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Pro Activa Open Arms, porque salvar vidas no es un crimen |
Derechos y Libertades - Derechos Humanos |
Escrito por Carlos Olalla |
Lunes, 09 de Abril de 2018 04:36 |
La mal llamada crisis de los refugiados, puesto que ni es crisis ni a estas personas se les puede llamar refugiados pues refugio es precisamente lo que se les niega, ha puesto en evidencia lo peor de esta Unión Europea que, entre todos, hemos creado. Nuestros políticos, esos que cada cierto tiempo elegimos nosotros no lo olvidemos, no solo no hicieron lo que el más mínimo sentimiento humanitario obligaba a hacer… sino que ni siquiera se sonrojaron cuando vieron que simples ciudadanos hacían lo que ellos deberían haber hecho.
El vergonzoso acuerdo de la Unión Europea con Turquía hizo que los refugiados sirios tuviesen que utilizar otra ruta mucho más peligrosa para intentar llegar a Europa: la de Libia. Desde entonces cada año son más de tres mil las personas que mueren ahogadas intentando llegar a nuestras costas. Viendo que las muertes se estaban produciendo en las aguas que separan Libia de Italia, OPEN ARMS desplazó su barco a aguas internacionales frente a la costa Libia. Con sus lanchas de salvamento la labor de los voluntarios de OPEN ARMS consistía en localizar pateras a la deriva, acercarse a ellas con las lanchas de salvamento y trasladar a los refugiados a bordo del barco que les lleva a puertos italianos. Han sido más de 50.000 las vidas que han salvado en los últimos dos años. La política de fronteras de la UE no pretende evitar muertes o salvar vidas, sino impedir que los refugiados lleguen irregularmente a Europa. Ese es su único objetivo. Poco o nada importa que la consecuencia directa sea la muerte de miles de inocentes. Para lograr su objetivo, la UE financia al estado fallido de Libia, dominado por mafias y grupos de delincuencia organizada que incumplen impunemente los derechos humanos cometiendo todo tipo de atrocidades. Violaciones y asesinatos son moneda común en un país donde se han llegado a crear auténticos mercados de esclavos en los que se compran y venden personas cuyo único delito ha sido intentar llegar a Europa. Financiar a esas mafias y poner todo tipo de trabas a las ONGs que, como PROACTIVA OPEN ARMS, intentan salvar vidas inocentes en aguas internacionales no ha sido suficiente para esa Unión Europea que cada día se aleja más de los valores que la fundaron. No solo abandona a los barcos de las ONGs a su suerte frente a las patrulleras libias que no dudan en salir de sus aguas jurisdiccionales para intentar imponer su fuerza en aguas internacionales, sino que ha llegado a bloquear en espera de juicio los barcos de las ONGs en puertos italianos para que no puedan continuar con su labor humanitaria. Eso es precisamente lo que le está pasando en estos momentos a PROACTIVA OPEN ARMS, cuyo barco está retenido en el puerto italiano de Pozallo y su tripulación es acusada de favorecer la inmigración clandestina y de asociación criminal. Esta política del miedo de la UE está dando sus frutos. Hace un año eran más de quince los barcos de diversas ONGs que se dedicaban a salvar vidas en el Mediterráneo. Hoy, entre los que están retenidos o han tenido que abandonar su labor, ya solo queda uno. ¿Cómo hemos permitido que Europa alcance tal grado de ignominia?, ¿Cómo es posible que salgan más personas a la calle en una manifestación animalista que en una en defensa de las personas refugiadas?, ¿Cómo hemos podido llegar a esto?, ¿Qué queda de los valores como solidaridad, generosidad, entrega, o justicia que nos hacen ser seres humanos?, ¿Dónde va esta Europa que asesina con su política de fronteras y permite que el fascismo renazca de sus cenizas? Como bien ha dicho Òscar Camps en más de una ocasión: “Hemos visto morir a familias enteras. La Europa de la libertad y los valores ha naufragado” Casos como el de OPEN ARMS no son casos aislados. Activistas como José Palazón o Helena Maleno, que luchan a diario en Melilla y en Tánger por los derechos de quienes huyen de la muerte, también son perseguidos por nuestras autoridades. Estamos frente a la mayor ola de movimientos migratorios que ha conocido la Historia. Y no debe extrañarnos ya que esos movimientos son consecuencia directa de la política que nosotros, desde nuestro civilizado y democrático mundo, estamos llevando a cabo. Son consecuencia de las guerras que provocamos en otros países para conseguir materias primas a bajo precio o para vender armas a alto; son consecuencia de las hambrunas que provocamos con la desigualdad producto de las políticas neoliberales que imponemos al globalizar la pobreza, la violencia y la miseria; son consecuencia del cambio climático que provocamos a diario por la doble razón de ser los máximos contaminadores del planeta y de ser los únicos que podríamos implementar políticas contra el cambio climático; son consecuencia de los muros que construimos para impedir que entren en nuestras casas… No podemos mirar a otro lado. Callar nos hace cómplices y votar a quienes aprueban e implementan estas políticas asesinas nos hace cómplices necesarios. Sin nuestros votos estas políticas jamás se habrían aprobado ni esos muros se habrían construido. Ha llegado el momento en el que, juntos, debemos acabar con esta atrocidad. Son muchas las formas que tenemos de hacerlo: conocer la realidad de lo que está pasando, compartirla con nuestros amigos y conocidos, hablar del tema, sensibilizar a otras personas, ayudar a las ONGs que, como PROACTIVA OPEN ARMS, están en primera línea salvando vidas dando a conocer su labor, apoyándolas económicamente, ofreciéndote a colaborar voluntariamente con ellas… Visita su web https://www.proactivaopenarms.org/es Allí encontrarás muchas cosas que te ayudarán a ver la realidad como realmente es y, sobre todo, a comprender que solo somos lo que hacemos. ________ Fuente: Loquesomos |