Alberto San Juan: “Me disgusta profundamente la monarquía” PDF Imprimir E-mail
Cultura - Cultura / Cine
Escrito por Iván Reguera   
Martes, 27 de Noviembre de 2018 05:26

El rey, protagonizada por San Juan, Willy Toledo y Luis Bermejo, es una película de trinchera. Y lo que se dice en ella es una bomba. El Rey se pregunta si Juan Carlos cobró millones por parte de un fondo de inversión kuwaití por promover la participación de España en la Primera Guerra del Golfo, si recibe una comisión por cada barril de petróleo saudí que cobra el Estado español incluso antes de haber sido coronado rey, si contribuyó a que las 500 familias más poderosas durante el franquismo continúen siendo básicamente las 500 familias más poderosas del país y si es la clave de bóveda de un sistema de saqueo de los presupuesto públicos en beneficio de las principales empresas privadas españolas. Casi nada. Hablamos con Alberto San Juan.

— Has codirigido El rey con Valentín Álvarez, que tiene experiencia en grabar teatro en televisión (Teatro breveTeatro estudio Estudio 1). ¿Cómo os habéis repartido las tareas de dirección?

— El Rey no es teatro filmado, es una película. Nada que ver con un Estudio 1. Valentín mandó en la cámara y en la luz. Durante el rodaje, yo sólo me ocupé de los actores. Juntos hicimos el montaje de imágenes y yo dirigí el de sonido.

— Rodasteis durante una semana en el Teatro del Barrio. ¿Cómo fue el rodaje?

— Una carrera de velocidad. Con muchas risas y algunos gritos. Fue posible hacerlo tan rápido porque los actores veníamos muy ensayados y Valentín es un profesional con una enorme capacidad.

— Con micromecenazgo lograste 1.200 aportaciones. ¿Cuanto ha costado la película?

— Uf, es difícil saberlo aún. Sigue costando, todo cuesta. Creo que no llegará a los 50.000 euros.

— ¿El Rey es teatro de urgencia convertido en cine de urgencia?

— Urgente es exhumar a los más de cien mil desaparecidos del franquismo que siguen enterrados en fosas comunes. Urgente es recuperar el derecho a decidir la forma de Estado, cosa que se negó al pueblo español en la transición de la dictadura a la democracia. Urgente es enfrentarse al poder criminal de la gran banca y las mayores empresas privadas en España. En la medida en que trabajos como El Rey puedan contribuir a los debates sobre esas cuestiones, pues fantástico.

— El 20 de noviembre El Rey se proyectó en el Parlamento Europeo. Hay un cine necesario que no está pensado solo para su estreno en salas, sino para que visite centros culturales, parlamentos, aulas… Pienso en las actuales Carmen y Lola El silencio de otros. ¿Lo ves así?

— Totalmente. Creo que lo importante es contarnos historias que nos sirvan, da igual dónde se haga. Me encanta sacar las expresiones artísticas fuera de su ámbito habitual. El teatro fuera de los teatros, el cine fuera de los cines… Aunque amo los teatros y los cines también.

— Bermejo y Toledo están inmensos. ¿Siempre pensaste en ellos para protagonizar la adaptación de la obra al cine?

— En un principio pensé que lo ideal era que cada actor interpretara un sólo personaje, era inviable por problemas de organización. Ahora pienso que está bien como está.

— ¿Te hubiese gustado tener (mucho) dinero para hacer El Rey como una película con sus flashbacks y su recreación de época? Pienso en ese colegio de aristócratas, esas academias militares, esas cacerías, la muerte de Alfonso…

— No. Me hubiera gustado tener un poco más de dinero para haber tenido dos semanas de rodaje en vez de una y para que todo el mundo hubiese podido cobrar. Pero hubiera mantenido la apuesta formal.

— “Juan Carlos nunca será rey mientras yo viva”. Recordáis que el emérito traicionó a su propio padre al hacerse con un trono que todavía no le pertenecía por sucesión.

— Sí. Y luego su hijo ha ocupado su trono porque a él le han echado. Y su abuelo tuvo que salir por patas el 14 de abril del 31. Y su tatarabuela lo mismo en el 68… No sé por qué tarda tanto esta familia en captar el mensaje.

— El Rey es una obra tenebrosa (con sus fantasmas shakesperianos) pero llena de toques de humor muy buenos. ¿Cómo estructuras todo eso? Has dicho que habéis “quitado cachondeo”.

— Respecto del montaje teatral en que se basa la película, hemos quitado bastante cachondeo, para disgusto de Willy que quería mantenerlo. Algo queda, muy poquito.

— Aunque no te guste el personaje del monarca, está bien dibujado. Al rey también hay que entenderlo con todo lo que arrastra de nacimiento, su sangre, su pasado…

— Yo no he dicho que Juan Carlos me disguste. Me disgusta profundamente la monarquía.

— No le veo a Leonor con el mismo peso. ¿Crees que vas a vivir el fin de la monarquía en España?

— Atiendo a lo que dicen los expertos. Jaime Peñafiel no le da a la monarquía española más de seis u ocho años.

— También hay mucho de ensayo dentro de la película. Ferlosio hablando del “Discurso del miedo” de Truman o del miedo para acabar con los sueños de la calle.

— Ferlosio es el personaje a través del cual me permito opinar un poquito, con discreción y con mucho respeto y admiración por ese inmenso ser humano.

— No tienes problemas en sugerir que Kissinger tiene que ver en la muerte de Carrero.

— Todos los datos o indicios que aparecen en la película han sido previamente publicados en distintas investigaciones. Sobre Kissinger y su papel en el asesinato de Carrero Blanco lo ha hecho Pilar Urbano, entre otras.

— Adolfo Suárez: “Sin monarquía no hay democracia”. ¿Uno de los amaños de la Transición?

— En mi humilde opinión -muy humilde, pero al menos mía, no prestada- Juan Carlos simboliza un consenso institucional que, lejos de traer la democracia, puso límites muy estrechos a las profundas aspiraciones democráticas que contenía la movilización popular antifranquista que se desarrolló de forma sostenida, con sus bajos y sus altos, desde finales de los cincuenta a finales de los sesenta.

— Franco no se ha ido, sigue habiendo una ultraderecha muy ruidosa. Ahí está todo el lío con el Valle de los Caídos y el caso Dani Mateo, del que no te ha gustado su disculpa y la del programa.

— Corrijo: me ha dado pena que la cadena obligue al programa a disculparse. No he opinado de la disculpa de Dani Mateo. No tengo nada que criticarle, todo lo contrario, me solidarizo plenamente con él, que es un gran cómico. Y, efectivamente, la ultraderecha nunca se fue.

— Sobre el 23-F, te refieres, interpretando a Martín Villa, al “gran shock”. Intuyo que crees que no nos han contado la verdad. Interpretando a Suárez dices que Armada montó el golpe con el conocimiento de Felipe y del rey.

— Una vez más, lo dice Pilar Urbano. Y muchos y muchas otras. En un libro de conversaciones titulado El futuro no es lo que era, Juan Luis Cebrián le dice a Felipe González: “Algún día habrá que hablar de la trama civil del 23-F, ¿no?”. Las reuniones de Enrique Múgica con el general Armada, previas al 23 de febrero del 81, para hablar de una moción de censura que sacara a Suárez del gobierno son algo ampliamente documentado.

— En la entrevista de Jesús Hermida (Toledo) pregunta si Juan Carlos cobró comisiones millonarias, si contribuyó a que las familias más poderosas del franquismo continúen siéndolo y si es la clave de bóveda de un sistema de saqueo en beneficio de grandes empresas muy conocidas. ¿Nadie os ha demandado nunca por la obra o la peli?

— De momento, no.

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