos (fundador de la Institución Libre de Enseñanza) (1915-1965), afirmó respecto de éste que: "Enderezó vidas, despertó vocaciones y alcanzó a dirigir muchos años el que fuera vivero de sus futuras obras, la Institución. 

 

Pudo asistir al nacimiento de algunas hijuelas de su profundo pensar: el Museo Pedagógico, la Junta para Ampliación de Estudios, y la Residencia de Estudiantes. Pero el resto de su programa quedó como herencia para sus seguidores. El Instituto-Escuela, las Misiones Pedagógicas, y sobre todo la adopción de sus ideas sobre la manera de enseñar y de unir a los hombres, difundidas a toda la educación española, llegó mucho más tarde; cuando los discípulos que él había formado tuvieron el poder en sus manos y una República generosa -inspirada en mucho de D. Francisco-, sintió la necesidad de llevar la educación y el progreso hasta la más apartada aldea campesina de España y hasta el más humilde de sus moradores..."

"Desgraciadamente desapareció antes de ver como sus ideas y su espíritu se difundían por todos los campos de España. Pero tuvo la fortuna de ignorar la terrible lucha fratricida -en gran parte en contra de su propia ideología-. No llegó a presenciar como aquellos ideales por los cuales luchó una vida entera eran pisoteados; ni como hasta su más íntimo rincón de recogimiento era profanado por aquellos que siempre vieron en él un peligro para sus mezquinos intereses mantenidos por la ignorancia y la explotación.
La guerra le hubiera desgarrado el alma. Y, si Don Francisco hubiera vivido aquel año del Éxodo -transtierro le ha llamado Gaos-; cuando la Institución adquirió dimensión universal al dispersarse sus miembros por todo el mundo, hubiera sido el primer viajero que: ágil, ligero de equipaje y rico de contenido espiritual, habría llegado a esta nueva tierra de promisión, con la pesadumbre del espectáculo pasado, con las ilusiones de un pronto retorno y estaría hoy formando parte de este grupo de desterrados, y enterrados, que tan amorosamente recogió la acogedora tierra de México".

De una manera pues sencilla (resumida) y clara D. Germán Somolinos, secretario de la 'Corporación', nos expone su opinión acerca de cuál hubiera sido –seguramente- la posición (respuesta) personal y ética de D. Francisco Giner después de la Guerra Civil: la del partir al exilio. Hubiera sido un exiliado más; al igual como, también, su principal discípulo, D. Manuel B. Cossío (si no hubiese fallecido ya en 1935), nombrado 'Ciudadano de Honor' de la Segunda República española. Si a esta importante opinión, acerca del pasado histórico y del presente (en esos momentos) de la Institución, que forma parte de (constituye) la 'Voz' del exilio 'Institucionista' (Grupo de México) añadimos (recuperamos) también ahora la opinión de D. Bernardo Giner de los Ríos, ex-ministro de la República, último presidente de la Institución Libre de Enseñanza en España y presidente (aglutinador) de la 'Corporación de Antiguos Alumnos' (Grupo de México), respecto del futuro de la Institución, que se habría llevado a cabo si Don Bernardo Giner de los Ríos hubiera sobrevivido a la muerte del dictador Franco, cosa que –desgraciadamente- no ocurrió. La historia inmediatamente posterior y reciente de la Institución hubiera sido otra muy distinta de la que –lamentablemente- fue y es en la actualidad, pues ésta se hubiera ajustado –seguramente- con total coherencia y ética a la completa 'memoria histórica' y a su verdadero 'espíritu', cosa que continúa sin ocurrir hoy día, ya que la 'Voz' del exilio 'institucionista' ( la de la Institución 'histórica'), de orientación ideológica democrática –principalmente (fundamentalmente)- republicana y socialista, fue y es postergada, silenciada y olvidada sistemáticamente por los 'dirigentes' de la Institución 'Oficial' en España, desde la época de la 'transición democrática' hasta el día de hoy, que cuentan con todas las 'bendiciones' (políticas y religiosas) y la financiación de la España 'oficial', de la Monarquía borbónica y católica (impuesta por y heredera del franquismo), al no ser los verdaderos herederos 'intelectuales' de la Institución. Y, de esta forma -por medio (a través) de ellos- poder acabar (de una vez por todas) con el entierro 'histórico' (definitivo) de la misma. ¡No lo lograrán! (¡No pasarán, jamás!).

El plan o programa (idea central), que viene a ser (en la práctica) todo un testamento, para el futuro de la Institución Libre de Enseñanza: la restauración (definitiva) de sus principales instituciones (la Institución, el Instituto-Escuela y la Residencia de Estudiantes), de D. Bernardo Giner y la 'Corporación de Antiguos Alumnos' (Grupo de México), aparece –con total claridad- expuesto (recogido) en la Carta abierta a los compañeros de España, de la Asociación de Antiguos Alumnos del Instituto-Escuela, con motivo de la celebración del cincuentenario de la creación del Instituto-Escuela (1918), publicada en hoja impresa para su distribución y que fue también reproducida en el Boletín de dicha 'Corporación' nº 109, de octubre de 1968, donde se dice –entre otras importantes cosas- lo siguiente:

"Nos invitáis a que celebremos de algún modo los cincuenta años de la creación del Instituto-Escuela: escuela ejemplar, coeducación, espíritu de tolerancia...
...Y, es que sentimos una honda preocupación por el porvenir de España y por la vida que en esa España, que habrá de ser rehecha-vuelta a la vida, como a la vida habrá de volver nuestro Instituto-Escuela- nos esté reservada a los españoles. No somos partidarios de festejar ahora, antes de que finalicen los años dramáticos que truncaron tantas vidas españolas -las de muchos alumnos y maestros de nuestro Instituto- el cincuentenario de aquella iluminada creación. Mejor os invitaríamos a reflexionar. No estaría de más que meditásemos todos en las causas que motivaron la invención del Instituto, en aquellas otras que determinaron su corta vida –a todas luces sabidas- y en las que a la fecha prolongan su desaparición. Porque no hay, no puede haber un sucedáneo del Instituto-Escuela. Como no puede haber una España sucedánea de otra más entera. Quede esto bien claro. Entre otras razones, porque sólo en un clima de tolerancia y libertad podría volver a existir el Instituto. Entendámonos, tal como ha de ser. Y lo mismo España. Con todas las de la ley. Lo demás será apócrifo.
Por eso, si queremos que el Instituto-Escuela vuelva a la vida, y valdría la pena de hacer el intento en cuanto fuera posible, lo que nos corresponde hacer no es soslayar u olvidar los hechos tan significativos que conmovieron a España y provocaron la clausura de aquel centro de enseñanza, sino atrevernos a dar a cada uno de estos hechos su nombre, usando el lenguaje de la verdad, único que se nos enseñó...
Ved ahora cómo al pensar qué haríamos para conmemorar los cincuenta años de la creación del Instituto, de los cuales más de la mitad fueron de muerte, no se nos ocurra nada mejor que guardar silencio.
Quisiéramos, eso sí, que este silencio nuestro, mantenido durante tantos años, y a que tiene –a qué negarlo- el sentido de una protesta, fuera un silencio fecundo. Algún día, unidos de la mano, subiremos con vosotros, paso a paso, por aquella calle de los pinos, o bordeando el viejo Museo de Ciencias Naturales, hasta remontar la colina de los lirios, de la que tan injustamente fuimos desalojados, y volveremos, en un ambiente de libertad y de amor, a abrir de nuevo, en aquella atalaya, el Instituto-Escuela. ! Eso sí que sería digno de celebrarse! Un Instituto-Escuela con el mismo espíritu que tuvo siempre, con la misma tolerancia, con el mismo nombre. Pero también con un espíritu de cosa nueva. Con la juventud de España, también nueva e impetuosa a nuestro lado".

Por último, en este mismo Boletín, de nuevo D. Germán Somolinos, en su artículo (colaboración) titulado Hombres de esperanza, nos dijo –de manera iluminadora o profética- lo siguiente:

"...aquellos hombres (Cossío y Castillejo) (redactores del programa utópico del Instituto-Escuela) (obra de fe) (ensayo pedagógico novísimo), y los que con ellos emprendieron la labor, fueron hombres de esperanza, hombres que esperaban y sabían esperar. Tenían fe en su espera y estaban seguros del milagro, de la llegada del momento propicio, de la fecundidad de su obra...".

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Arturo Fernández Domínguez, hijo del exilio -republicano y socialista- español e institucionista