Consolidado por la Historia Imprimir
Monarquía - Juan Carlos y el 23-F
Escrito por Hugo Martínez Abarca / Quien mucho Abarca   
Martes, 07 de Febrero de 2012 05:42

Juan CarlosDebe de ser eso que llaman madurez democrática que más de 30 años después nos vayamos enterando de qué pensaba nuestro Jefe de Estado sobre el 23-F a través de un documento de marzo de 1981 desclasificado y publicado ahora... en Alemania. Más de 30 años después no se han desclasificado en España las cintas en las que se grabaron las conversaciones telefónicas que se mantuvieron entre el Congreso y el exterior.

Si el 23-F fue como nos lo contaron a mayor gloria de Juan Carlos I, el democratizador, lo primero que harían los demócratas de orden sería desclasificar todo lo que haya sobre el golpe. O haber admitido la petición que hizo el coronel Martínez Inglés hace ya bastantes años al Congreso de los Diputados de investigar el 23-F a partir de un extenso documento suyo que argumentaba un relato más próximo al que se deduce de la conversación entre el monarca y el embajador alemán que de la narración consagrada. 

Con el documento de la embajada alemana pasa como con los papeles de Wikileaks: como están escritos hace mucho tiempo podemos ver si lo que anuncian se cumplió después. En los papeles de Wikileaks vimos cómo los actos del gobierno y la fiscalía para obstaculizar la investigación del asesinato de José Couso fueron tal cual los anticiparon los cables de la embajada de Estados Unidos; o que a los pocos días de prometerle al embajador una ley que contentara a la industria audiovisual estadounidense el gobierno incluyó la Ley Sinde en otra ley siguiendo los detalles que anunciaba el cable secreto. Sobre el 23-F hay un anuncio esclarecedor: que Juan Carlos I le explicó al embajador alemán que influiría en el Gobierno y en los tribunales para que el paso por la cárcel de los condenados por el golpe fuera leve.

Y efectivamente fueron saliendo uno tras otro hasta que en 1990 no quedaba más  que Tejero. En el caso de los otros dos cabecillas del golpe: Alfonso Armada (secretario general de la casa de Juan Carlos durante 17 años) fue indultado en las navidades de 1988 por el gobierno de Felipe González a petición del Tribunal Supremo alegando que Armada estaba tan enfermo que 23 (veintitrés) años después sigue vivito y suponemos que sin colear, que 90 años no se cumplen en balde: el indulto lo propuso el Ministerio de Defensa 24 horas después de que el ministro de Defensa, Narcis Serra dijera que no propondría el indulto precisamente en esas fechas. Milans del Bosch y Ussía salió en libertad, también a propuesta de los juzgados, sin que la fiscalía interpusiera recurso alguno tras un tercio de la condena; ¿quizás porque había mostrado arrepentimiento y pidió perdón? No parece: "ante las mismas circunstancias, volvería a hacer lo mismo" , "la situación de España era, y lo sigue siendo, incluso más grave que en 1936" decía el militar más monárquico de la Transición asumiendo de una tacada el 23 de febrero y el 18 de julio para demostrar su compromiso con la democracia.

Algo coincidente con el relato de Martínez Inglés, según cuya tesis el 23-F se cruzaron tres golpes de Estado más o menos coordinados: el de Milans del Bosch, el de Armada y el de Tejero. La estrafalaria entrada de éste último en el Congreso fue lo que tumbó las posibilidades de éxito del golpe de guante blanco con el que tanta gente estaba de acuerdo acaso porque "los cabecillas sólo pretendían lo que todos deseábamos. Concretamente, el restablecimiento de la disciplina, el orden, la seguridad y la tranquilidad", en palabras de Juan Carlos I al embajador alemán según éste. Tejero habría sido el elemento descontrolado, el que hacía estéticamente indigesto el golpe: sin un guardia civil con tricornio entrando a tiros y montando el numerito en el Congreso de los Diputados (una escenificación no prevista, según esta versión), el nombramiento de un gobierno de concentración con Armada al mando podía ser muy bien entendido en el exterior pero el se sienten coño restaba (al menos) elegancia estética al patriótico evento.

Responde la Casa del Rey al cable alemán de 1981 publicado ahora que no tiene nada que responder porque "la participación y actuación del rey en defensa de la democracia y la Constitución aquel 23-F está fuera de toda duda para los españoles y la comunidad internacional. Su papel ya está consolidado por la historia". Al fin y al cabo sabemos por Bono que la Historia consiste en que los perdedores deben someterse a los ganadores y Juan Carlos I siempre ha estado entre los ganadores. Gane quien gane.

----------------------

Fuente: Quien mucho abarca / Tercera Información