#MeToo , piropos y puritanos Imprimir
Mujer y Feminismo - Mujer y feminismo
Escrito por Fernando Garrido   
Miércoles, 07 de Febrero de 2018 05:35

“La mujer fue la primera forma de dinero” F. Engels.

 La “dominación masculina” se puede producir en toda interacción entre hombres y mujeres.  Y viene determinada por una atribución cultural, estructural y apriorística en la asignación de estatus  socialmente desiguales  a los individuos  en virtud del sexo biológico. En eso consiste el género. De esta forma la dominación,  yen coherencia con esta descripción, no se efectúa entre el sexo masculino sobre el sexo femenino; sino entre el género masculino sobre el género femenino.

La dominación es un relación de género y no una relación sexual.  No hay nada en la sexualidad masculina   o en la sexualidad  de las mujeres, que conduzca necesariamente a la desigualdad y la dominación de género. Por tanto la dominación masculina  no sólo no es un  asunto  sexual , sino que es lo contrario; una relación de imposición. No es una relación entre dos, o más, sujetos; sino de un sujeto (género masculino) con  un objeto o cosa  (género femenino). Esta relación de dominación es una construcción social (selección cultural) que nada tiene que ver con la selección natural no cultural  relativamente reciente (patriarcado, 10.000  años) en la historia evolutiva.

Ninguna de las propiedades fenotípicas   singulares que diferencian a los sexos esta correlacionada causalmente  con los estatutos desiguales que se atribuyen a los géneros. Como hemos dicho esta dominación se manifiesta y se produce en todos los campos de las interaccione sociales: trabajo, lenguaje, metabolismo, salud y también en el sexo  pero no especialmente en el sexo, como el inconsciente  colectivo moderno parece creer. Es profundamente patriarcal creer que lo más relevante para la identidad femenina  es la identidad sexual. porque eso seria pensar como decía Hegel “que la esencia y destino de la mujer es la anatomía”, o sea; la codificación. El tratamiento que gran parte de la pornografía da, no al cuerpo, ni a la sexualidad, como se suele decir;  sino a la mujer misma, no es muy distinto del que le da dado el trabajo o el lenguaje.

La campaña #MeToo contra los abusos sexuales en el mundo del espectáculo no es una campaña contra la sexualidad, como se ha querido presentar calificándola de “puritana”, sino todo lo contrario es un campaña a favor  de la sexualidad humana y contra la dominación masculina. No hay nada más opuesto al puritanismo sexual que el feminismo.  Al igual que las campañas contra el lenguaje machista  no pretende abolir el lenguaje sino enriquecerlo pasando desde el monólogo patriarcal al dialogo plural. #MeToo va de dominación no de sexo, de violencia no de deseo. Que no nos confundan hablando de “libertad sexual”  por que bajo ese manto se esconde, como bajo el manto de la libertad de mercado ,  la más antigua esclavitud.

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Fuente: Paralelo 36