La España revolucionaria PDF Imprimir E-mail
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Escrito por Arturo Ferrín / UCR   
Miércoles, 25 de Mayo de 2011 00:00

La España Revolucionaria de Karl MarxJorge del Palacio Martín (Universidad Autónoma de Madrid) ha recopilado en un librito titulado "La España revolucionaria" (Alianza Editorial, 2.009), nueve artículos periodísticos publicados por Carlos Marx, en el New York Daily Tribune, a mediados del siglo XIX.

A pesar de que su objeto era la revolución liberal en España así como las características del movimiento que luchó contra la invasión napoleónica de 1.808, yo observo alguna similitud con lo que está sucediendo ahora: La invasión de este país por "los Mercados" y la respuesta de sus clases sociales.

 

En relación con la elección de las Juntas provinciales, un párrafo del artículo publicado por Marx en Septiembre de 1.854 puede ser muy significativo.

"Las Juntas fueron elegidas por sufragio universal ; pero el celo de las clases bajas se manifestó en la obediencia. Generalmente elegían sólo a sus superiores naturales: nobles y personas de calidad de la provincia, respaldados por el clero, y rara vez a personalidades de la clase media. El pueblo era tan consciente de su debilidad que limitaba su iniciativa a obligar a las clases altas a resistir al invasor sin pretender participar en la dirección de esta resistencia. En Sevilla, por ejemplo, el pueblo se preocupó, ante todo, de que el clero parroquial y los superiores de los conventos se reunieran para la elección de la Junta. Así, las Juntas se vieron llenas de gentes elegidas en virtud de la posición que antes ocupaban y muy distantes de ser jefes revolucionarios. Por otra parte, al detener su elección en estas autoridades, el pueblo no pensó en limitar sus atribuciones ni en fijar término a su gestión. Naturalmente, las Juntas sólo se preocuparon de ampliar las unas y de perpetuar la otra. Y así, estas primeras creaciones del impulso popular, surgidas en los comienzos mismos de la revolución, siguieron siendo durante todo su curso otros tantos diques de contención de la corriente revolucionaria cuando ésta amenazaba desbordarse".

 

Y respecto a la reunión de Cortes en Cádiz, dice Marx en otro artículo publicado en el Octubre siguiente:

 

" En la época de las Cortes, España se encontró dividida en dos partes. En la Isla de León, ideas sin acción; en el resto de España, acción sin ideas. En la época de la Junta Central, por el contrario, se necesitaron una debilidad, una incapacidad y una mala voluntad singulares por parte del Gobierno supremo para trazar una línea divisoria entre la Guerra de Independencia y la revolución española. Por consiguiente, las Cortes fracasaron, no como afirman los autores franceses e ingleses porque fueran revolucionarias, sino porque sus predecesores habían sido reaccionarios y habían dejado pasar el momento oportuno para la acción revolucionaria. Los autores españoles modernos, ofendidos por las críticas anglofrancesas, se han mostrado, sin embargo, incapaces de refutarlas y se ofenden hasta ahora de la chanza del abate de Pradt: El pueblo español se asemeja a la mujer de Sganarelle, la cual quería que la apaleasen."

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KARL MARX: LA ESPAÑA REVOLUCIONARIA. Alianza (Madrid), 2009, 192 páginas.