La Declaración Universal de DerechosHumanos e Individuales, el Islam y el pensamiento católico y tradicionalista de las izquierdas sociales. PDF Imprimir E-mail
Laicismo - Crítica a la religión
Escrito por Javier Fisac Seco /UCR   
Jueves, 07 de Septiembre de 2017 04:34

Durante 1.000 años de la Edad feudal de dominio absolutamente totalitario del cristianismo, reyes y emperadores gobernaban protegidos por el dios cristiano y por el papa, durante esa edad oscura e irracional y divina, en Europa sólo había siervos, súbditos de dios y de clero, señores feudales. Exactamente igual que ocurrió en la Biblia con el pueblo judío, dios, el mismo dios que les robaron los cristianos, protegió beligerantemente a sus protegidos y determino su existencia. La historia estaba guiada por su dios. Un fracaso de historia. No existían personas libres porque nadie tenía derechos, excepto el Poder. Sólo tenían deberes. Deberes para con dios. Como brillante escribió Paul Hazard en su liro “La crisis de la conciencia europea, 1680-1750”.

Para que en las sociedades occidentales hayamos podido conquistar la libertad y construirla a partir de la Declaración de Derechos Individuales y Universales, los pueblos y sus gentes tuvieron que pasar un calvario de luchas desde el siglo XVI hasta la derrota del nazismo en el siglo XX. El poder del clero y de las monarquías fue derrotado y sustituido por nuevos valores: la soberanía popular, de cada individuo cuando ejerce el derecho al sufragio y las libertades de: pensamiento, conciencian, moral, sexual, de prensa, de cómo vestirse, qué comer y qué hacer con su propia vida sin que ningún dios le tuviera que seguir diciendo lo que tiene que hacer.

Los súbditos se dieron así mismo, después de siglos de guerras y desarrollo del pensamiento político, del pensamiento científico, de la libertad de expresión en el arte, la literatura, el cine, el vestido, los anticonceptivos, el divorcio, el feminismo, la homosexualidad…todo, todos estos valores que han arrinconado a los dioses en sus cavernas de origen, a todos los dioses cristianos, no a los musulmanes, hindúes, confucianos, budistas.., y así les va, los antiguos súbditos se dieron un sistema de valores, una forma de gobierno, basada en la soberanía individual y en el sufragio, la separación de poderes…el momento culminante del triunfo de ese nuevo sistema de Valores, anticlericales y antirreligiosos, fue la proclamación de la “Declaración Universal de los Derechos Humanos”, derechos que posee cada individuo, porque estos derechos sólo pueden poseerlos y disfrutarlos los individuos.

Nunca son derechos que puedan utilizar las instituciones, los Estados, los gobiernos, las multinacionales, las religiones, las iglesias…porque si estos poderes estatales, corporativos o supraindividuales tuvieran derechos corporativos y supraindividuales o estatales acabarían con los derechos individuales. Ya que éstos fueron proclamados para no reconocer otro poder que el de cada individuo, la soberanía, que es el poder, sólo reside en los ciudadanos, como derecho de resistencia de los individuos contra el Estado, contra el Gobierno, contra Dios y sus representantes. Derecho de resistencia que cada individuo tiene contra la dominación, la opresión de dioses o Estados.

Desde entonces, las religiones, el cristianismo, le declaró la guerra a la Declaración de Derechos Universales del Hombre (de la Mujer) y del Ciudadano. Los papas, hasta el día de hoy, no han dejado de combatirlos en todas sus encíclicas. Y estuvieron a punto de acabar con ellos durante el triunfo de las dictaduras totalitarias y/o militares en las católicas y cristianas Italia fascista, Alemania nazi, España franquista, Portugal clerical, Rumanía, Polonia… afortunadamente fueron derrotados y las libertades salieron reforzadas y se consolidaron por todo el Occidente democrático.

Los dioses habían sido derrotados, pero el clero nunca se da por vencido porque tiene una teoría del poder según la cual el poder espiritual, que es el poder que solo tiene el clero, está por encima del poder político y democrático, o dictatorial. Todo poder debe someterse a la autoridad clerical. Esa es su teoría, que el clero llama, desde el siglo V, de los dos poderes, con la que se identifican todas las derechas porque no tienen más conciencia de sí mismas que la que les proporciona la moral cristiana. A la que se someten servilmente.

Como ocurre con los gobiernos de Rajoy que está imponiendo la doctrina cristiana a golpe de decreto. Franco nos la impuso por la espada y el fusilamiento. También está ocurriendo en Polonia y en Rusia, paradojas. La derecha al ser autoritaria y antidemocrática tiene que ser inevitablemente cristiana y luchar contra los derechos individuales. Algún día os enteraréis de lo que estoy diciendo. Lo siento por vosotros.

Con esta reflexión quería destacar un detalle y las consecuencias revolucionarias del mismo. La declaración de derechos fundamentales de cualquier constitución democrática, cuyo ejercicio es la única garantía de libertad y el único fundamento de legitimidad, la legalidad es otra cosa, se fundamenta en la originaria “Declaración Universal de Derechos Humanos”. Que no acataron ni la Iglesia Católica ni el Islam en ningún Estado musulmán ya que todos son teocracias y/o dictaduras. Y no aceptan más poder y derecho que el de sus dioses.

Bien, hago esta observación pensando en las actuales izquierdas sociales tan comprensivas con el islam y tan cristianas de base a falta de ideología progresista, esa que dio forma a la Declaración Universal de Derechos Humanos. Bien fijaros en un detalle: el derecho de cada individuo a ser libre, porque pueden pensar por su cuenta, difundir lo que piensan, molestar, cuestionar y criticar a la autoridad, sea estatal, civil o religiosa, ya que el derecho individual es anterior a esas instituciones y garantía de libertad contra ellas, como los derechos, a comer lo que se quiera, a acostarse con quien se quiera, a divorciarse, a ponerse o quitarse bikini, a leer lo que quiera…a no someterse a ninguna autoridad moral religiosa, a ninguna, es un derecho UNIVERSAL, además de individual.

Es UNIVERSAL, nada menos. Esto qué significa? que los musulmanes e incluso las musulmanas, porque son humanos, como tú y como yo forman parte de toda la Humanidad y por eso no pueden ser ajenos a la Humanidad, también tienen derecho a ejercer esos derechos contra la ley coránica, ley que no tiene un origen democrático pues la impone el poder teocrático, desde hace 14 siglos, a los súbditos musulmanes, que quedan bajo su autoridad moral y legal aunque vivan en sociedades democráticas. De manera que, un musulmán de Barcelona es súbdito del jefe espiritual y político que reside en otro país. Cuyo gobierno no es democrático.En Arabia Saudí, por ejemplo. O en Marruecos.

No es el acto de elegir entre el bien y el mal, la ley divina o la ley humana, lo que nos hace libres, sólo nos hace libre el ejercicio de los derechos humanos. Sólo cuando los ejercemos podemos decir que somos libres. Nadie que no haya sido previamente libre, porque ejercía los derechos humanos, puede afirmar que elige someterse al poder religioso, a la ley islámica o a la católica, en ejercicio de la libertad.

Porque para decidir someterse a esas leyes, invocando el nombre de las libertades, es de contenido imposible porque no se puede renunciar a ser libre en nombre de la libertad. La libertad sólo puede ser invocada para ser libres en su nombre nunca para ser súbditos de dios. En nombre de las libertades sólo podemos proclamar que somos libres no esclavos. Invocando la ley divina sí podemos elegir la esclavitud, la sumisión, la obediencia a las leyes coránicas o católicas, podemos proclamar que hemos elegido ser esclavos, súbditos.

Sólo se puede ser libres cuando las leyes de origen divino han sido sustituidas por leyes de origen humano. Aquéllas que los ciudadanos, sus representantes, aprueban en los parlamentos. Si la impide que ejerzamos los derechos humanos, el más mínimo, a comer lo que nos dé la gana o a vestirnos como queramos, es que estamos o bajo una dictadura religiosa o bajo la autoridad moral de un lunático religioso, llámese imán, cura o sacerdote. En cualquier caso, si algún día se organizara un partido político de ideología musulmana, tendría que jurar la constitución y, en consecuencia, tendría que renunciar a imponer la ley coránica y sustituirla por la constitucional. Si no fuera así nunca podría existir como partido legal. Podría llegar a ocurrir como en la Alemania nazi, donde Hitler instrumentalizó la libertad para imponer su dictadura. Como ejemplo, ya vale.

Junto con la desorientación ideológica de las izquierdas no anarquistas sino populistas, desvinculadas de las tradiciones ilustradas, cuyo desarrollo materialista, marxista y anarquista nos ha aportado todo el sistema de valores humanos y anticlericales, se viene impulsando una nueva contrarrevolución en nombre del liberalismo económico y la globalización como pensamiento político, económico e ideológico único.

Esta ofensiva contrarrevolucionaria forma parte inevitable de la respuesta del clero católico y, de todo el pensamiento cristiano, contra todo poder que niege el poder divino, el poder clerical y de la derecha en todas sus formas históricas de dominación. porque no es nada nuevo. La Contrarreforma católica contra el humanismo y las revoluciones político-religiosas de los siglos XVI y XVV mantuvo en guerra a toda europa durante más de cien años. Hasta que fueron derrotados. Pero el clero se reorganizó en torno a las monarquías absolutos y sobrevivió.

Tras la proclamación de los Derechos Humanos la ofensiva de la Iglesia Católica fue brutal. Todas las encíclicas de los papas hasta el siglo XX invocaban el poder absoluto del clero y del papa contra los nuevos conceptos del poder, como la soberanía popular y el sufragio. Porque también fue derrotada, impulsó, el papa León XIII, el más conscientemente reaccionario, en sus varias encíclicas propuso a la burguesía que organizara la sociedad en corporaciones para impedir que los anarquistas, marxistas y políticos liberales arrastraran a los obreros a la revolución política y social.

Su propuesta ideológica y organizativa tuvo éxito. Cincuenta años después, en Italia el fascismo, apoyado por la Iglesia, por el papa Pío XI, llegó al poder cuando apenas tenía apoyo popular. En Alemania, sin embargo, tardó diez años más en llegar, y lo hizo con mayorías electorales, como el PP dice hoy, pero insuficientes para gobernar. La Iglesia le dio ese apoyo por intermedio de su partido político, el Zentrum.Y Hitler impuso el totalitarismo. Y el mismo año que Hitler fue elegido Fhürer, ese papa, que repitió las ideas corporativas de León XIII y bendijo los totalitarismos, firmó un concordato, acuerdo o consenso, con Hitler.

La intervención de este papa contra la II República española fue descaradamente desvergonzada. Mediante una encíclica dirigida a los terratenientes españoles la “Dilectissimanobis”, les exigió que se unieran contra la República, acabaran con ella y restauraran la doctrina cristiana y el poder clerical. Acto seguido, se organizó la CEDA, cuyo líder católico, no dejaba de invocar públicamente la encíclica “Rerumnovarum” del papa León XIII, cuyo mensaje repetía Pío XI en la “Quadragessimoanno”. Reivindicaba el Estado corporativo después de conquistar el Poder por vía electoral y democrática. El mismo modelo que llevó a Hitler hasta la conquista del Poder. En poco tiempo el corporativismo dominaba en Italia, Alemania, España e Italia y se difundía por los países católicos balcánicos y en Polonia. Gobernados por dictadores católicos.

El corporativismo papal en sus versiones fascista, nazi, franquista o salazarista , tan invocado como alternativa a la democracia y al socialismo por el muy buen escritor e inteligente fascista católico español Ramiro de Maeztu, fue derrotado por la Gran alianza demócrata-stalinista contra el totalitarismo católico. Pero el papa, Pío XII, colaborador del fascismo porque éste impuso la doctrina cristiana en su sistema educativo por la vía del concordato con la Iglesia, constituyendo así en ideología del Fascismo, y del franquismo y del salazarismo…,la doctrina cristiana, pero este papa, sin pudor, como es natural en estos personajes teocráticos, autoritarios y antidemocráticos, cambió de montura finalizando la Guerra. Resignándose ante el fracaso de sus Estados corporativos.

La Iglesia y las derechas europeas y cristianas, fascistas y colaboracionistas, salieron derrotadas pero, en la coexistencia pacífica de la Guerra Fría y ante la amenaza del comunismo, encontraron un espacio político e ideológico para reorganizarse y de fascistas y colaboracionistas pasaron a presentarse como demócratas de “toda la vida”, lo mismo que hicieron los franquistas españoles en la transición, con el nombre de “democracia cristiana”. Aunque los españoles no se atrevieron a presentarse con ese título porque saben del rechazo popular que produce el nombre cristiano en la política. Lo enmascararon con otro nombre de origen católico, Partido Popular. Con esta identidad ideológica la derecha, obligada a acatar las constituciones democráticas, enmascaró su ideología católica antidemocrática.

Hoy día la Iglesia se ha constituido en defensora ideológica del liberalismo económico y de la globalización. O sea, del imperialismo. Si alguien lo pone en duda, le invito a que se lea las encíclicas del papa Juan Pablo II, tituladas:CENTESIMUS ANNUS, y VERITATIS SPLENDOR. Es revelador que en la Centessimus conmemore los cien años desde que fue publicada la “Rerumnovarum”. Si por la boca muere el pez.

Dice en el Capítulo V. de la Centessimus: “30. En la Rerumnovarum León XIII afirmaba enérgicamente y con varios argumentos el carácter natural del derecho a la propiedad privada, en contra del socialismo de su tiempo 65. Este derecho, fundamental en toda persona para su autonomía y su desarrollo, ha sido defendido siempre por la Iglesia hasta nuestros días.” Luego, como expertos en la neolengua orwelliana del doble pensamiento, de la verdad-mentira, para generar confusión, una vez fijado el principio incuestionable, regatean diciendo otras cosas que introducen confusión en el lector de buena fe. Así son. Expertos en la mentira y la doblez.

Alguien debería decirles que la propiedad privada, que esta Iglesia defiende desde sus orígenes, incluso condenando, el papa Juan XXII, a los franciscanos en su bula “Cum inter Nonnullos”, porque en el siglo XIV reivindicaron la pobreza absoluta de Cristo y sus apóstoles, la propiedad privada es la causa de la existencia de clases sociales, de ricos y pobres, de las guerras, del imperialismo, de la globalización, de la miseria que actualmente padecen, como una plaga, en América al Sur del Río Grande, de toda Africa, de toda Asia y de los países demócratas. Donde la pobreza avanza como la peste. Y sigue avanzando gracias al liberalismo y a pesar de la globalización.

Y sobre ésta, añade: “34. Da la impresión de que, tanto a nivel de naciones, como de relaciones internacionales, el libre mercado es el instrumento más eficaz para colocar los recursos y responder eficazmente a las necesidades…En este sentido se puede hablar justamente de lucha contra un sistema económico, (el socialismo)…En la lucha contra este sistema (el Capitalismo de Estado) no se pone, como modelo alternativo, el sistema socialista, que de hecho es un capitalismo de Estado, sino una sociedad basada en el trabajo libre, en la empresa y en la participación. Esta sociedad tampoco se opone al mercado, sino que exige que éste sea controlado oportunamente por las fuerzas sociales y por el Estado, de manera que se garantice la satisfacción de las exigencias fundamentales de toda la sociedad.”

“La Iglesia reconoce la justa función de los beneficios, como índice de la buena marcha de la empresa. Cuando una empresa da beneficios significa que los factores productivos han sido utilizados adecuadamente y que las correspondientes necesidades humanas han sido satisfechas debidamente”.Le pido al lector que tenga mucho cuidado con el doble lenguaje del clericalismo porque siempre, una vez hecha la afirmación del principio incuestionable, enredan de tal guisa que parece que están diciendo lo contrario.

Hoy, especialmente después de desaparecida la amenaza comunista y con la colaboración necesaria de la socialdemocracia que había renunciado a la tradición revolucionaria e ilustrada y se identificó pública e ideológicamente con el liberalismo, con los comunistas desorganizados y desaparecidos, con la única esencia revolucionaria conservada por las minorías anarquistas, entre la Iglesia, la socialdemocracia y el imperialismo norteamericano han pasado a una ofensiva contra la tradición ilustrada, democrática y fundamentada en la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Y el ataque lo presentan como si ellos, los enemigos de las libertades, fueran los defensores de la libertad.

El Gobierno de Rajoy es un gobierno dirigido por la Conferencia Episcopal y ejecutado por el Opus Dei. Están tratando de imponer, hasta con la violencia de la legalidad parlamentaria contra las libertades de la Declaración de Derechos, la doctina cristiana. Y los obispos, cada día rebuznan más. Muchos aún piensan que viven o en la Dictadura de Franco o en la Edad Media con una Inquisición que hoy representan sus organizaciones de abogados lanzados, como cruzados, contra todas las libertades. Y aquí estamos. Viendo como una nueva ofensiva contrarrevolucionaria impulsada y dirigida por la Iglesia católica pasa desapercibida a todo el mundo. O es que son católicos todos los políticos incluso los radicales.

Este maquiavelismo hortera, hipócrita y falso debería ser denunciado por las izquierdas. Pero si bien es cierto que existe una izquierda social, como Podemos y sus variaciones organizativas, brilla por su ausencia una izquierda progresista e ideológica que arrancando de las tradiciones revolucionarias las renueve, actualice y potencie. Yo, al menos no veo esta izquierda ideológica por ninguna parte. Porque Podemos y todos las organizaciones de izquierdas actuales simpatizan más con los populismos.

Por lo tanto, las gentes de las nuevas izquierdas tienen que elegir entre someterse a la autoridad religiosa y por lo tanto a un poder moral dictatorial que impide que ciudadanos residentes en Europa no puedan ejercer las libertades, proclamadas en sus constituciones y aprobadas por sus parlamentos, o propagar, difundir, defender el ejercicio de los derechos por todos los individuos que vivan en sociedades democráticas.

Y en las no democráticas porque forma parte de la tradición y herencia del pensamiento ilustrado, progresista y revolucionario denuncia, condenar y tratar de derribar los regímenes no democráticos por muy divinos o religiosos que sean. Quienes no quieran ser libres, siempre serán un enemigo, no sólo contra sí mismo, allá él, sino contra quienes somos libres. Lo coherente para quien prefiere vivir según las leyes divinas es que se vaya a vivir a sus Estados dictatoriales porque en ellos, siempre habrán alcanzado su deseo de no ser nunca libres.

El día en el que toda la Humanidad ejerza la Declaración Universal de los Derechos Individuales y Humanos, cuando cada ser humano sea libre, porque son ciudadanos y no súbditos de ningún poder religioso, ese día, los dioses, sean cristianos, musulmanes, confucianos, hindúes, budistas…habrán desaparecido de la faz de la Tierra. Pasarán a formar parte de los panteones mitológicos, junto al resto de las mitologías. Porque su Poder de dominación fue absoluto, hasta que fueron desplazados por el poder popular de la libertad, Ellos, que presumen de que su providencia ha determinado el devenir de la Humanidad,han sido, por eso mismo de lo que presumen, los responsables absolutos, de todas las miserias de la Humanidad. Y lo siguen siendo.

 

Javier Fisac Seco