Obama en sus desacuerdos, y el mundo le llama: ¡Obama!. Imprimir
Imperio - Estados Unidos
Escrito por Ramón Pedregal Casanova/ UCR   
Sábado, 05 de Marzo de 2016 06:35

Todo perdido anda por el mundo como un Frankestein, es Obama en sus desacuerdos, y el mundo le llama repetidamente, sin parar desde hace años y años: ¡Obama! ¡Obama! ¡Obama!. ¿Entrará en razón?. ¿Volverá pronto a la cordura, a ser cuerdo?.

El poeta Samir Sakmani en su poema “Sonata de naturaleza innata” (el libro se titula “Sonatas de los ángeles”, traducción de Rifaat Atfe, edición de Dar-Alfarabi, Beirut, Líbano, info@dar-alfarabi.com), dice: “... nada de lo que hago se me aclarará, // si algún día vengo desacordado // conmigo mismo. // Me tranquilizará no vivir // vacilando entre la duda y la certeza.”

 

Obama, qué tristeza verle desacordado con usted mismo, ¿no se ve?, se ha convertido en un Frankestein, lo destroza todo, salga del miedo que le empuja y escuche al mundo que le llama a la certeza histórica del respeto entre los pueblos, es lo mejor. Usted que tanto prometía y no alcanza a oír al mundo gritándole: ¡Obama! ¡Obama! ¡Obama!, ¿cómo es posible?, serénese, hágase con la razón, y mire usted, si quiere excusarse diciendo que lleva un tiempo distraido lo pasaremos. Llegados a este punto puede ver que el mundo se le va de las manos, ¿sabe por qué?, porque como dice el poeta Samir Sakmani en su poema “Sonata del susurro”: “Ya no son suficientes las palabras para despertar a los distraídos”.

¡Obama! ¡Obama! ¡Obama!, ¿en qué mundo vive cuando el mundo vota en la ONU contra lo que usted sostiene, y continua sin saber nada de las consecuencias de sus actos. ¿Recuerda la votación en Naciones Unidas contra el bloqueo a Cuba?: el mundo entero le gritó ¡Obama!, todo el mundo en contra suya, sólo su ente sionista, Israel, se puso de su parte.

Y dice el poeta Samir Sakmani en su poema “Sonata de guerra y paz”: “Si te alejas de lo que está ocurriendo aquí, te sorprenderás de tanto que se ha referido a ti.”

Coherencia, Obama, coherencia con la paz que es lo que todos los países del mundo le piden en la ONU, el organismo que se creó con esa intención, ¿no quiere buenas relaciones con Cuba?, ¿a qué va a Naciones Unidas como un Frankestein Destrozalo Todo?.

¿Sabe, Obama?, nadie le ve como un sabio, ni un sólo pueblo, ni una sóla persona, se le ha negado la consideración con la razón que da procurar la igualdad y la paz, y el respeto que nos debemos. ¿Pero y si fuese que su poder no existe y es movido por otros que tiene detrás?, ¿y si son esos otros quienes toman las decisiones y usted es un muñeco parlante?.

¡Obama! ¡Obama! ¡Obama!, demuestre al mundo que quiere venirse con el mundo, súmese a la razón, deje a los cubanos vivir sin la amenaza de quienes mueven EEUU.

¿Sabe qué dice Samir Sakmani en el poema “Sonata del grito”?, leo: “Es la paz, de caminos duros y difíciles, sin embargo, grande es la esperanza que tengo de que un mundo mejor aún es posible. Sólo el débil se entrega a la opresión. Si sigues así atado a lo que te duele, sin duda alguna seguirás tu decaída, camino a la desaparición.”

¿Usted quiere pasar a la Historia como un presidente más de EEUU, otro que no hizo nada por dejar que el mundo aplique lo acordado?. ¿Por qué se separa tanto de la Comunidad Internacional, de la ciudadanía estadounidense, de la cubana, de quienes pisan el continente en que usted vive?. Frankenstein, venga usted aquí, al mundo sobre el que hay que respetarse, pongase en concordancia con los 6.000 millones de personas que le gritan en la voz del poeta Smir Sakmani: “Si la verdad es el objetivo del sabio, qué decir de la libertad que es el arrayán, el sol, y fuente de la vida en sus aptitudes de amor y paz. Nadie nos prestará nuestra paz, que sin un intento sincero de nuestra parte tampoco la mereceremos.”

¡Obama! ¡Obama! ¡Obama!, ¡levante el bloqueo, escucha la verdad, se lo ha dicho el mundo entero, todos los gobiernos!: ¡deje a Cuba en paz!.

 

Ramón Pedregal Casanova es autor de “Dietario de crisis”, “Siete Novelas de la Memoria Histórica. Posfacios”, y “Gaza 51 días”.