La diputada de Izquierda Unida-Iniciativa por Cataluña/Verdes (IU-ICV), Nuria Buenaventura, presentó ayer una pregunta al Gobierno para que justifique por qué el rey de España no pagó de su bolsillo, que es el nuestro (8,43 millones de euros al año a cargo de los Presupuesto Generales del Estado), una cinta para correr en su gimnasio de La Zarzuela valorada en algo más de 14.000 euros.

Tal utensilio, adquirido hace un par de años, se vende en el mercado con una publicidad que hace honor a su alto precio, pues asegura al sudoroso usuario que experimentará nuevas sensaciones, sentirá la embriaguez de la carrera libre o la adrenalina de la verdadera competición, emociones todas que el Patrimonio Nacional, dependiente de Presidencia del Gobierno, consideró dignas de ofrecer al monarca sin tocar la dotación económica de la que actualmente disfruta.

A fin de garantizar la máxima seguridad en su empleo, el aparato está dotado de todo tipo de dispositivos en evitación de accidentes, pues ya se sabe que de estos hay algunos en el currículo de Juan Carlos I. Dispone de pantalla de televisión y conexión a Internet, además de iPod para escuchar música, iPhone para hablar por teléfono y dispositivo fotográfico por si se quiere dar constancia en imágenes del espíritu deportivo que mueve al usuario.

Según un portavoz de la Casa Real, no hay por qué gastar del bolsillo del rey -que es el nuestro, tan y tan recortado- la cantidad desembolsada por la cinta en cuestión, pues la ley que regula el Patrimonio Nacional dice que el conjunto de bienes de la Corona son propiedad del Estado: Están al servicio de su majestad y de la familia real, pero la administración, la gestión y la conservación de los mismos corren a cargo del Patrimonio Nacional.

Pues muy bien, pero con la que está cayendo sobre el Estado y una mayoría de los ciudadanos que con sus impuestos contribuyen al mantenimiento de la Casa Real, esa razón no tiene argumento. Sobre todo porque, como recomienda la diputada Nuria Buenaventura en su escrito con lógica sobrada, si el rey tiene necesidad de hacer ejercicio, ¿no podría dar paseos por los amplios jardines de La Zarzuela en lugar de dilapidar algo más de 14.000 euros en una cinta mecánica?

Esto es, que si el monarca se ha encaprichado con ese artilugio, convendría haberle mandado a paseo antes de poner a su disposición en tiempo de crisis una sobredosis de los generosos fondos públicos de los que anualmente dispone.

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Fuente: http://www.diariodelaire.com/: