8 de marzo: nos sobran los motivos PDF Imprimir E-mail
Mujer y Feminismo - Violencia contra la Mujer
Escrito por Berta Cao   
Sábado, 08 de Marzo de 2014 00:00

8_de_marzo_movimiento_feministaLa conmemoración del Día Internacional de las Mujeres es un buen momento para analizar la evolución, o el retroceso, de la igualdad entre mujeres y hombres, para ver si es necesario seguir reivindicando derechos vetados y que son imprescindibles para el reconocimiento de las mujeres como ciudadanas. Y en este 8 de Marzo, la realidad no acompaña, no.

El mes empezó con datos que no dejan lugar a dudas. Una encuesta realizada por la Agencia de los Derechos Humanos Fundamentales de la Unión Europea, en los 28 países miembros y a 42.000 mujeres, señala que:

 

  • una de cada tres mujeres europeas (33%) entre 18 y 74 años ha sufrido, a lo largo de su vida, algún tipo de agresión física y/o sexual;
  • una de cada diez (10%) ha sufrido agresión sexual;
  • una de cada veinte (5%) ha sido violada;
  • casi la mitad (45%) ha sido acosada sexualmente en su trabajo;
  • el 12% reconoce haber sido víctima de violencia sexual antes de los 15 años y un 1% haber sido obligadas, siendo niñas, a mantener relaciones sexuales con un adulto.

Si extrapolamos los datos, el primero nos dice que alrededor de 62 millones de mujeres, en el conjunto de países de la Unión Europea, sufren o han sufrido alguna violencia física o sexual. El último indica que 21 millones han sufrido episodios de violencia sexual y entorno a 1,8 millones han sido violadas cuando eran niñas.

El perfil de España, en la encuesta, es de baja intensidad, en la línea de Chipre o Croacia. Según se indica en el informe, esto viene dado por factores relacionados con la persistencia de tabúes, la vergüenza a admitir la violencia o la creencia de que es un asunto privado. No se entiende de otra manera que en los países con menos trayectoria democrática y desarrollo social haya menos violencia de género que en aquellos con más experiencia democrática y más igualdad, como los países nórdicos, Francia o el Reino Unido –estos dos países, con un 44%–, duplican el porcentaje español.

Sobre todo es difícil pensar que estemos tan bien (con ese 22%), cuando en lo que llevamos de año son ya 17 las mujeres asesinadas por violencia de género.

Miramos hacia otro ámbito, el laboral; la situación no pinta mejor. Si recordamos que la celebración del 8 de Marzo parte de reivindicaciones laborales, entre ellas igualdad salarial, poco hemos avanzado en los más de cien años transcurridos. Según un informe del sindicato UGT presentado con motivo del Día Europeo por la Igualdad Salarial, las mujeres tendrían que trabajar 84 días más que los hombres para ganar lo mismo que ellos en un trabajo igual o de igual valor. Una brecha salarial del 23%, cinco puntos porcentuales más que en 2011.

Y más precariedad: más temporalidad, más trabajo a tiempo parcial, menos salarios, más paro (26,8% de desempleo femenino frente al 25,3% masculino); menor protección al desempleo, con una brecha de género de 8 puntos (cobertura al 37,0% de parados y al 28,8% de paradas); una tasa de empleo (50,60%) 10 puntos por debajo de la masculina. Y segregación horizontal y vertical, aunque el máximo exponente de ésta -la presencia de mujeres en los consejos de administración- se haya incrementado hasta el 16,6%.

Con este panorama, y la que está cayendo sobre la formación para el empleo, parece poco indicado (por no decir nada más fuerte) que se organicen cursos para aprender a ser prostituta, y menos que esto se venda como compromiso con las mujeres. Habrá que legalizarla, regularla o abolirla, no hay espacio aquí para extenderse en el debate, pero en cualquier caso es totalmente inapropiado ofertar esta capacitación desde postulados emancipadores. Por si quedan dudas, esta formación no la ofrecen los sindicatos, y menos los tradicionalmente llamados ‘de clase’. Y que así sea.

No podemos obviar el tema que nos ha llevado a la calle desde el 20 de diciembre, la propuesta de Gallardón sobre el aborto, que será motivo de las consignas más imaginativas, y el aborto libre, que será una de las reivindicaciones más coreadas en las manifestaciones de este 8 Marzo, por mucho que las autoridades de la iglesia, en busca de su ‘gloria’ sermoneen contra la interrupción voluntaria del embarazo, amenacen con la excomunión o exijan que la prohibición sea total, en un intento de retrotraernos no ya al final de la dictadura, sino a los tiempos de la Inquisición, donde mandaban y mangoneaban sin dar explicaciones ni a dios.

En fin… Nos discriminan, no nos respetan, no nos consideran ciudadanas. Muchas mujeres son agredidas ya en la infancia. Cuando había empleo, nos contrataban en peores condiciones que a los hombres, y en ello seguimos. Nos pagan menos, cada vez menos. Y por si fuera poco, el gobierno no quiere arrebatar el derecho a decidir sobre nuestro propio cuerpo. Sobran motivos para conmemorar el 8 de Marzo (no tantos para celebrarlo). Siguen en juego la libertad, los derechos y el respeto a la dignidad de las mujeres, que no es poco… Pero la calle sigue siendo nuestra.

 

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Cartel de la convocatoria a la manifestación del 8 de marzo realizado por el Movimiento Feminista de Madrid.

(*) Berta Cao es consultora de género y Máster en Género y Políticas de Igualdad.

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Fuente: Cuarto Poder