No disparéis contra el mensajero que revela verdades incómodas PDF Imprimir E-mail
Imperio - Las Guerras USA
Escrito por Julian Assange Tlaxcala   
Jueves, 09 de Diciembre de 2010 05:29

Julian Assange

 Wikileaks merece protección, no amenazas y ataques

En 1958 un joven Rupert Murdoch, entonces propietario y editor de The News de Adelaide, escribió: "En la carrera entre el secreto y la verdad, parece inevitable que siempre vencerá la verdad".
 
Es posible que su observación haya reflejado la revelación de su padre Keith Murdoch, de que tropas australianas estaban siendo sacrificadas innecesariamente por comandantes británicos incompetentes en las costas de Gallipoli. Los británicos trataron de silenciarlo pero Keith Murdoch no dejó que lo hicieran y sus esfuerzos llevaron al fin de la desastrosa campaña de Gallipoli.


Casi un siglo después, WikiLeaks también publica intrépidamente hechos que deben ser conocidos por el público.
 
Crecí en una localidad en el campo en Queensland donde la gente decía abiertamente lo que pensaba. No tenía confianza en el gran gobierno como algo que podía ser corrompido si no era vigilado cuidadosamente. Los oscuros días de la corrupción en el gobierno de Queensland antes de la investigación Fitzgerald testimonian lo que sucede cuando los políticos amordazan a los medios para que no digan la verdad.
 
No he olvidado esas cosas. Wikileaks fue creado alrededor de esos valores centrales. La idea, concebida en Australia, fue utilizar tecnologías de Internet de nuevas maneras para informar sobre la verdad.
Wikileaks acuñó un nuevo tipo de periodismo: periodismo científico. Trabajamos con otros medios noticiosos para llevar las noticias a la gente, y también para probar que son verídicas. El periodismo científico te permite que leas una noticia, y que luego hagas clic en línea para ver el documento original en el que se basa. Así puedes juzgar tú mismo. ¿Es verdadera la historia? ¿Informaron exactamente los periodistas?
 
Las sociedades democráticas necesitan medios fuertes y Wikileaks forma parte de esos medios. Los medios ayudan a mantener honesto al gobierno. Wikileaks ha revelado algunas verdades duras sobre las guerras de Iraq y Afganistán, y desvelado historias sobre la corrupción corporativa.
 

 

Dibujo realizado por Elizabeth Cook de Julian Assange, el fundador de Wikileaks, en su comparecencia ante el Tribunal de Westminster de Londres por una demanda de extradición, el cual le denegó la libertad bajo fianza. Fuente: AP

 
Hay gente que dice que me opongo a la guerra. Para que se sepa, no es así. Algunas veces las naciones tienen que ir a la guerra, y hay guerras justas. Pero no hay nada peor que un gobierno que miente a su pueblo sobre esas guerras, y que luego pide a esos mismos ciudadanos que pongan en juego sus vidas y sus impuestos por esas mentiras. Si una guerra está justificada, digan la verdad y la gente decidirá si quiere apoyarla.
 
Si habéis leído alguno de los archivos sobre la guerra en Afganistán o en Iraq, alguno de los cables de las embajadas estadounidenses o alguna de las historias sobre las cosas de las que ha informado Wikileaks, considerad cuán importante es que todos los medios puedan informar libremente sobre esas cosas.
 
Wikileaks no es el único que publica los cables de las embajadas de EE.UU. Otros medios noticiosos, que incluyen The Guardian de Gran Bretaña, The New York Times, El País en España, y Der Spiegel en Alemania han publicado los mismos cables editados.
 
Sin embargo, es Wikileaks, como coordinador de esos otros grupos, el que ha sido objeto de los ataques y acusaciones más malignos del gobierno de EE.UU. y sus acólitos. He sido acusado de traición, aunque soy australiano, y no ciudadano estadounidense. Ha habido docenas de llamados serios en EE.UU. para que yo sea "eliminado" por fuerzas especiales de ese país. Sarah Palin dice que yo debería ser "cazado como Osama bin Laden", hay una ley republicana ante el Senado de EE.UU. que trata de que se me declare "amenaza transnacional" y que se me trate correspondientemente. Un asesor de la oficina del primer ministro canadiense ha llamado en la televisión nacional a que sea asesinado. Un bloguero estadounidense pidió que mi hijo de 20 años, que está aquí en Australia, sea raptado y dañado, sin otra razón que hacerme daño.
 
Y los australianos debieran ver sin orgullo cómo Julia Gillard y su gobierno hacen el juego a esos sentimientos. Los poderes del gobierno australiano parecen estar totalmente a disposición de EE.UU., en cuanto a la cancelación de mi pasaporte australiano, o a que se espíe y acose a seguidores de Wikileaks. El Fiscal General australiano hace todo lo posible por colaborar con una investigación estadounidense que se orienta claramente a incriminar a ciudadanos australianos y enviarlos a EE.UU.
La primera ministra Gillard y la secretaria de Estado Hillary Clinton no han expresado una sola palabra de crítica hacia otras organizaciones mediáticas. Es porque The Guardian,  y Der Spiegel son antiguos y grandes, mientras Wikileaks todavía es joven y pequeño.
 
Somos los desamparados. El gobierno Gillard trata de matar al mensajero porque no quiere que se revele la verdad, incluida la información sobre sus propios tratos diplomáticos y políticos.
 
¿Ha habido alguna reacción del gobierno australiano a las numerosas amenazas públicas de violencia contra mi persona y otros miembros del personal de Wikileaks? Se podría haber pensado que una primera ministra australiana debería defender a sus ciudadanos contra cosas semejantes, pero sólo ha habido afirmaciones totalmente no confirmadas de ilegalidad. La primera ministra y especialmente el fiscal general deben cumplir con sus deberes con dignidad y mantenerse por sobre la refriega. Pero podéis estar seguros, esos dos sólo quieren salvar su pellejo. No lo lograrán.
 
Cada vez que Wikileaks publica la verdad sobre abusos cometidos por agencias estadounidenses, políticos australianos recitan un coro evidentemente falso con el Departamento de Estado: "¡Arriesgáis vidas! ¡Seguridad nacional! ¡Pondréis en peligro a los soldados!" Luego dicen que no hay nada de importancia en lo que publica Wikileaks. No puede ser las dos cosas al mismo tiempo. ¿Cuál de ellas, entonces?
 
Ninguna de las dos. Wikileaks tiene una historia editorial de cuatro años. Durante ese tiempo hemos cambiado gobiernos enteros, pero no hay una sola persona, que se sepa, que haya sido dañada. Pero EE.UU., con la complicidad del gobierno australiano ha matado a miles sólo en los últimos meses.
 
El secretario de defensa de EE.UU., Robert Gates, admitió en una carta al Congreso de EE.UU. que ninguna fuente o método confidencial de inteligencia ha sido comprometida por la revelación de las bitácoras de la guerra afgana. El Pentágono declaró que no hay evidencia alguna de que las revelaciones de Wikileaks hayan llevado a que alguien sea dañado en Afganistán. La OTAN en Kabul dijo a CNN que no pudo encontrar a una sola persona que necesitara protección. El Departamento de Defensa australiano dijo lo mismo. Ningún soldado o fuente australiana han sido afectados por algo que hayamos publicado.
 
Pero nuestras publicaciones no han dejado de ser importantes. Los cables diplomáticos de EE.UU. revelan algunos hechos sorprendentes:
►EE.UU. solicitó a sus diplomáticos que robaran material humano e información de funcionarios de la ONU y de grupos de derechos humanos, incluyendo ADN, huellas digitales, escaneo del iris, números de tarjetas de crédito, contraseñas de Internet y fotos de identificación, en violación de tratados internacionales. Presumiblemente, también podrían apuntar a diplomáticos australianos en la ONU.

►El rey Abdullah de Arabia Saudí pidió a EE.UU. que ataque Iran.

►Responsables en Jordania y Bahrain quieren que el programa nuclear de Irán sea detenido por todos los medios disponibles.

►La investigación británica sobre Iraq fue amañada para proteger "intereses estadounidenses".

►Suecia es un miembro encubierto de la OTAN y no se informa al parlamento sobre el intercambio de inteligencia con EE.UU.

►EE.UU. está actuando de manera agresiva para lograr que otros países acepten detenidos liberados de la Bahía de Guantánamo. Barack Obama estuvo de acuerdo con encontrar el presidente esloveno sólo si Eslovenia aceptaba a un prisionero. Nuestro vecino en el Pacífico, Kiribati, recibió una oferta de millones de dólares para que acepte detenidos.

En su trascendental dictamen sobre el caso de los Papeles del Pentágono, la Corte Suprema de EE.UU. dijo que "sólo una prensa libre y sin limitaciones puede denunciar efectivamente el engaño en el gobierno". La tormenta actual respecto a Wikileaks refuerza la necesidad de defender el derecho de todos los medios a revelar la verdad.

---------------------

Traducido por  Germán Leyens