El problema no está en la frontera vallada, ahí es donde se manifiesta. PDF Imprimir E-mail
Derechos y Libertades - Derechos Humanos
Escrito por Gara   
Sábado, 01 de Marzo de 2014 06:57

El mismo día que la Unión de Guardias Civiles presentó una querella contra la comisaria europea de Asuntos de Interior, Cecilia Malström, por acusar a los agentes del instituto armado de homicidio involuntario durante los sucesos del pasado día 6, en los que murieron 15 inmigrantes, 200 personas de origen subsahariano llegaban a Melilla tras un nuevo salto de la triple valla de seis metros.

 

Varios de los inmigrantes presentaban cortes, la mayoría de ellos se enfrentan a una entrega segura y las condiciones de vida que les esperan en el centro de internamiento son extremas por el hacinamiento. Sin embargo, todos celebraban ayer su «gran sueño», todos esbozaban una gran sonrisa y las escenas de júbilo no se hicieron esperar. Hostigados por la policía marroquí como si fueran alimañas, sus anteriores condiciones de vida eran igualmente infrahumanas. Esas personas luchan por su supervivencia y ese es un derecho que nadie les puede negar, ni con pelotas de goma ni con cuchillas colgadas de una valla.

El problema no está en la frontera vallada, ahí es donde se manifiesta. Y mientras las causas por las que se originan estas «avalanchas» sigan sin solucionarse, de nada servirá sellar la frontera.

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Fuente: Gara