Víctor Cueto, Una historia para no olvidar la barbarie. Documental sobre un preso asturiano en Mauthausen Imprimir
Nuestra Memoria - Campos de concentración
Escrito por Javier G. Caso / La Voz de Asturias   
Viernes, 26 de Noviembre de 2010 06:23

La historia de Victor Cueto en Mauthausen. Sus Los descendientes durante una ofrenda floral en Mauthausen. Pedro timón

Una historia que también sufrieron más de 7.000 españoles, entre ellos un centenar de asturianos. Todos ellos fueron deportados desde Francia a partir de 1940 por su condición de republicanos y acabaron en el campo de concentración nazi de Mauthausen, en Austria.

De eso trata Víctor Cueto, número 3438. Una aproximación a la deportación asturiana en los campos nazis , un documental dirigido por Pedro Timón y que antes de su estreno mañana en Gijón en el marco del Festival Internacional de Cine, fue presentado ayer en la Consejería de Bienestar.

 

"Al personificarla he querido acercar la historia al espectador", asegura Pedro Timón, quien visitó Mauthausen por primera vez en 1980 y a quien dejaron impresionado las atrocidades que allí sufrieron miles y miles de personas, con más de cien mil muertos entre 1940 y 1945. Tras una larga peripecia que arranca en 1936 al estallar la Guerra Civil, Víctor Cueto acaba en Francia al caer Gijón en octubre de 1937. Su compromiso con la defensa de la II República le llevó a retornar a Cataluña, y a tomar de nuevo las armas para defenderla hasta la derrota final. De nuevo en Francia, y como otros muchos republicanos españoles, Cueto pasa por varios campos de refugiados hasta acabar en un batallón de trabajadores que levantaba la Línea Maginot.

Hecho prisionero, en 1940 el protagonista del documental acaba en Mauthausen. "Pasó por varios campos hasta que llegó allí al año siguiente", relata Pedro Timón, quien destaca cómo pese a ser de los primeros españoles en recalar allí, "fue de los consiguió sobrevivir" en aquel campo, como pasó con otros asturianos como Galo Ramos, Manuel Corte o David Moyano, el único que aún permanece con vida de cuantos sufrieron aquella barbarie. En su primer día en la cantera de Mauthausen, Víctor Cueto ya pudo percatarse de cómo iba a ser aquello. Uno los guardianes de las SS, un capo, se dirigió a él en alemán. "Tú, imbécil dame la pala". Como no hablaba aquella lengua, Víctor le acercó una lata, lo que tenía más a mano. Y como respuesta recibió un golpe en la espalda. Así aprendió la lengua de sus verdugos.

"Trabajó en la cantera y en la escalera de la muerte y cuando fue liberado estaba en el campo de Ebensee", explica Pedro Timón. Sobrevivió. Pero aquellos cinco años le pasaron factura y Víctor Cueto padeció tuberculosis ósea. Y a punto estuvo de fallecer cuando tras ser liberado se dio un atracón al devorar de un golpe una hogaza de pan tras tantos años de padecer hambre entre las alambradas de Mauthausen. Del momento de su liberación queda una anécdota recogida en el documental y que da cuenta de hasta qué punto Víctor Cueto quería dejar atrás aquel lugar de terror. "Cogió una bicicleta y salió corriendo con la idea de volver a España", explica en su testimonio el escritor austríaco Erich Hackl. Y pedaleó durante un buen rato hasta que lo detuvieron unos soldados americanos.

Pero la vida tiene sus paradojas. Como otro medio centenar de españoles, Víctor Cueto optó por permanecer en Austria. Todos se quedaron a vivir en un radio de 50 kilómetros alrededor de Mauthausen. ¿Por qué?. "Eran apátridas, tenían dificultades para salir de Austria y a Francia no quisieron regresar aunque les daba la nacionalidad. Se sentían traicionados", relata Timón. Sin patria los había dejado Franco, quien tras ser consultado por Hitler acerca del destino de aquellos prisioneros, afirmó que no había españoles fuera de España. De ahí que los presos republicanos portasen el triángulo azul de los apátridas. Sin embargo sus verdugos sabían muy bien de dónde procedía, como demuestra la gran letra S situada en el centro del triángulo y que aludía a su condición de spanier , es decir españoles. Pero Víctor Cueto solo fue apátrida a la fuerza, como relata su hija Silvia en el documental, "mi padre en Austria toda la vida siguió siendo español y asturiano".

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Fuente: http://lavozdeasturias.es/culturas/historia-olvidar-barbarie_0_378562175.html