Sobre los derechos del concebido y la mujer embarazada Imprimir
Mujer y Feminismo - Mujer y feminismo
Escrito por Maite Huarte Sobrino   
Lunes, 06 de Enero de 2014 06:01

Como ya venían anunciando desde hace un tiempo, finalmente Alberto Ruiz Gallardón y el Gobierno del PP han dado luz verde al anteproyecto de ley orgánica «Para la protección de la vida del concebido y de los derechos de la mujer embarazada». Bonito y significativo título para una ley, que en efecto, lo que hace es poner por delante los derechos del nasciturus sobre los de las mujeres. Finalmente, la presión por parte de los sectores más conservadores, retrógrados, machistas y caciques de la Iglesia Católica ha logrado que el Gobierno de un Estado que, según su Constitución, es aconfesional, imponga su ideología ultra-católica a toda la sociedad, haciéndonos retroceder a una situación anterior a la que teníamos en 1985.

 

Nos llama poderosamente la atención cómo desde el PP se muestra tantísima preocupación por los fetos («la vida de los no nacidos», dicen), cuando a la vez se aplican políticas cada vez más radicales y violentas de recortes de derechos sobre las personas. Tanta preocupación por un lado y tan poca por otro: las personas desahuciadas, las paradas, las personas mayores, las sin techo, con algún tipo de diversidad funcional, los niños y niñas maltratados o los que sufren abusos en el seno de la sacrosanta familia nuclear o de la Iglesia.

Nos indigna y nos subleva la flagrante hipocresía y la doble moral que hay tras este proyecto de ley orgánica, la misma de la que Iglesia Católica y los sectores «bien pensantes» lleva haciendo gala durante siglos. Como hace 40 años, las ricas podrán abortar, aquí o en Londres, y las pobres se desangrarán en abortos clandestinos y mal practicados.

Como escribía Adrienne Rich hace ya más de un cuarto de siglo «el texto más profundo de esta ideología que nos intentan imponer no trata sobre el derecho a la vida, sino sobre el derecho a ser sexual, a separar la sexualidad de la procreación, a hacernos cargo de nuestra capacidad procreativa».

Tras este proyecto de ley no está más que una violencia brutal hacia las mujeres y a nuestra reivindicación de poder decidir sobre nuestro cuerpo y nuestra vida sexual y reproductiva. Ade- más, de ser una defensa a ultranza de la familia nuclear heterosexual como base y sustento de este sistema capitalista patriarcal que nos machaca, cada vez de una manera más evidente.

Señor Gallardón, no somos víctimas, nuestros cuerpos y nuestras vidas son nuestros, no de la Conferencia Episcopal, ni del Opus Dei, ni suyos, son nuestros y los vamos a defender.

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Fuente: Gara