La bandera de la Segunda República Española, símbolo de esperanza para los indignados de hoy PDF Imprimir E-mail
III República - III República
Escrito por Jonathan Blitzer   
Jueves, 25 de Octubre de 2012 00:00

Bandera Republicana

 

Cada jueves por la noche, en medio de la Puerta del Sol, un pequeño grupo de personas se reúne alrededor de la estatua ecuestre del rey Carlos III. Es una  concentración modesta. Rara vez hay más de 25 personas, la mayoría de ellos pasan de los 70 años. Lo primero que hacen es desplegar una pancarta que dice: “Contra la impunidad, en solidaridad con las víctimas del franquismo”.

 

A continuación, algunos otros izan la bandera tricolor de la Segunda República Española. Sus bandas de color amarillo, rojo y morado se remontan a los tiempos de la proclamación de la II República. Un período de la historia de España  que comenzó en 1931 con la elección de una coalición de izquierdas que envió el rey Alfonso XIII al exilio. La II República tuvo su cuota de disputas políticas y la violencia reaccionaria, pero también concitó muchas esperanzas de cambio en la población española y trajo una serie de reformas igualitarias my avanzadas para la época. Así se promulgó una nueva Constitución que consagraba el sufragio femenino y la libertad de expresión que acabó con los antiguos privilegios de la nobleza. 

En aquellos días se palpaba en el ambiente la necesidad de cambio de la sociedad española. Hoy en día, en medio de una impresionante recesión económica y de una crisis de liderazgo político, vuelven los anhelos de transformación del pasado con apoyos renovados.

Hoy la crisis económica golpea duramente a las capas populares mientras las economías familiares se tambalean. Pero a diferencia de los años de la Segunda República, gran parte del drama que afecta a la mayoría de la población es consecuencia de las directrices que emanan fuera de sus fronteras mientras los políticos nacionales son reducidos a meros comparsas de los que dictan estas políticas. En este marco surge la bandera republicana en cada movilización, en cada protesta social como un símbolo acusador de la inoperancia de la clase política actual. Aspecto que se   visualiza en las calles, y ello, les enerva.

En estas circunstancias, su relevancia y significado está cambiando. Hasta hace poco, los viejos luchadores antifranquistas, que recuerdan los años del horror de la noche oscura de la dictadura que impuso el dictador Francisco Franco tras el golpe de estado a la República,  en su fervor militante consideran la bandera republicana con una mezcla de nostalgia dolorida y con un destello de esperanza. En cambio, los españoles nacidos tras la dictadura ya con la democracia restaurada a finales de la década de los 70, tendían a pensar en ella, más como símbolo del pasado que como enseña de galvanización social, pero en el marco de las protestas que se suceden estos días en España van las banderas republicanas van reapareciendo y día a día se hacen más visibles. Sin duda, gracias al creciente déficit democrático que se está imponiendo en toda la Unión Europea  y, específicamente, en España.

así, en todas las manifestaciones contra las medidas de austeridad del Gobierno, entre indignados de todas las edades y de la más diversa condición, especialmente jóvenes, siempre ondea la vieja tricolor. El periodista Javier Valenzuela me dijo: “Los jóvenes de entre 20 y 30 años se están identificando con la bandera de la República como símbolo de protesta y como referente contra el actual estado de cosas.”

Los portadores de la bandera republicana en las manifestaciones dicen que la enseña republicana tiene múltiples significados. Algunos citan la memoria histórica, las atrocidades de la Guerra Civil y su legado perdurable de enemistades insepultas. Otros, basándose en la historia de la Segunda República, mencionan el ocaso del prestigio de la monarquía española.

Aún más, la lleván a las manifestaciones como un llamado a la justicia económica y social en un momento en que el gobierno no está haciendo nada por reducir la brecha creciente entre los ricos y los pobres, aspecto que también se suscitó durante los primeros años de la República. Mientras, un activista remarca: “La pregunta no debería ser ¿Por qué estamos viendo más banderas republicanas ahora?, sino que debería ser: ¿Por qué no vimos más en los años anteriores?”

La bandera es, fundamentalmente, un cajón de sastre. En el marasmo político actual es difícil para los ciudadanos comprometidos a saber exactamente dónde apuntar con una crítica puntiaguda. Todo parece ir mal. La bandera republicana invita y sostiene el activismo al mismo tiempo que mantiene la crítica flexible y abierta.

El jueves pasado, alrededor de las 7 de la tarde, dos jóvenes de 18 años caminaron hasta el centro de la Puerta del Sol. Uno de ellos llevaba una mochila. Se detuvo un momento, como si estuviera pensando dos veces, y ante la insistencia de su amiga abrió la cremallera de su bolso y sacó una bandera republicana. Ella lo cubría sus hombros y se unió al grupo de mayores manifestantes.

“¿Por qué esta bandera? ¿Por qué ahora? “Le pregunté. “Es porque no me identifico con la bandera española actual”, dijo. Luego, señalando a la antigua  bandera española colgando de sus hombros, ella se encogió de hombros: “Es que me siento más cerca de ésta.”

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Fuente: Latitude new York Times