Felipe VI en Nochebuena nos suelta un discurso vacío e hiriente, según Centella Imprimir
Monarquía - Casa irreal
Escrito por Mundo Obrero   
Domingo, 25 de Diciembre de 2016 12:36

Si hay miles de personas que sufren las consecuencias de una de las peores crisis de nuestra historia, hay unos responsables y unas víctimas.

El secretario general del PCE, José Luis Centella, ha dicho que anoche asistimos al discurso de Navidad más vacío de contenido y distante de la historia, y eso que el listón no estaba muy alto, pone en evidencia que la monarquía es una institución vacía, incapaz de aportar nada a nuestra sociedad.

Discurso vacío, ha continuado Centella, distante de la realidad, hablar del sufrimiento que sienten miles de personas en este país como si fueran motivados por causas sobrenaturales, sin señalar a quienes han provocado los desahucios, la pobreza energética y el paro, es una muestra de cinismo, en todo caso hubiera sido un “detalle” una mínima autocrítica y señalar que si hay miles de personas que sufren las consecuencias de una de las peores crisis de nuestra historia, hay unos responsables y unas víctimas.

Además en este momento, hablar como si la crisis ya fuera cosa del pasado, no sólo es seguir el guión del Gobierno del Partido Popular, sino que es hiriente para los millones de personas que sufren el paro y la falta de los recursos necesarios para una vida digna.

Para el secretario general del PCE, lo más sangrante del discurso es la falta de una sola mención a las mujeres que este año han sido maltratadas y asesinadas, en unos momentos en los que han sido asesinadas cuatro mujeres en tres días, que no se pronuncie ni una sola palabra sobre el tema, pone en evidencia una mentalidad patriarcal y una total falta de sensibilidad hacia uno de los mayores problemas que sufre nuestra sociedad.

En definitiva, ha terminado José Luis Centella, se ha notado demasiado que esta comparecencia es un trámite para quien representa a una institución que no aporta nada a la construcción de un proyecto de Nuevo País.

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Fuente: Mundo Obrero