"La Prostitución", Beatriz Gimeno. Preguntas y debate desde el feminismo Imprimir
Mujer y Feminismo - Mujer y feminismo
Escrito por Alba M. Moral Moya   
Miércoles, 28 de Marzo de 2012 04:54

Prostitución Beatriz Gimeno abre líneas de diálogo y reflexión alejadas del dogmatismo con el libro "La Prostitución"

Abolición o Regulación. Esta es la imagen del debate que se da entre las feministas o los sectores feministas. Debate que parece inalterable y que no encuentra puntos de unión y acuerdo, puntos que son necesarios para que se puedan tomar medidas ante las legislaciones cambiantes y casi nunca en favor de la mujer que se están dando en nuestro país sobre la prostitución. El binarismo rígido del debate no posibilita la toma de acuerdos.  

 

 

Al amparo de esta realidad y de la necesidad de analizar el debate en torno a la prostitución para poder romper la dicotomía nace el nuevo libro "La Prostitución" de la escritora, feminista y activista en favor de los derechos LGTB y expresidenta de la FELGTB, Beatriz Gimeno. 

Para nuestra autora el debate centrado en estos términos y tan reduccionista no es válido ni útil, para la resolución del conflicto, porque la prostitución, como muy bien apunta, tiene que ver con todo: con asuntos que son fundamentales para las feministas y con otros que no son específicamente feministas o exclusivamente feministas. Tiene que ver, y así nos lo va a hacer ver a través de los distintos capítulos en los que desgrana cada elemento, con la ética, la moral, en la medida que tiene que ver con las relaciones humanas; tiene que ver con la sexualidad y con los que las distintas sociedades han pensado acerca del sexo; tiene que ver con la construcción social del deseo e incluso del amor; también tiene que ver con fenómenos sociales y políticos más complejos como las migraciones globales y más concretamente las femeninas. Y desde luego la prostitución tiene que ver con el patriarcado y su distribución de roles sociales y sexuales, y de acuerdo con esto, con la desigual distribución del poder entre hombres y mujeres de renta material pero también simbólica. Y tiene, por supuesto, mucho que ver con el capitalismo, con la explotación laboral y con la organización sexual del trabajo, con la globalización, la pobreza, las desigualdades norte-sur, la omnipresencia del mercado, el neoliberalismo; tiene que ver con la creciente tendencia del capitalismo a la explotación no ya solo de la fuerza de trabajo, sino cada vez más de los cuerpos o partes de estos, especialmente los de las mujeres por su capacidad reproductiva y por nuestra situación de despoder. Pero también tiene que ver con las nuevas mentalidades postmodernas, con la sacralización del consumo y la necesidad de la satisfacción inmediata, con la idea de individualidad sin conexión con la de comunidad. Y también tiene mucho que ver con los éxitos del feminismo y la necesaria resituación de los hombres y de las masculinidades (tema este último tratado también en el libro de Rosa Cobos "Hacia una nueva política sexual. Las mujeres ante la reacción patriarcal").

 

Por tanto, en opinión de nuestra autora, en la prostitución influyen tantos factores que cualquier intento de dar explicaciones simples y unidireccionales estaría ocultando una parte importante de la cuestión. Si no se tienen en cuenta todos los factores no pasaremos de ofrecer visiones parciales.

Como premisa de este completo libro sobre el debate abierto de la prostitución nuestra autora establece que la prostitución es una institución que sirve al mantenimiento del actual orden de género (en el que las mujeres estamos en una situación de subordinación o de inferioridad), todo el sistema patriarcal se confirma, se estabiliza y se naturaliza a través de la producción y reproducción de esta práctica ( que si bien, no es la única práctica que hace esta labor, si que ella es la más importante o de las más importantes por la cantidad de elementos que conjuga). Este es uno de los argumentos centrales del libro que permea todas las argumentaciones.

El comienzo del libro va a tratar de dar una aproximación al debate de la prostitución, siempre desde posturas feministas. Un comienzo en el que se exponen las posturas en disputa, su genealogía y el estado del debate en nuestro país y en el que también nos muestra los posibles puntos de acercamiento o de unión ideológica de ambos, reconociendo que estamos ante un asunto ideológico muy complejo que afecta a mujeres particulares por un lado, con circunstancias vitales muy diferentes, pero que afecta también a la sociedad en su conjunto por otro, en cuanto que la prostitución tiene que ver con las estructuras patriarcales en las que todas vivimos. Para la autora, esta premisa debe de estar situada por encima de todas las cifras que los estudios realizados sobre prostitución nos puedan mostrar. Recoge como el debate sobre la prostitución gira en torno a dos posturas enfrentadas: antiprostitución (que se enmarcarían las posturas abolicionistas) y proprostitución (posturas regulacionistas), ambas se constituyen como dos pares opuestos dentro de dos listas argumentales que constituyen el cuerpo ideológico y argumental de cada uno de los sectores enfrentados y que se defienden como un todo, no dejando espacio a otro tipo de posturas más hibridas.

Mientras las posturas antiprostitución giran en torno a argumentos como que la prostitución es un problema moral/ético, la esclavitud más antigua del mundo, un problema de desigualdad de género, mercantilización del cuerpo humano, refuerzo de ideologías masculinas, la prostitución no es sexo, no se puede escoger libremente dedicarse a la prostitución y no hay que regular en ningún caso. Las feministas propostritución centran sus argumentos en pares contrarios a los anteriores: No es un problema moral, el oficio más antiguo del mundo, problema de clase y raza, el cuerpo se puede vender como cualquier otra mercancía, puede ser liberadora sexualmente algunas o muchas mujeres escogen dedicarse a la prostitución y hay que regular.

En el libro vamos a encontrar como cada uno de estos argumentos es desgranado y como estas afirmaciones que tan fácilmente se asumen por cada uno de los lados del conflicto tienen también en su seno un debate profundo. Para poder hacer las afirmaciones que cada uno de los sectores hace hay que tener en cuenta todos los elementos que están afectados y la sociedad en la que nos encontramos. No se puede luchar contra la prostitución sin cuestionar aspectos más complejos como son el capitalismo, la construcción de la heterosexualidad normativa, la construcción del deseo masculino o la construcción del orden social mismo.

No se puede caer en reduccionismos, entendiendo que, si la prostitución es un trabajo de ahí se deduce que hay que regular y por el contrario, si pensamos que no puede regularse es porque entendemos que no es un trabajo. En realidad el asunto que merecería la pena discutir no es si la prostitución es o no es un trabajo, sino si queremos que sea una actividad/ trabajo legitimado social, ética y políticamente. Pregunta a la que sólo podemos responder si tenemos en cuenta: qué ética es la que se sustenta y a qué moral sustenta la prostitución; qué deseamos como principal, la libertad individual o el bien común; qué modelo social sostendríamos; si la libertad individual es el bien único a proteger; qué se entiende por prostitución y qué actividades englobaría; qué mejora o desmejora pueden conseguir las mujeres que se dedican a la prostitución si se legitima socialmente; qué perjuicios podemos tener las mujeres como colectivo en nuestra lucha por la igualdad; a quién beneficia económicamente una situación de legitimación legal en un modelo de producción capitalista; qué supone socialmente esa legitimación legal, se corregirían discriminaciones de raza y clase que lleva aparejada la prostitución con una regulación o las acentuaría; qué modelo sexual masculino se fomenta con la prostitución; cúal es el beneficio para las mujeres de esos comportamientos sexuales masculinos que queremos que se legitimen legalmente; qué roles nos asigna la actividad a las mujeres; qué libertad nos concede el ejercicio de la prostitución.

Interrogantes que Beatriz Gimeno abre a lo largo de su libro y nos da argumentos conceptuales para que los repensemos. Preguntas que se abren pero en el transcurrir del libro puedes ir respondiendo. Un libro que tiene un leguaje muy fluido que puede tener un sentido didáctico para poder reconducir los debates dentro de las organizaciones y asociación feministas. Que promulga un dialogo frente a la conflictividad del debate. Y que da luz sobre puntos que desde la confrontación no vemos, puntos que pueden servir para poder llegar a un acuerdo.

-------

Fuente: Tercera Información