Pedro Bernardo. Los candados de la memoria Imprimir
Nuestra Memoria - Las fosas de la Memoria
Escrito por Jordi Carreño Crispín / La Memoria Viva   
Jueves, 23 de Junio de 2011 00:00

Los candados de la memoriaSi hay un modo de cercenar el derecho democrático, ése..., es con cadenas y candados. Ya que estos son la más clara expresión de la pérdida de libertad para un ser humano; mientras que el espíritu y talante  democrático se representan con la tolerancia, el debate y el respeto a las leyes.

 

 También no debería obviarse que dentro del derecho y la libertad están el propio uso y disfrute de un espacio público o municipal a sus ciudadanos,  si quieren o desean disfrutar libremente  de los mismos, y aún, en el supuesto caso de que éstos sean requeridos para actos o celebraciones, los mismos deberían ser cedidos previamente al cumplimiento de los trámites  correspondientes para tal efecto y siempre y cuando no afectasen al orden y bienestar común (como no lo es en el caso que nos ocupa).

 Pues bien, una vez más la actuación de un corregidor presuntamente demócrata y vinculado a la también democrática  gaviota azul (como viene siendo habitual por otra parte en sus municipios y comunidades) que sobrevuela continuamente los pasajes de la memoria con la intención de borrar la misma de un plumazo de sus alas, nos lleva, no sólo a la demostración fehaciente de nuevo de que las hordas del franquismo pasado siguen más vivas y activas que nunca, eso sí,  mimetizadas de electos gobernantes, ediles y alcaldes que velan por el tan manido..."atado y bien atado" y que  además se permiten el lujo de obviar una ley aprobada democráticamente (como la tan discutida Ley de RMH), es decir, incumplen la ley en un claro ejemplo de desprecio,  insurrección o intifada civil;  y en un más que señalado y claro ejemplo de la libertad y democracia mal entendidas.

 El 18 de junio del presente el alcalde de este precioso paraje castellano ubicado en el Valle del Tiétar,  Pedro Bernardo (Ávila), cometió la felonía contra el derecho, la libertad y sobre todo la democracia, al impedir que los familiares de las víctimas del franquismo, les fuera negada la posibilidad de acceder al cementerio de  la localidad para celebrar  un pequeño y respetuoso acto conmemorativo a sus antecesores, en un más que claro ejemplo de comportamiento anti-democrático, de vergonzosa censura y de ilegalidad vigente, amén de ser también una prueba más de la verdadera cara del  pretérito caciquismo rural de la España más negra y profunda. Además escenificado de la peor manera posible, al evitar el acceso de los predecesores de aquellos que fueron injustamente ajusticiados por la sinrazón,  negándoles así sus derechos, con una prohibición enmascarada al más puro estilo caciquil y fascista,  dificultando e impidiendo definitivamente el acceso al sagrado recinto municipal con cadenas y cuatro candados, cuando siempre  la entrada ha estado abierta y ha sido libre para el uso de los vecinos. El acto se celebró en  sí, ya que con buen criterio se decidió efectuarlo ante las puertas del camposanto.  Más gráfico imposible.

 Cuando el olvido se disfraza de imposición y malas praxis, y estas van  acompañadas de la incorrección política, la insurrección civil de no respetar los derechos y las leyes;  y encima ésta,  se escenifica con cadenas y candados de vergüenza, a uno sólo le queda que pensar que la libertad, la democracia y el derecho están reos de las dictaduras y mentes unidireccionales, irrespetuosas y poco democráticas que campan a lo ancho de esta Iberia clandestina y que todavía anda anclada en su pasado más negro y nunca desmemoriado con la sublevación del 18 de julio de 1936, pero sí con la memoria de todos los vencidos y represaliados.

 Queda patente una vez más que nuestra democracia, el derecho y la libertad siguen secuestrados por el ayer y presos con las mismas cadenas y candados de la vergüenza que  aparecieron en  Pedro Bernardo  por obra y gracias de su insigne alcalde. Algo que por otra parte tampoco nos debe extrañar viendo que nuestro actual Jefe de Estado no es más que una reminiscencia del pasado jurado al Movimiento Nacional y a la figura del sátrapa Caudillo. Así nos va.

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 Jordi Carreño Crispín es Vicepresidente de la A. I. La Memoria Viv@