Francia: una marcha, la otra no Imprimir
Imperio - Unión Europea
Escrito por Fausto Giudice   
Martes, 13 de Junio de 2017 04:50

El mensaje de las elecciones francesas del 11 de junio queda claro: ahora hay dos Francias, la que marcha y la que no marcha (en la trampa).

El Parlamento que resultará de la segunda vuelta del 18 de junio será macroniano a ultranza y la única «oposición» consistente será de derecha, es decir, este será un Parlamento prácticamente monocromo, como después del aplastamiento de la Comuna de Paris en 1871, como después de la carnicería de 14-18, en 1919, como después del golpe de Estado blando de Gaulle, en 1958. Los socialistas sólo estarán presentes a titulo simbólico, ni siquiera con el número suficiente de cargos electos para constituir un grupo parlamentario. Los comunistas y mélenchonistas y los nacionalfrentistas tendrán una presencia microscópica, limitada a sus líderes. Los Verdes desparecen. En resumen una cámara « Macron horizonte »  que se pondrá rápidamente a trabajar  para completar la obra de destrucción social en nombre de la « modernización ».

Pero este Parlamento sólo representará menos de la mitad de los electores. En efecto, la primera constatación  que se impone es ésta: más de la mitad de los electores se abstuvieron, la tasa más alta en los sesenta años de historia de la V República. 24.400.342 de ciudadanos dijeron que no “marchaban”. 24,4 millones de ciudadanos que se negaron a dejarse encerrar en la lógica de la democracia participativa, en otras palabras virtual. 24,4 millones de ciudadanos quienes, en los meses que vienen, tendrán otras ocasiones de expresar sus necesidades y deseos, de otra manera y no a través de los elegidos. En la calle, en los lugares de vida y trabajo, resumidamente en el mundo real.

A la pregunta de un periodista de televisión: « ¿Entonces, un tercer turno en la calle? », El portavoz de la Francia insumisa mélenchonista, Alexis Corbière, respondió anoche: « Hago parte de un movimiento político, no sindical». Tenemos aquí todos los límites de este« humanismo ecológico y social» que reivindica Mélenchon, que sigue creyendo en las antiguas categorías: el social, para ellos, son los trabajadores sindicalizados, es decir el 11% de los trabajadores activos y jubilados.Los millones de precarios que constituyen las nuevas clases trabajadoras y abstencionistas, no existen. El discurso de esta «nueva izquierda» se limita a decir que no quiere que los trabajadores garantizados se sumen a las filas de los precarios, en virtud de las reformas de la legislación sobre el trabajo elaboradas por la Macronía en marcha. En resumen, la demasiado clásica " defensa de los beneficios adquiridos", perdedora de antemano frente al buldócer neoliberal macroniano.

Las revueltas lógicas de los tiempos que vienen deberán representarse a sí mismas y reinventar la democracia directa.

 
¡A las armas, ciudadanos!

¡Mayoría absoluta para los abstencionistas!

 

Traducido por  María Piedad Ossaba

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Fuente: Tlaxcala

Fuente original: bastayekfi.wordpress.com