El cóctel molotov de Grecia PDF Imprimir E-mail
Imperio - Unión Europea
Escrito por Iñigo Sáenz de Ugarte / Guerra Eterna   
Miércoles, 02 de Noviembre de 2011 05:54

PapandreuLarry Elliott retoma la conocida comparación de las deudas con los bancos. Si debes mil euros a un banco, tienes un problema. Si debes 100.000 millones, el que tiene el problema es el banco. Esa sería la jugada que ha hecho el primer ministro griego con su propuesta de convocar un referéndum sobre el último acuerdo con la UE.

El que tiene el problema es la UE porque una suspensión de pagos descontrolada de Grecia tumbaría varios bancos franceses y alemanes (ésos que París y Berlín insisten en decir que están en perfecto estado), acercaría a Italia y España al precipicio o algo peor, y quizá hasta podría suponer el fin del euro. Si el resultado de esta cadena de acontecimientos es el apocalipsis, ¿qué más da que Papandreu se haya puesto una pistola en la sien? Merkel y Sarkozy no pueden dejarle que apriete el gatillo. 

Todo es delirante. Una tormenta perfecta de estupidez. Papandreu coge a su partido y al ministro de Hacienda por sorpresa. De Merkel y Sarkozy, ya ni hablamos. Pensaban que tenían un acuerdo con Grecia. Como no es suficiente con la gigantesca repercusión en las bolsas, el ministro de Defensa decide destituir a toda la cúpula militar (entre los uniformados también hay un alto grado de malestar por los recortes de pensiones), lo que origina rumores de golpe de Estado. Seguro que son ridículos, pero hace sólo unos días no hubiéramos creído que Papandreu, después de aguantar lo que no está escrito, iba a decidir que había llegado la hora de consultar a los ciudadanos. Ya no te sorprendes por nada.

¿El destino de Europa en manos de once millones de griegos enfurecidos? ¿Es una broma?

Y coincide con la noticia de que el ministro de Hacienda tiene que ser operado de apendicitis y está haciendo llamadas telefónicas a otros ministros europeos desde la cama de un hospital. ¿Es una ópera bufa?

La experiencia de la UE con los referendos nacionales es de sobra conocida. Producen pavor porque eso que llaman la construcción europea se ha hecho siempre a partir de lo que las élites pensaban que necesitaban sus ciudadanos. Los más grandes proyectos constitucionales han sido aprobados en muchos países sólo con votaciones en los parlamentos. Se decía que los textos eran demasiado confusos (y lo eran, con esa intención se escribían). Que no había una oposición mayoritaria a esos proyectos. Por otro lado resultaban ser más importantes que la propia Constitución del país, o eso decían, pero no tanto como para que los votantes tuvieran derecho a decidir.

Lo que ocurría es que los ciudadanos se creían que la UE era garantía de prosperidad eterna. Nada podía ir mal. Y en países como España, Grecia o Portugal suponía una lluvia de miles de millones de euros. ¿Quién podía oponerse a algo así?

Ese déficit democrático está en la base de la construcción europea. No vamos a sorprendernos ahora. Sin embargo, decidir que ha llegado el momento de poner fin a eso en mitad de esta tormenta tiene mucho de huida desesperada. O me das lo que pido o prendo fuego a todo.

La artimaña de Papandreu está clara. El referéndum no se celebrará hasta que la letra pequeña del último acuerdo esté cerrada. De ahí que se haya hablado de la fecha de enero (y no sé si Italia va a llegar viva a esa fecha gracias a otro simpático sinvergüenza). Hasta entonces, la UE deberá pensarse muy bien qué condiciones ofrece a Grecia no sea que si se pasa con el hacha, los griegos voten 'no' y el verdugo termine rebanándose su propio cuello.

Dudo de que los demás gobiernos, o algunos de ellos, vayan a permitir estar dos meses a la espera de que los griegos se decidan. Ningún Gobierno va a arriesgar su pellejo para salvar el de Papandreu.

El repertorio de trucos es inagotable. La Constitución griega no permite que se celebren referendos sobre leyes fiscales aprobadas por el Parlamento. Obviamente hay unas cuantas cuestiones fiscales en el acuerdo con la UE. Pero el artículo 44 también incluye la capacidad del presidente de la República de convocar una consulta sobre asuntos nacionales cruciales previa aprobación por la mayoría absoluta del Parlamento. Como todo es una broma, ya se ocuparán de redactar una pregunta lo bastante genérica como para que no pueda ser tachada de anticonstitucional. El sí a lo que sea será un sí al Gobierno.

Aun así, todo esto puede quedarse en nada si el Gobierno no pasa la cuestión de confianza que se vota este viernes en el Parlamento. Una diputada socialista ha abandonado hoy el grupo parlamentario. A Papandreu le queda en teoría una mayoría de dos escaños. Cualquier cosa puede pasar.

Michalis Angelopoulos, presidente de un lobby europeísta en Grecia, ha dicho que la idea del referéndum podría haber tenido sentido en mayo. De ganarlo, el Gobierno habría obtenido una legitimidad que ahora le sería útil para atravesar este campo de minas. Habría servido para llevar a cabo un debate nacional sobre lo que de verdad se está jugando el país. Ahora es como un cóctel molotov. Y no le falta razón.

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Fuente: Guerra Eterna