Hispania corrupta Imprimir
III República - III República
Escrito por Arturo del Villar / UCR   

A por la TerceraA los españoles en general les encantan los casos judiciales. Hubo un semanario muy popular durante la dictadura, con enorme tirada, El Caso, exclusivamente dedicado a refocilarse en delitos de todas clases, con especial predilección por los crímenes. Apareció en 1952 y sobrevivió 35 años, hasta que ya fue inútil su publicación, dado que los diarios de información general se estaban convirtiendo en crónicas de sucesos escandalosos acaecidos cotidianamente en el reino.

 

   Esto días resulta inevitable evocar El Caso, al hojear cualquier diario o ver cualquier noticiario. Continúa el escándalo sobre la bárbara agresión sufrida el día 15 por el consejero de Cultura de la Comunidad de Murcia, Pedro Alberto Cruz, afiliado al partido autoproclamado Popular. El presidente de la Comunidad, el hipotético popular Ramón Luis Valcárcel, acusa al partido que se dice Socialista, que ya es decir, de haber propiciado la agresión, con sus manifestaciones contra el Gobierno regional, creadoras de una crispación social continuada, y traducida en insultos, lanzamientos de huevos (con el hambre existente en el reino, qué desperdicio intolerable) y manifestaciones públicas.

   En el Senado el partido supuestamente Popular acusa al partido presuntamente Socialista de incitar al populacho a atacar a sus representantes electos, y el vicepresidente del Gobierno falsamente denominado Socialista, el compañero Pérez, inculpa a los dirigentes del partido erróneamente llamado Popular de agitación social contra sus representantes. Son tal para cual. No sirven más que para intercambiarse incriminaciones interminables inconsecuentemente.

 Los tribunales condenan

    El Tribunal Supremo hace pública su condena al diputado que se considera popular Nacho Uriarte, presidente de Nuevas Generaciones del partido autopresentado como Popular, a pagar una multa de 2.400 euros y supresión del carné de conducir durante ocho meses, por estar probado que circulaba borracho por calles y carreteras. Mal ejemplo para los jóvenes y hasta para las jóvenas, como diría una sociatonta de pro, Carmen Romero.

   Otro tribunal, el Superior de Justicia de Andalucía, ordena al Gobierno de la Junta de esa comunidad autónoma abrir expediente sancionador al vicepresidente tercero del Gobierno usurpador del nombre antiguamente respetado de Socialista, Manuel Chaves, por corrupción económica, al conceder ayudas a una empresa en la que trabaja su hija. Con la de empresas quebradas existentes, debiera favorecer a todas las que se encuentran apuradas, aunque no esté colocado ningún familiar en ellas, cosa difícil, porque la familia de Chaves es más numerosa que la de los Guerra, cuando el tahúr del Guadalquivir hizo de las suyas en la tierra que llaman de María Santísima.

   En la capital del reino los afiliados al partido impropiamente calificado de Socialista Madrileño están divididos en dos sectores desde las elecciones para decidir quiénes serán sus representantes en mayo, pero estos días se llaman de todo lo peor que puede ocurrírsele a un castizo. El motivo es que el Tribunal Superior de Justicia de Madrid ha inhabilitado para desempeñar cargos públicos a la secretaria de Organización, Trinidad Rollán, convicta de prevaricación cuando fue alcaldesa de Torrejón, y uno de los sectores se niega a prescindir de ella, como exige el otro, y como aconseja el sentido común, para evitar que los contrincantes aprovechen esa baza en su favor.

   La Fiscalía General del Estado se niega a investigar si unas declaraciones del antiguo presidente de un Gobierno apodado Socialista, el compañero González, representan una apología del terrorismo. Había expuesto en una entrevista sus dudas sobre si actuó correctamente al no autorizar la voladura de un lugar en el que estaban reunidos dirigentes de la organización autonomista vasca ETA. Hacerlo hubiera sido terrorismo de Estado, aunque no diferente del cometido por la banda criminal GAL, financiada por el Ministerio del Interior cuando presidía el Gobierno el compañero González. Y esa banda está juzgada y condenada.

 Unidad frente al bipartidismo

    Estos dos partidos son los que se alternan en el Gobierno de la monarquía del 18 de julio instaurada por el dictadorísimo, así como otros dos partidos, calificados de conservador y liberal, aunque los dos eran ultraconservadores, se alternaron durante la monarquía instaurada por el golpe de Estado militar dado en Sagunto en 1874. Entonces como ahora dos partidos se distribuyen la corrupción a partes iguales. En lo único que se ponen de acuerdo es en impedir a otros partidos desarrollar su trabajo. Por eso es noticia de ahora mismo que han sido detenidos nueve nacionalistas de izquierdas en Álava y otro en Navarra.

   Se impone integrar a toda la izquierda republicana en una gran coalición, capaz de concurrir a las inminentes elecciones de mayo a las comunidades y ayuntamientos, como preparación a las generales de 2012. A los vasallos les encanta enterarse de los sucesos acaecidos en el reino, pero a la hora de echar su voto en las urnas quieren concedérselo a un partido sin tacha, que garantice las libertades públicas, que gobierne para el pueblo, que atienda a los trabajadores y que vele por los pensionistas.

   Hay que acabar con el bipartidismo entre la extrema derecha del partido que se presenta como Popular y la ultra derecha del que se atreve a usurpar el nombre de Socialista. Son iguales, dominados por las grandes empresas, empezando por las multinacionales gringas, enemigos de los trabajadores y de los pensionistas de este reino que merece mejor suerte, aunque no haga nada por ganársela.

   Todos los grupos que aspiramos a proclamar una República de izquierdas tenemos el compromiso de unificar nuestros criterios ahora, para derrotar a los enemigos de los trabajadores. No olvidemos que las derechas triunfaron en las elecciones del 19 de noviembre de 1933 por concurrir unidas en una confederación, mientras las izquierdas se suicidaban por exponer sus diferencias a los ciudadanos. Recordemos la historia para aprender de ella. Estamos a tiempo, aunque cada vez se acorta más.

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Arturo del Villar es Presidente del Colectivo Republicano Tercer Milenio