El Tarajal, historia de una tragedia sin nombres Imprimir
Derechos y Libertades - Derechos Humanos
Escrito por Alberto Senante   
Domingo, 15 de Febrero de 2015 07:34

Hace ya un año de la muerte de 15 personas inmigrantes, tras los disparos de la Guardia Civil española de pelotas de goma y gas lacrimógeno, mientras nadaban hacia la playa española de El Tarajal, Ceuta, y todavía no se ha pronunciado la justicia española.

En la valla de Melilla continúan las deportaciones ilegales realizadas por la Guardia Civil por órdenes del Gobierno español, a pesar de la violación de los Derechos Humanos y leyes nacionales, europeas e internacionales denunciada por centenares de organizaciones e instituciones.

 

Imputados 16 guardias civiles por las 15 muertes de inmigrantes en Ceuta

En el auto, adelantado por Nicolás Castellano en la Cadena SER, la jueza juzgado de instrucción número 6 de Ceuta alude al Artículo 118 de la ley de enjuiciamiento criminal, es decir, entiende que hay indicios de algún tipo de responsabilidad de los agentes como presuntos responsables de los hechos ocurridos, recordemos la muerte de 15 inmigrantes cuando trataban de entrar a nado a la ciudad de Ceuta. Más

Lo sucedido hace un año en la playa ceutí muestra cómo la política de fronteras pone en riesgo a vida de las personas que tratan de alcanzar el sur de Europa.

El Gobierno español ha introducido enmiendas a la Ley de Seguridad Ciudadana con el fin de dar cobertura legal a las 'devoluciones en caliente'.

Hace un año al menos 15 personas murieron a pocos metros de llegar a la playa de El Tarajal, la orilla española más cercana a la frontera entre Marruecos y Ceuta. Sabemos mucho de lo sucedido aquella mañana, gracias a varios vídeos de la Guardia Civil y al testimonio de algunos de los supervivientes de aquel intento de entrar en España. Pero por ahora la del Tarajal es una historia de números, en la que no se conocen los nombres de sus protagonistas.

Se sabe, por ejemplo, que alrededor de 200 fueron las personas que intentaron entrar en España ese día al amanecer. De ellas, unas 90 alcanzaron las aguas que bañan la zona fronteriza. La causa de las 15 muertes confirmadas fue por ahogamiento, y 23 personas fueron devueltas a Marruecos tras ser interceptados por agentes españoles.

La escena es el mejor ejemplo de las actuales directrices del gobierno español: que no entren. A cualquier precio.

Después de que el ministro del Interior lo negara, categóricamente y repetidas veces, el secretario de Estado de Seguridad, Francisco Martínez reconoció en su comparencia en el Congreso que se disparó "material antidisturbios" para detener a los inmigrantes. También en esta ocasión conocemos mejor los números que los nombres. Agentes de la Guardia Civil lanzaron un total de 145 pelotas de goma y usaron 5 botes de humo. Sin embargo, sigue sin saberse quien dio la orden de disparar hacia un grupo de 90 personas que se amontonaban en el agua, asediadas además por una patrullera marroquí.

El segundo de Fernández Díaz destacó que ninguno de los inmigrantes que llegaron a la orilla presentó heridas y que solo se les disparó mientras estaban en aguas marroquíes. Pero ¿por qué no se rescató a las personas que se ahogaban? El ministerio del Interior alegó que no podían entrar en aguas extranjeras. La línea fronteriza no permitió pasar a los posibles rescatadores, pero sí a las pelotas de goma. Quince personas pagaron con su vida esta diferencia de criterio. La escena es el mejor ejemplo de las actuales directrices del gobierno español: que no entren. A cualquier precio.

¿Quiénes eran las personas que murieron aquella mañana? Aunque se cree conocer la identidad de seis de los fallecidos, solo uno fue identificado oficialmente. Y ya parece imposible que puedan saberse. Una vez más, tenemos el número, faltan los nombres.

Todo indica que nos quedaremos sin saber los nombres de los fallecidos a la orilla de El Tarajal, y también los de sus responsables.

Según las imágenes y los testimonios, la mayoría eran hombres jóvenes provenientes de países subsaharianos. Así que podemos adivinar que encontraron la muerte en la última etapa de un camino de meses, o años. Quizás escapaban de un conflicto, puede que otros quisieran reunirse con algún familiar en Europa, o sencillamente huían del hambre.

Alguno de esos 15 hombres fallecidos, o de los 23 que fueron devueltos tras llegar a la orilla, tal vez fue perseguido en su país por sus ideas políticas, o por su etnia, o por su sexualidad. Lo que le hubiera convertido en refugiado y habría obligado a España (según sus propias leyes), a concederle ese estatuto. Pero eso ya no lo sabremos. En la frontera de Ceuta y Melilla se ha instaurado la norma de primero devuelvo (y en este caso, disparo), y así nunca pregunto.

Una tragedia 'ejemplar'

Lo sucedido el 6 de febrero de 2014 en El Tarajal muestra cómo la política de fronteras española y europea empuja a miles de personas a tomar cada vez más riesgos para cumplir su sueño de mejorar sus vidas, o simplemente de sobrevivir. Se calcula que desde el año 2000 han muerto 22 mil personas tratando de llegar a algún país del sur de Europa. Una cifra que compite, dramáticamente, con la que provocan muchos de los conflictos bélicos que tienen lugar hoy día en el mundo.

Ha pasado un año de esta tragedia 'ejemplar', pero nada ha cambiado en la política de fronteras y apenas sabemos algo más de lo que conocimos en los días posteriores al 6 de febrero. La justicia parece haber ralentizado todo lo posible la investigación y el caso se ha convertido en una patata caliente entre los juzgados de Ceuta y la Audiencia Nacional. Todo indica que nos quedaremos sin saber los nombres de los fallecidos a la orilla de El Tarajal, y también los de sus responsables.

Bueno, algo sí ha cambiado durante este año. A peor. A través de la ley de Seguridad Ciudadana, el gobierno pretende introducir un cambio en la Ley de Extranjería que permitirá las devoluciones automáticas y colectivas, de las personas que crucen las fronteras de Ceuta y Melilla. Es decir, se pretende dar apariencia de legalidad a las devoluciones en caliente, un acto contrario a las normas internacionales que España se ha comprometido a respetar. En los próximos días, la enmienda se discutirá en el Senado.

Ninguna ley podrá, por sí sola, detener el drama humanitario de la frontera sur de Europa. Pero desde luego solo respetando la normas del derecho internacional en el trato a migrantes y refugiados evitaremos provocar nuevas tragedias sin nombre en nuestras orillas. Como la ocurrida en la playa de El Tarajal hace ahora un año.

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Periodismo Humano