El tripríncipe de Asturias, Girona y Viana, Felipe de Borbón, ha asistido a la toma de posesión del reelegido presidente de la República de Nicaragua, Daniel Ortega. Según las agencias informativas, es la ocasión número 60 en que se ha desplazado a Latinoamérica para contemplar la toma de posesión de un presidente elegido democráticamente por el pueblo. Él persiste porque no ha sido elegido. Él es hijo de un rey vitalicio y hereditario, que tampoco fue elegido, sino designado sucesor por un militar sublevado contra la legítima II República, causante de una sangrienta guerra de la que derivó una sanguinaria dictadura. El dictadorísimo designó sucesor a quien le pareció más adecuado para continuar su régimen, e incluso el designado actuó en dos ocasiones como dictadorísimo en funciones por enfermedad del titular.

A continuación una entrevista imaginaria al todavía duque de Palma. Os advertimos de que la conversación es absolutamente irrespetuosa en forma y fondo. No es imposible que a alguien pueda resultarle de mal gusto. Los y las demás, lo vais a pasar en grande. A nosotros se nos saltaban las lágrimas.

JOSE: Señor Urdangarín, muchas gracias por concederme esta entrevista.

URDANGARÍN: Nada, hombre, encantado. Estoy realmente indignado con la prensa de este país.