Supongo que la mayoría conoceréis la historia ; El 9 de Noviembre de 1.799 Napoleón Bonaparte daba el golpe de Estado contra el Directorio francés; Cincuenta años más tarde su sobrino Luis Bonaparte lo repetía contra la II República, dándole ocasión a Carlos Marx para que escribiera una de sus mejores crónicas, El 18 brumario de Luis Bonaparte, que comienza así : Hegel dice en alguna parte que todos los grandes hechos y personajes de la historia aparecen, como si dijéramos, dos veces. Pero se olvidó de agregar : una vez como tragedia y la otra como farsa. El 4 de Diciembre de 2.010, y desde la hermana República de Argentina, Juan Carlos Borbón no ha dudado en atender a su cita con la Historia. El Monarca campechano ha firmado su primer Real Decreto de Estado de Alarma en España, con motivo del desorden ocasionado por unos controladores en el tráfico aéreo, emulando, discretamente todavía, aquel "bando" de Guerra que dictó en Julio de 1.936 su padrino el Caudillo Franco.

 Si ya conocemos los entresijos del golpe que diera el fascismo contra la II República española, pasarán algunos años hasta que descubramos el que ahora se está cocinando entre bambalinas. Pero adelantemos una hipótesis : esta declaración de Estado de Alarma es un primer aviso borbónico a los navegantes que puedan sentir tentación por la insurrección. Los panaderos levantiscos de mañana serán militarizados al igual que los controladores aéreos de hoy.

Una última observación.

 Si Marx nos describía en su 18 brumario al lumpemproletariado de la Sociedad del 10 de Diciembre que apoyó aquel golpe, hoy los noticiarios de la Tele han insistido (ad nauseam) en presentarnos a sus exponentes actuales, pero en forma invertida, tal como corresponde a la representación que siempre se hace de sí misma la sociedad capitalista. Ahora, unos cuantos funcionarios privilegiados que manejan el tráfico aeroportuario (y que cobran como Príncipes), han fastidiado "el puente" a otros cuantos privilegiados que querían "viajar a Cancún", así como también a otros menos privilegiados que lo necesitaran por otras razones. En cualquier caso, todos quedáis advertidos : Controladores aéreos, panaderos que hacéis turismo, padres que acompañáis a vuestros hijos al hospital, médicos, profesores, etc. No se os ocurra rebelaros cuando llegue vuestra hora de decadencia y sufrimiento, porque un nuevo lumpemproletariado os reprochará que le fastidiéis su vida cotidiana.

 En definitiva, lucha de clases.