PDF Imprimir E-mail
Laicismo - Crítica a la jerarquía católica

No a la Toma   (Fiesta granadina en conmemoración de la toma de Granada)La guerra y el arzobispo

 

Javier López Gijón / Granada Hoy

 

EL arzobispo de Granada en la homilía que pronunció el Día de la Toma dijo que la guerra para la conquista de Granada se hizo con "una extremada humanidad y amor" y también con "exquisitez". Comentemos brevemente cómo fue la conquista: después de unos nueve meses de estar cercada Granada se tomó por hambre, no fue por enfrentamientos bélicos donde morían principalmente los soldados, no, Granada fue sitiada y se esperó a que el hambre hiciera sus estragos entre toda la población ¿Podemos imaginarnos hoy algo más cruel? ¿Cuántas personas civiles, sin contar los soldados muertos en la guerra, murieron por hambre, por mala alimentación? ¿Cuántas madres perdieron a sus hijos recién nacidos por falta de alimentos? Una vez conquistada Granada se introduce la Inquisición, institución desconocida en estas tierras, ya sabemos la humanidad y amor, la exquisitez, que dicha institución solía poner en práctica. En la conquista de Málaga los habitantes fueron sometidos a esclavitud, sin duda una clara muestra de humanidad y amor para con los malagueños.

 

Sigue diciendo el arzobispo que una vez conquistados los derrotados eran incorporados a la Corona española. Pero lo cierto es que España no existe en esa época, decir que con la conquista de Granada aparece España carece de sentido. En estas fechas Canarias y Navarra son entidades independientes, y parece lógico que España no surja hasta que estén presentes todas las entidades que actualmente la forman. Para la mayoría de los historiadores España surge en el siglo XVIII. Símbolos tan importantes como la bandera española o la unificación monetaria con la peseta, no existen en esa época. Una de las grandes falacias de los tomistas es querer convencernos de que España surge con la conquista de Granada.

Para tener una idea de la figura de Isabel de Castilla aconsejaría la lectura del libro Ni una sola gota de sangre impura: La España inquisitorial y la Alemania nazi cara a cara, de Christiane Stallaert (Galaxia Gutenberg). Lo que la autora viene a decirnos es que la matriz ideológica de la España Inquiperial y del nazismo es la misma: guerra, persecución del otro, quema de bibliotecas, deportaciones, represión ideológica, uniformización de la sociedad, exclusión y racismo, pureza de sangre, no se puede disentir de lo que dice el poder, etc.

Uno de los grandes fenómenos que se estudiarán en el futuro, cuando se tenga más perspectiva, es el nacimiento en la segunda mitad del siglo anterior del pacifismo en la sociedad europea, de lo que hoy llamamos cultura de paz. Quizá al tener en la primera parte de ese siglo dos guerras mundiales en la sociedad europea se ha generado un amplio deseo de erradicar la guerra, de defender que los conflictos no se pueden resolver con la guerra. De hecho en el nacimiento de la Unión Europea uno de los pilares es la instauración de la paz, de superar tanta guerra como hemos tenido en Europa.

Hasta hace poco la guerra, como forma de solución de conflictos, ha contado con apoyos considerables en la población, como la primera guerra mundial que fue apoyada por todas las clases sociales. Desde hace poco más de medio siglo este pensamiento ha ido cambiando y en la actualidad es mayoritaria la idea de que los conflictos hay que resolverlos por medios distintos de la guerra, la guerra ya no es aceptable para la mayoría de la población europea. Solo con recordar las masivas manifestaciones que se produjeron contra la invasión de Irak, o como el apoyo de dicha invasión hizo caer gobiernos en Europa, podemos hacernos una idea de este fenómeno novedoso.

En España la guerra ha sido una constante desde tiempos inmemoriales. Cada generación española ha tenido una guerra (guerra civil, guerras coloniales en Africa, Cuba, etc.). Esta situación de convivir con una guerra ha llegado hasta nuestros padres, somos la primera generación que en España va a vivir sin una guerra en su vida. Los que nacimos en los años 50-60 y nuestros hijos (80-90) son las primeras generaciones que, si no pasa nada raro, van a vivir sin tener la presencia de la guerra, como la tuvieron nuestros padres, sobre todo nuestras madres, pues son las mujeres derrotadas las que más sufren las guerras, primero las pierden, igual que los hombres, pero a diferencia de estos, que en gran parte mueren, las mujeres tienen que vivir la derrota, la humillación de vivir siendo unas marcadas, unas proscritas. Como todavía está cerca esta situación en las mujeres que perdieron la guerra defendiendo la libertad en la II República no hacen falta más explicaciones.

La juventud ha subido una serie de peldaños: son pacifistas, aceptan la homosexualidad como normal, etc. mientras la iglesia sigue con un discurso que para ellos es antiguo y sin sentido. Como en este caso justificando una guerra o planteando que la homosexualidad es una enfermedad, un pecado, es antinatural y cosas por el estilo.

Para justificar el día de la Toma el arzobispo ha recurrido a ensalzar la guerra para la conquista de Granada, para terminar yo quiero mostrar mi desacuerdo con esta celebración citando la opinión que García Lorca tenía sobre la misma. En una entrevista que Luis Bagaría le hizo para el periódico El Sol, dio su opinión sobre la Toma diciendo: "Fue un momento malísimo, aunque digan lo contrario en las escuelas. Se perdieron una civilización admirable, una poesía, una astronomía, una arquitectura y una delicadeza únicas en el mundo, para dar paso a una ciudad pobre, acobardada".

------------------

Javier López Gijón es Profesor Titular de Escuela Universitaria en la Facultad de Biblioteconomía y Documentación de la Universidad de Granada.

-----------------

Fuente: http://www.granadahoy.com/article/opinion/874238/la/guerra/y/arzobispo.html