Frente a Macron y Salvini, una Europa para la gente Imprimir
Imperio - Unión Europea
Escrito por Pablo Iglesias, Jean Luc Mélenchon, Catarina Martins y Soren Sondergaard   
Domingo, 21 de Octubre de 2018 05:30

Esta semana tiene lugar el Consejo Europeo en Bruselas. Será el primero que se celebra desde que el Gobierno austriaco, liderado por Sebastian Kurz, asumiera la presidencia del Consejo. El espectro político europeo está desplazándose hacia la extrema derecha, con la formación del Gobierno italiano de 5 Stelle y Lega, y el giro autoritario en países como Hungría o Polonia, que han dado la espalda abiertamente, entre otras cosas, al derecho internacional sobre refugio.

En el actual nivel de polarización, las posiciones de Salvini y Macron, más que rivales, resultan ser totalmente complementarias. Es precisamente la falta de solidaridad europea lo que, combinada con las políticas de austeridad, ha alimentado la xenofobia en toda Europa durante las últimas décadas y lo que ahora permite a Salvini actuar contra los inmigrantes en Italia. La presidencia de Kurz marca una profundización de las tendencias reaccionarias del espectro político europeo, alimentando el mantra de la escasez de recursos para aumentar la competencia entre las personas oprimidas. Este mantra, creado y alimentado por el neoliberalismo, unifica a las fuerzas reaccionarias desde el “extremo centro” de Macron hasta la extrema derecha de Salvini.

Como fuerzas progresistas emergentes, nos oponemos a las soluciones de una Unión Europea que adolece de una grave falta de solidaridad y respeto por los derechos humanos. Las supuestas soluciones de los últimos meses para distribuir a las personas migrantes rescatadas en el Mediterráneo en unos pocos países no son suficientes si no están basadas en una política de acogida real y duradera. A la luz de estos elementos, queremos decir alto y claro que nos oponemos a la política de fronteras de la UE impulsada por Frontex, que condena a la muerte a miles de personas en el Mediterráneo y permite que crezcan voces autoritarias como las de Salvini. También nos oponemos firmemente a la política de la Europa Fortaleza, basada en la externalización de fronteras, que viola la soberanía de terceros países y hace responsable a la UE de las muertes, violaciones y torturas que se producen contra las personas solicitantes de asilo en Libia y en toda África, mientras que se allana el camino a las mafias. Este desprecio por los derechos humanos y los principios de las normativas de acceso al refugio es una seria amenaza también para los derechos de la propia ciudadanía europea.

Además, la UE tiene enormes responsabilidades en el origen de estos movimientos migratorios, debido a las exportaciones de armas, al saqueo de recursos naturales, a las políticas de desposesión de riquezas por parte de las multinacionales o a los acuerdos de libre comercio que abren el camino a la corrupción. Sin embargo, al centrar el debate únicamente en la migración, Macron y Salvini están tratando de disimular los problemas reales de la población en Europa.

Dentro de la propia UE rechazamos la fatalidad del exilio forzado de cientos de miles de jóvenes europeos (especialmente del sur), que se ven obligados a abandonar sus países devastados por el desempleo que causan las políticas de austeridad. De la misma manera, no podemos resignarnos a la impotencia ante el aumento de las tensiones internacionales y la multiplicación de los conflictos armados que llevan a la migración forzada. Tampoco podemos abandonar la lucha por una profunda transformación ecológica del sistema productivo y energético: territorios enteros de nuestro planeta se están volviendo inhabitables, y no se trata de una evolución natural, sino que es fruto del calentamiento global generado por nuestros patrones actuales de producción y de consumo.

Defendemos una política de acogida y defensa de los derechos fundamentales para una UE que no rehúya sus responsabilidades. Como declaramos el pasado mes de junio, Europa nunca ha sido tan próspera y, al mismo tiempo, tan desigual. La aplicación de políticas de austeridad no resolvió ninguno de los problemas estructurales que condujeron a la crisis. Debemos abandonar la política de rescate a los bancos que traslada los costes a la población.

La reunión del Consejo de esta semana será la escenificación de cómo la extrema derecha intenta hacerse con el futuro de Europa. Macron y sus amigos liberales simularán oponerse a ella mientras continúan organizando la externalización de fronteras y el incremento de las expulsiones. Nuestra solución debe basarse tanto en los derechos sociales y los derechos de los trabajadores y las trabajadoras como en la defensa de nuestras instituciones democráticas y de los principios feministas, LGTBI y antirracistas. Defendemos una política de acogida genuina, digna y decente, coordinada entre todos los países europeos, así como una política de cooperación internacional, en lugar de los actuales acuerdos de libre comercio. Si nos dicen que no se puede, que esta alternativa no es posible dentro de las instituciones y los tratados europeos, les contestaremos que la reacción ante la injusticia, y la voluntad democrática y organizada de la gente, siempre ha sido el motor que ha hecho cambiar las cosas. Esta es hoy nuestra prioridad: construir una alianza internacional que ponga la solidaridad y los derechos sociales en el centro de la política y por encima de todo.

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Pablo Iglesias, secretario general de Podemos

Catarina Martins, coordinadora del Bloco de Esquerda (Portugal)

Jean-Luc Mélenchon, presidente del Grupo Parlamentario de la France Insoumise en la Asamblea Nacional (Francia)

Søren Søndergaard, diputado de Enhedslisten - Alianza Roji-Verde (Dinamarca)

 

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Fuente: CTXT