La cuestión republicana Imprimir
III República - III República
Escrito por Jesús Molíns Guitarte / Aragón Digital   
Lunes, 11 de Abril de 2011 04:15

 La República es una apuesta por la recuperación de la integridad democrática y el bienestar social de España. El 14 de abril se cumplen 80 años de la proclamación de la segunda República española. La transición democrática y el equilibrio de fuerzas existente desde entonces han impedido que la cuestión republicana haya formado parte del debate público y de las opciones políticamente relevantes.

 

No podemos dejar que la cuestión de la República acabe convirtiéndose en una simple conmemoración histórica o en un mero sentimiento nostálgico. Recordar a la segunda República significa apostar por la tercera, es decir, hacer de la misma un objetivo político.
Las razones tienen que ver, en primer lugar, con el anquilosamiento del modelo político surgido de la transición. Treinta y tres años después de la aprobación de la Constitución se ha agotado su impulso renovador y ha perdido sus referencias político-sociales básicas.

En segundo lugar, el llamado estado de las autonomías, se está viendo incapaz de resolver las viejas y las nuevas realidades de un estado plurinacional inmerso en la Unión Europea.

En tercer lugar, la continua aplicación de políticas neoliberales ha ido desvirtuando el Estado Social y Democrático de Derecho que fundamenta la Constitución, en un contexto determinado por una descomunal concentración de poder económico y por una "desnacionalización" económica del país.

La monarquía española se pone en evidencia cuando en pleno siglo XXI todavía el articulado de la Constitución del 78 consagra la discriminación de la mujer en la sucesión al trono.

El republicanismo no es sólo un posicionamiento ideológico, es una profunda necesidad de libertad. La cuestión de la República tiene que ver con la necesidad de un nuevo impulso democrático estrechamente unido a las necesidades de los trabajadores y trabajadoras, desde una concepción federal del estado y la defensa intransigente de las libertades políticas fundamentales. Todo ello, apostando por una Europa "política, social, democrática e igualitaria".

La reforma de la Constitución del 78 es una necesidad y una oportunidad para una democratización de la estructura socioeconómica del país frente a una mercantilización creciente de la política, de la economía y de la vida cotidiana.

El 14 de abril, fecha histórica en la que recordamos la segunda República, reafirmemos las profundas convicciones democrático-republicanas y apostemos claramente para que, en futuras reformas constitucionales, se plantee la cuestión de la forma de estado, monarquía o república abriéndose un nuevo proceso constituyente. Para todas aquellas personas que creen en la paz, la democracia y la libertad:

¡Salud y República!
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 Artículo de Jesús Molíns Guitarte. Zaragoza, publicado en la sección de Cartas al Director
 http://www.aragondigital.es/asp/carta.asp?notid=82478