¿Cuándo empezó el gran debate ideológico y político en nuestra América? ¿Con el primer informe de Colón, o al arrancar la empresa feudal de la Conquista? ¿Luego de la caída de Tenochtitlán, el Incario y el exterminio de los pueblos originarios? ¿Con la disolución de la Gran Colombia, o con las primeras aventuras de los yanquis al sur del río Bravo?
Durante los faustos del bicentenario, y en el océano de publicaciones aparecidas con motivo de la gesta independentista, hubo más dudas que certezas. En las 20 repúblicas del continente (más la colonia de Puerto Rico) y en el Estado español menudean, cuanto menos, 22 enfoques oficiales del asunto, más los incontables que no lo son.