6 de Diciembre: Por una Constitución Republicana. Por la III República PDF Imprimir E-mail
III República - Manifiestos
Escrito por UCR   
Jueves, 25 de Noviembre de 2010 13:21

Constitución dela II República EpañolaManifiesto de Unidad Cívica por la República (UCR)

Manifestación Conjunta en Madrid, Cibeles-Sol a las 12 hrs.

 

    Ciudadano, Ciudadana: se cumple un año más de una Constitución –la Monárquica de 1978- que ya no sirve a nuestro país. Esto no lo decimos sólo nosotros. Lo dicen, también, muchas personas que participaron de cerca en su proceso de elaboración. Y lo dice, sobre todo, la realidad viva y lacerante: la Constitución Monárquica está agotada. El Sistema que dicha Norma consagra, es incapaz de dar respuesta a los problemas de hoy. No es cuestión aquí de debatir si fue lo mejor en su momento. Lo seguro es que ya no da más de sí. Corresponde, por tanto, hacer algo nuevo.Lo actual no resuelve el modelo territorial, porque no avanza hacia el federalismo integrador.

 

 No resuelve lo jurídico, porque no es independiente, y ahí el caso vergonzoso, inédito, de un juez, Baltasar Garzón, procesado por investigar, con todo el derecho, crímenes contra la Humanidad. No resuelve el problema de la Iglesia, porque no la desliga, con todo respeto, del Estado. Y no resuelve, desde luego, lo social y lo económico, pues los derechos de la Ciudadanía en estas materias, el derecho al trabajo y a la vivienda digna, a los Servicios Públicos, a la participación y la planificación, quedan sin fuerza vinculante. No son Derechos exigibles por Ley, sino mera exposición de buenas intenciones. En lo político, y en resumen, la Constitución de 1978 y su Monarquía no resuelven al no apostar en serio por la Democracia. Son, de hecho, un instrumento al servicio de los poderosos, los de siempre y las oligarquías; aquéllos para quienes lo mío es mío y lo tuyo, discutible. ¡Esa es la realidad del Sistema de 1978 por debajo de las frases bonitas!

 El problema viene de origen en una Constitución que exhibe orgullosamente el yugo y las flechas en el actual Congreso de los Diputados. El problema son los elementos incrustados del franquismo. El primero, la Monarquía. Un Rey –multimillonario- que el 1 de octubre de 1975, aún fresca la sangre de cinco fusilados, saludaba, junto al dictador genocida, en la Plaza de Oriente a los camisas azules cara al sol y brazo en alto. Búscalo en los documentales, en Internet. Huelga decir el insulto a la Ciudadanía, a la Democracia, que supone el hecho de estar la Jefatura del Estado –que es un Poder auténtico, nada de simbólico- en propiedad particular de una familia. Pero a la aberración que constituye toda Monarquía de por sí, añade la instalada en España el oprobio de estarlo por obra y gracia de Franco, el asesino puesto a su vez por Hitler y Mussolini. ¡Ese es el árbol genealógico de nuestra Monarquía! 

Por ello, precisamente por ello, es un obstáculo para la justa Memoria de quienes lucharon en nuestro país contra el fascismo. Y también por ello, hemos de perseverar y aunar fuerzas en la recuperación de la Memoria Histórica en términos de Verdad, Justicia y Reparación. De condena parlamentaria del Régimen Franquista, nulidad de sus procesos, imprescriptibilidad de sus crímenes, y obligación administrativa en la localización e identificación de las víctimas. Igualmente, retirada de toda simbología y toponimia vinculada a la Dictadura, y su sustitución por la de quienes defendieron la Libertad, la Democracia, la República. Porque, como en el resto de Europa; como en Francia, Italia, Alemania... no es ya cuestión de izquierda o derecha: es cuestión de higiene moral y pública. Cuestión de ser verdaderamente demócratas. 

Como lo es, en definitiva, la República, la III República, y por ello, federal, laica, solidaria y participativa. Un Marco Constitucional que, más allá de los Gobiernos y las siglas, asegure siempre los derechos sociales, nacionales y humanos en sus tres generaciones (derechos políticos, económicos y medioambientales), y asegure la Equidad, la Justicia, la Paz. Un Estado de ejercicio democrático a todos los niveles, incluido el económico y en especial. Se garantizará, entonces, la centralidad del Empleo y del Trabajo. También, de un fuerte Sector Público con protección para los elementos productivos de la sociedad y desarrollo de la Cultura y la Educación, así como de la Libertad de Conciencia y el uso racional de los recursos. Estos serán los ejes constitutivos de la República Federal Española: los netamente republicanos. Y su concreción –importa decir esto- no cabe ahora, sino en su momento a los diferentes actores. En suma, a la Ciudadanía, de quien ha de ser siempre la última palabra. 

¿Y quién puede negarla?, ¿quién niega la posibilidad de escoger libremente, en Referendo entre Monarquía o República? Ningún demócrata verdadero puede. Optemos, entonces, por la Democracia. Sin miedo. Con la seguridad y la confianza de estar apostando, siempre, por una sociedad mejor y un mundo más justo. Y contribuya esta hoja, que te rogamos difundas, a ello también.

 

Muchas gracias por tu atención.

 

¡VIVA LA SOLIDARIDAD, VIVA LA REPÚBLICA!