Sin superar el régimen del 78 no habrá cambio Imprimir
III República - Libros / República
Escrito por André Abeledo Fernández/ UCR   
Sábado, 08 de Octubre de 2016 00:00
Sin recuperar la conciencia de clase no podremos superar el régimen del 78.

Son tiempos confusos, sin duda nos encontramos ante el fin de un ciclo, nos encontramos con una crisis sistémica diferente a otras provocadas por el capitalismo, esta es también una crisis de sobreproducción y de escasez de recursos energéticos donde se producen grandes choques entre potencias por el control geopolítico del mundo y sus recursos.

En China cuando te echan una maldición lo hacen con una frase muy curiosa y a mi entender aún más acertada, “espero que vivas en tiempos interesantes”, y en estos tiempos de grandes cambios para bien o para mal nos toca vivir.

En el Estado Español desde el gobierno y los poderes económicos nos dicen que la crisis ha terminado, desde Europa las oligarquías vuelven a hablar del “milagro español”, se permiten algunos decir que somos la “locomotora” europea, nos venden la moto de que la luz al final del túnel ya nos da directamente en los ojos, y con este discurso simplón adornado con cifras macroeconómicas tratan de cegarnos, pero la realidad es muy diferente, las trabajadoras y trabajadores hemos perdido gran parte de nuestros derechos, los salarios han pasado de escasos a insuficientes, la patronal ha recibido como regalo una reforma laboral a su medida, el próximo regalo supongo que será un látigo, el espejismo de la “clase media” ha desaparecido, quienes vivían en la pobreza ahora viven en la miseria, la desigualdad sigue aumentando, los servicios públicos están en fase de privatización para convertirse en grandes negocios, pero solo para unos pocos, el hijo del obrero vuelve a no poder estudiar, desde el gobierno degradan la calidad de la sanidad pública para que nos veamos obligados a contratar seguros privados, cuando la clase obrera sale a las calles en justa protesta es reprimida con dureza y leyes como la “ley mordaza” llevan a las trabajadoras y trabajadores a la cárcel mientras los verdaderos ladrones de “guante blanco” campan a sus anchas.

En este desolador escenario sin duda se hace necesaria, imprescindible diría yo la unidad popular, la unidad de la izquierda rupturista y transformadora, la unidad de la clase obrera para defenderse de las continuas agresiones de las oligarquías, la unidad para defender nuestra dignidad, nuestro presente, nuestro futuro y el de nuestros hijos.

Sin duda es necesario romper con el bipartidismo en España, pero sin permitir que nos cuelen una segunda transición, recordemos que hace poco nos han colado una segunda restauración Borbónica, no llega con pasar de bipartidismo al tripartidismo, o a lo que sea, no es suficiente con el cambio de cromos, no se trata de poner caras nuevas en las viejas instituciones controladas por los oligarcas, es necesario tener claro que el problema es el sistema capitalista, que es necesario reformar la constitución, que debemos construir un nuevo modelo de estado donde quepamos todas y todos, que en este edificio de falsa democracia las vigas de los tres poderes están podridas y tendremos que cambiarlas para construir ese futuro de igualdad basado en sólidos valores y en una verdadera justicia social.

La posibilidad de que el pueblo trabajador despierte de su “largo sueño embrutecedor” es real, la unidad es necesaria, un Frente Popular de la izquierda "rupturista" es nuestra única esperanza, tenemos la obligación de romper con esta deriva hacia la esclavitud asalariada, pero todo esto el poder también lo sabe, las oligarquías tienen su plan “B” y disponen de grandes cantidades de dinero para financiarlo, ahora ante la certeza de que el fin del bipartidismo está cerca apoyan a partidos de nuevo cuño y viejas ideas que tratan de convencernos de que no existe la lucha de clases con discursos construidos en laboratorios de mercadotecnia, tratan de engañarnos diciendo barbaridades como que lo de explotados y explotadores es cosa del pasado, que no hay izquierda ni derecha, tratan de convencernos de la falacia de que existe un “centro político”, tratan de confundirnos para que no recuperemos la conciencia de clase que nos haga conscientes de nuestra propia fuerza, porque saben que la rueda de la historia la movemos nosotros, el pueblo trabajador y también la podemos parar.

El problema es el sistema capitalista y la corrupción es tan solo uno de sus nocivos efectos secundarios, no podremos empezar a construir un futuro para nuestros hijos y una sociedad más justa sin superar el régimen del 78.

No podemos creer que vivamos en un régimen realmente democrático cuando la riqueza se concentra cada vez más en pocas manos, mientras crece la pobreza entre el pueblo, con cada vez más personas en paro y sin subsidios, con salarios insuficientes y pensiones irrisorias que no permiten vivir con dignidad y que se van a ir reduciendo, con cada vez menos derechos laborales y sociales, con desahucios de familias de viviendas que quedan vacías y pasan a manos de los bancos que nos roban, con recortes intolerables en sanidad y enseñanza, con precios de la luz y del agua que no dejan de subir para dar beneficios económicos a una minoría que cada día es más rica a costa de que seamos más pobres, con más represión cuando ejercemos el derecho a la protesta y nos movilizamos.

La lucha del pueblo no debe estar limitada a defendernos y reivindicar el respeto a nuestros derechos. Para ser eficaces tenemos que lograr cambios reales en la estructura política, económica y social del país, cambios para sacarle el poder a quien realmente lo tiene y para evitar que la riqueza que producimos con nuestro trabajo sea apropiada por una minoría que solo piensa en llenarse el bolsillo.

Por todo esto para los comunistas la lucha por la República no es solo la lucha para recuperar un régimen democrático en el que la jefatura del estado sea elegida por la ciudadanía en las urnas y con un mandato por un tiempo limitado. Para nosotros la lucha por la República es la lucha por conquistar un régimen al servicio del pueblo y gobernado por el pueblo, para que los derechos del pueblo, comenzando por el derecho al trabajo, no puedan ser pisoteados nunca más por la minoría de los grandes ricos.

La República de la que hablamos y defendemos, tendrá como principal obligación poner el poder político, económico y social al servicio del pueblo trabajador, y debe ser la herramienta para lograr que impere la justicia social.

No puedo resistirme a acabar este articulo como lo hicieron Karl Marx y Federico Engels en el “Manifiesto Comunista” llamando a la unidad de los pueblos en la lucha contra el capital.

¡Proletarios de todos los países, uníos!


André Abeledo Fernández, es concejal de Esquerda Unida de Narón, militante comunista en el PCG y sindicalista organizado en la CIG).