Clases de presos, clases de dictadores Imprimir
Imperio - Latinoamérica
Escrito por Arturo del Villar / UCR   
Sábado, 21 de Enero de 2012 06:22

Cuba, Patria o Muerte  Poco le faltó a Sor Aya de Santa María para echarse a llorar durante la rueda de Prensa posterior al Consejo de Ministros, al dar cuenta de la muerte por huelga de hambre de un preso en Cuba. ¿Y por qué el Consejo de Ministros del reino de España se inmiscuyó en un asunto puramente interno de un país soberano? Cuando murió Tohuami Hamdaoui en la cárcel española de Teruel, tras cinco meses en huelga de hambre, Sor Aya no vertió ni una lágrima. Total, era un moro, y encima fue a morir el 25 de julio de 2011, festividad del apóstol Santiago, apodado Matamoros, y patrón de España. Así lo designó el cielo, para ejemplo ciudadano.

 

 

   Removiendo las guedejas que usa como toca, la monja coronel del Gobierno marianista añadió que el Gobierno del reino de España exige a las autoridades cubanas la liberación de todos los presos políticos. Podía empezar por dar ejemplo el Gobierno del reino de España, y liberar a los presos políticos vascos que tiene repartidos por las cárceles de todo el país, con objeto de mantenerlos alejados de su tierra y de su familia. Se le olvidó comentar que el Gobierno revolucionario ha indultado a tres mil presos, se dice que como un gesto hacia la anunciada visita a la isla del dictador vaticano.

   Esto sí es un error de la Revolución Cubana, aceptar la injerencia de la Iglesia romana en la vida política del país. El arzobispo de La Habana, cardenal Jaime Ortega, está amparando a las golfas de blanco desestabilizadoras de la vida común. Estas mujeres contrarrevolucionarias se reúnen en las iglesias romanistas, dirigidas por sacerdotes, para salir a manifestarse contra el Gobierno legítimo. La culpa es del Gobierno, por supuesto, ya que lo tolera. La Policía del reino de España carga contra los manifestantes que protestamos por la situación del país, y nos detiene a los que reclamamos un referéndum para elegir la forma de Estado preferida, como se ha hecho en los países europeos democráticos, ya que la monarquía fue impuesta por decisión del dictadorísimo genocida que ganó la guerra. Los vasallos de su majestad el rey católico designado sucesor por el dictadorísimo no podemos elegir al jefe del Estado. ¡Ay de quien proteste!

 

Una monarquía dictatorial

 

   Los medios de comunicación de masas aprovechan la noticia para atacar a la que llaman dictadura cubana. La Revolución convoca elecciones para designar a los representantes del pueblo en las instituciones políticas. Están a su frente los héroes de Sierra Maestra, los que hicieron posible la liberación de Cuba de la dictadura batistiana amparada por la CIA gringa, porque así lo desea el pueblo. Aunque retirado voluntariamente del poder, Fidel Castro es y será siempre el comandante en jefe de la Revolución, porque liberó a la patria como un nuevo libertador.

   Estos mismos medios de comunicación informaron el día 18 sobre la visita del jefe del Gobierno a Marruecos, y destacaron que fue cordialmente recibido por el rey. No se les ha ocurrido explicar que ese rey es un dictador que mantiene las cárceles llenas de opositores a su tiranía, que el régimen se sustenta en el Ejército y la Policía dependientes directamente de la voluntad del rey, y que la pobreza y el analfabetismo son endémicos en el reino. Ayer mismo se han quemado a lo bonzo cuatro jóvenes en Rabat, como protesta por la falta de libertades que padece el reino. Esta noticia apenas se ha comentado, mientras los informativos abrían con la muerte del huelguista cubano.

   Ese dictador real ocupa ilegalmente un territorio al que se niega a permitir celebrar un referéndum, pese a haberlo aprobado reiteradamente la Asamblea General de las Naciones Unidas. Ese territorio, el Sáhara que fue español, sufre bajo la tiranía del rey dictador absoluto de Marruecos, pero ni al rey ni al Gobierno ni a los medios de comunicación españoles les parece oportuno recordarlo. Desde luego, es una vergüenza internacional que desde hace 36 años se tolere esa ocupación.

 

El primer soldado de España

 

   Sin embargo, el rey de España se comprometió a defenderlo cuando actuaba como dictadorísimo en funciones, por enfermedad del titular. El inolvidable domingo 2 de noviembre de 1975 el entonces príncipe de España Juan Carlos de Borbón y Borbón, que había asumido interinamente la Jefatura del Estado el 30 de octubre, convirtiéndose así por segunda vez en dictadorísimo suplente, viajó a El Aaiun para reunirse con las tropas españolas que pretendían garantizar la independencia del antiguo Sáhara español. No contaban con armamento para hacerlo, pero aseguraban estar dispuestas a enfrentarse con palos y piedras a la invasión moruna de la llamada marcha verde.

   El dictadorísimo en funciones les aseguró que se ponía a su frente, y añadió esta rotunda afirmación: "Deseamos proteger también los legítimos derechos de la población civil saharaui, ya que nuestra misión en el mundo y nuestra historia nos lo exigen." Esas rimbombantes palabras sobre la misión en el mundo las había  aprendido en la fraseología huera de la dictadura, en la que tantos nos maleducamos, pero algunos jamás las utilizamos. Y concluyó la vibrante arenga con esta no menos sonora declaración: "Quiero ser el primer soldado de España." Pues sí que lo ha demostrado. Ni siquiera es el quinto de Alemania.

   Digámoslo claramente: el reino de España declara dictaduras a los gobiernos  independientes del colonialismo gringo, de los que la Cuba revolucionaria es el primer ejemplo, imitado ahora por la mayoría de los países latinoamericanos, y de la misma forma considera democracias amigas a las naciones sometidas al colonialismo gringo, como los reinos de España y de Marruecos. Por eso el rey de España llama primo al tirano de Marruecos, porque los dos sirven los intereses del Imperio. En cambio, la República de Cuba es libre e independiente.