Libro. El mito de la Transición política; Franco, D. Juan, el rey, y el PSOE / PCE en la Guerra Fría PDF Imprimir E-mail
Nuestra Memoria - La Transición
Escrito por Javier Fisac Seco   
Lunes, 14 de Noviembre de 2011 00:00

El mito de la transición políticaIntroducción.

El exilio español confiaba que, terminando la Segunda Guerra Mundial, España sería invadida y restaurada la IIª República. La consecuencia hubiera sido la presencia de los comunistas en España, país que quedaría, junto con Francia e Italia, bajo la influencia de Moscú en un área de interés estratégico británico. El exilio republicano, con la excepción de Prieto y sus aliados, no entendió que su objetivo de restaurar la República quedaba en la periferia de los intereses británicos y soviéticos. De manera que ni Churchill ni Stalin movieron un dedo por restaurarla. Stalin ni tan si quiera lo movería para sustituir a Franco por una monarquía parlamentaria. En ese equilibrio de poderes y años después por el interés norteamericano por incorporar España en la esfera de intereses estratégicos que estaba organizando en el Mediterráneo y Oriente Medio, Franco pudo mantenerse en el Poder y posteriormente consolidar su posición.

 

En el área tradicional de influencia británica, el Mediterráneo y el Atlántico del Sur de Europa, que pasó a ser de interés estratégico norteamericano durante la Guerra Fría, la transición española estuvo precedida por dos transiciones: la de Portugal iniciada en abril de 1974 y la de Grecia en julio del mismo año. En ambos casos, un sector del Ejército favoreció, por acción u omisión, la transición de una dictadura militar a una democracia, el capitalismo no fue cuestionado y en ambos casos los intereses estratégicos norteamericanos fueron preservados.

Estos dos países siguieron perteneciendo a la OTAN. Grecia después de un pequeño lapsus reingresó. España no cuestionó, en ningún momento, los intereses norteamericanos acordados en 1953, para entrar de la mano del aliado socialdemócrata norteamericano, el PSOE, en la OTAN, años después; ni cuestionó los intereses de la Iglesia Católica, cuyo Concordato del mismo año, sigue sin haber sido denunciado.

En 1976 aprobada la Ley de Reforma política, se iniciaba la transición política española desde las leyes de la dictadura franquista a un sistema político democrático contenido en la Constitución de 1978. Según la Ley de Referéndum aprobada en octubre de 1945 cuando Franco se sintió más amenazado por la condena que contra él proclamó la Gran Alianza reunida en Potsdam, el pueblo español podría elegir, si era convocado para ello, una transición desde la dictadura a la democracia. En abril de 1947, tras la resolución de la ONU del 12 de diciembre de 1946 que en su segunda recomendación indicaba el deseo de que el régimen fuera sustituido por un Gobierno representativo y responsable, Franco dio el segundo paso que indicaba la salida de su propio Régimen, aprobando la Ley de Sucesión en la Jefatura del Estado. Un mes antes, en febrero, los monárquicos crean la Confederación Española de Fuerzas Monárquicas, CEFM, integrada por Gil Robles de Acción Popular, Sáinz Rodríguez de Renovación Española y Rodezno de Comunión Tradicionalista.

Al mismo tiempo, Indalecio Prieto, que había entendido que con la ley de Referéndum y la de Sucesión se podría evolucionar desde dentro del franquismo a una monarquía parlamentaria, temiendo que Franco y D. Juan se pusieran de acuerdo sin contar con los socialistas, elabora su estrategia de alianza con los monárquicos precisamente para impedir que la transición se hiciera sin la participación socialista, abandona su pasividad en el exilio mexicano, se presenta en la reunión de delegados departamentales del PSOE, toma la iniciativa y consigue, contra la posición de la Ejecutiva en Francia, que se apruebe su política de llegar a un acuerdo con los monárquicos para, vía referéndum, sustituir el Régimen franquista por una forma de gobierno monárquica o republicana. Acto seguido se pone en contacto con Bevin, Blum y otros representantes del Gobierno francés, mientras Trifón Gómez viajaba a entrevistarse con el Departamento de Estado norteamericano.

En enero de 1948, un año después de proclamada la “doctrina Truman”, el Presidente norteamericano aprobó la “normalización de relaciones con España”. Inmediatamente Culberston enviado por el Departamento de Estado se entrevista con Martín Artajo, Ministro de Exteriores español. Poco después, en febrero, D. Juan llega a Washington donde se entrevista con responsables del Departamento de Estado. Días después, el 20 de febrero, Franco reúne el Consejo del Reino cuyos miembros juran sus cargos dejando un puesto vacante para un representante de D. Juan. En marzo, Myron Taylor, que había sido representante de Truman en el Estado Vaticano, se entrevista con Martín Artajo. En marzo la Cámara de Representantes de los Estados Unidos aprobó la inclusión de España entre los países beneficiarios del Plan Marshall.

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