¡Los obispos nos llaman parásitos! Imprimir
Laicismo - Crítica a la jerarquía católica
Escrito por Arturo del Villar / UCR   
Lunes, 15 de Agosto de 2011 04:07

Martínez camino   El portavoz de la Conferencia Episcopal Española ha tenido la desvergüenza de llamarnos parásitos a los que nos proponemos ir a la manifestación contra el boato concedido en el reino a la visita del dictador vaticano, para presidir la Jornada Mundial de la Juventud. Estamos acostumbrados a las cínicas declaraciones de Martínez Camino, pero la del 12 de agosto supera todas sus insolencias anteriores.

 

   No hay seres más parásitos en el mundo, incluido el reino de España, que los servidores de la Iglesia catolicorromana. Aquí viven de los 250 millones de euros anuales que les entrega este Gobierno títere que padecemos, pese a las prohibiciones reiteradas del Parlamento Europeo, que considera ilegales los acuerdos económicos firmados en 1979 por el Gobierno de la Unión de Centro Democrático con el Vaticano, de los que emana la financiación estatal de la Iglesia catolicorromana.

   ¿Ha trabajado alguna vez en su vida Martínez Camino? ¿En qué industrias ha estado empleado el cardenal Rouco? ¿Alguien ha visto alguna vez a un cura de pueblo labrar la tierra? Son los parásitos más inútiles del reino, y los más perjudiciales, porque además de no pegar golpe engañan al pueblo inculto y crédulo con sus estúpidas mentiras, para obtener más dinero que añadir al estatal.

   Continúa vigente el nacionalcatolicismo imperante durante la dictadura. Es lógico: el sucesor designado por el dictadorísimo para mantener atado y bien atado su régimen genocida ostenta el título de rey católico, concedido por el inmundo papa Alejandro VI a Isabel y Fernando y sus sucesores. Los vasallos debemos sufragar los gastos de la llamada casa real y de la Iglesia catolicorromana: altar y trono son lo mismo desde la conversión de Recaredo. Por eso el logotipo de la Jornada Mundial de la Juventud es una cruz sobre una corona real. La única corona que llevó Jesucristo fue de espinas, pero al antiguo nazi Ratzinger, ahora rebautizado Benedicto, le gustan el boato y el oropel que le pagan los feudatarios.

 Gobiernos de títeres domesticados

   No hay Gobierno de su majestad católica que se atreva a exigir a la Iglesia romana la autofinanciación prevista en los acuerdos de 1979. El sustentado por el partido Pseudo Socialista Obrero Español (PSOE) no solamente sostiene a la Iglesia, sino que le consiente despotricar contra su legislación. El presidente Rodríguez interrumpe sus vacaciones veraniegas para venir a Madrid a recibir instrucciones del dictador del Vaticano. El artículo 16:3 de la Constitución vigente asegura que "ninguna confesión tendrá carácter estatal", pero a Rodríguez no le han servido para nada las dos clases de constitucionalismo. Ni las de economía.

   La visita del papanazi nos va a costar más de cien millones de euros a los vasallos. Están movilizados 10.000 policías nacionales, 4.000 municipales y 6.150 guardias civiles, según datos oficiales. El Ejército se halla en alerta por si se considera necesaria su intervención. Aviones y helicópteros en servicio permanente. No se han anunciado cuántas ambulancias, con el personal sanitario correspondiente, van a permanecer en los lugares donde se celebren actos. La Conferencia Episcopal no aporta ni un céntimo para cubrir esos gastos innecesarios en la habitual vida ciudadana madrileña. No importa: para eso estamos los vasallos. Y encima nos llaman parásitos. Hay que ser canallas.

   En el parque del Retiro se han montado 200 confesionarios. Constan de tres tablas ensambladas, una de ellas con el logotipo de la Jornada, más una banqueta y un minirreclinatorio. También se han instalado cabinas para evacuar las urgencias fisiológicas de curas y jóvenes, que servirán además en muchos casos para las citas íntimas que concierten. ¿Quién paga los más de 6.000 euros que representa la factura de la empresa fabricante y montadora, Carpintería y Ebanistería Emilio Úbeda Arroyo? Seguro que no lo hace Martínez Camino de su salario mensual abonado por el Gobierno. ¿Y por qué se ha elegido a esta empresa de Ávila?

Nos roban el parque y la calle

   Los confesionarios están ya protegidos por compañías de guardias nacionales y municipales, con sus correspondientes furgones. Los han acordonado hasta que empiece la orgía, y a los madrileños se nos prohíbe utilizar el paseo. Los jardines del Buen Retiro fueron propiedad real, hasta que la Gloriosa Revolución expulsó de España a la golfísima Isabel de Borbón, en que fueron donados por el Gobierno revolucionario al pueblo madrileño. Sin embargo, el actual alcalde, fervoroso papista, nos impide utilizarlos.

   Están llegando las hordas romanistas al Retiro. Se acomodan sobre el césped, sin hacer caso de los carteles que impiden pisarlo, y allí permanecen. Cuando se produzca la invasión total, quedará el parque como si hubiera pasado por allí el caballo de Atila. Nos costará mucho dinero rehabilitarlo, a los vasallos, aunque no utilizaremos confesionarios ni cabinas, porque Rouco y sus compinches seguro que no pagan los destrozos.

   Las calles están ya cortadas para levantar altares y tribunas, lo que supone un gasto añadido, y los policías nacionales y municipales nos impiden transitar por ellas a los madrileños. La calle es del papanazi. Por eso mismo, se nos ponen impedimentos a los que deseamos manifestarnos contra esta visita ignominiosa.

 Pederastas del mundo unidos

   La desvergüenza de Martínez Camino es una nadería, en comparación con lo que representa que la institución acusada de cometer violaciones de jóvenes en todo el mundo, organice una Jornada Mundial de la Juventud, para facilitar la satisfacción de la lujuria eclesiástica. El dictador del Vaticano decidió unilateralmente, sin consultar al Gobierno español, que se celebrara en Madrid en agosto de 2011, y el presidente Rodríguez acató su voluntad. Nos va a costar cien millones de euros, y tenemos cinco millones de parados sin esperanza de encontrar trabajo por el momento.

   Ratzinger va a mantener numerosas entrevistas con diversos personajes del reino, pero no se reunirá con los desempleados. Le gusta tratar con los poderosos únicamente. Sin embargo, Jesucristo predicó el evangelio solamente a los pobres, como él mismo comentó a los discípulos de Juan el bautista, y así lo recogen los evangelistas Mateo (11:5) y Lucas (7:22). Así que Ratzinger se proclama vicario de Cristo en la Tierra, pero no practica su doctrina. Es, pues, un anticristo.