PP y PSOE han decidido en el Congreso de los Diputados que la asignación que el Rey recibe de los impuestos que pagan las personas físicas y jurídicas que pagan impuestos (que no siempre son todas) sea en 2012 de 8.260.000 euros, un 2% inferior a la percibida en 2011.

Pese al recorte, la cantidad es escandalosamente superior (concretamente un 10.564% superior) a la recibida por el presidente del Gobierno, que será de 78.185 euros en 2012. Por este motivo, los diputados de Esquerra Republicana de Cataluña (ERC) han presentado una enmienda (rechazada por PP y PSOE) que pedía que el salario del Rey se igualase al del presidente del Gobierno.

A primera vista, no resulta nada descabellada la propuesta, en unos tiempos de crisis en los que servicios públicos esenciales se ven recortados como consecuencia de la aplicación del dogma neoliberal del llamado "déficit cero".

De todos modos, ¿es lógico que una figura meramente simbólica del Estado cobre 105 veces más que un cargo elegido democráticamente para gobernar el país?

En época de crisis, el Rey de España nos sale demasiado caro, y es posible, incluso, que no nos lo podamos permitir. Un presidente de República, con un sueldo similar al del presidente del Gobierno, resultaría igualmente simbólico, aunque mucho más económico.

En cualquier caso, y más allá de las cuestiones crematísticas, es evidente que el tiempo de don Juan Carlos I ya ha pasado. Así quedó ayer patente en el Palacio de La Zarzuela cuando el gobernador de Florida, Rick Scott, saludó al monarca –incluso antes del apretón de manos– con un tan insolente como cierto: "Yo he montado en elefantes, pero no he disparado contra ellos".

Si el Rey de España no cumple sus funciones de moderar el funcionamiento regular de las instituciones, ni defiende el contenido social de la Constitución frente a los ataques neoliberales que sufre a diario, ni representa correctamente a nuestro Estado (ya que un simple Gobernador regional de otro país se burla públicamente de sus andanzas en sus propias narices), ¿para qué le seguimos pagando los españoles y españolas un sueldo de 8.260.000 euros anuales?

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Fuente: Crónica de Aragón