El aprendizaje de hacerse. PDF Imprimir E-mail
Cultura - Libros / Literatura
Escrito por Ramón Pedregal Casanova. /UCR   
Viernes, 22 de Noviembre de 2013 00:00

Si la novela de formación se elabora desde la vivencia más profunda hasta resultar trascendente, debemos pensar que la conformación de la obra como articulación en busca de efectos no va a ser lo fundamental. Esa vivencia se hace reflexiva y busca orilla que pisar, conclusiones.

La observación de aquello que resulta experiencia y la extracción del pensamiento se suman en la obra del escritor que se adentra en el viaje emprendido para hacerse a si mismo. El viaje expuesto tendrá un significado y su escritura resultará autobiográfica.

 

Hay en este tipo de novela un deseo que se sitúa fuera de lo común, de la costumbre, es una búsqueda de tintes idealistas que tiene que ver con el querer saber sin el paso tradicional: los cambios que produce la acción del protagonista son los que van modificando su conciencia. Pero la novela de formación no tiene por qué terminar obteniendo una idea alentadora de aquella experiencia, la solución vendrá de la lucha contra el conformismo, en la superación del fracaso que espera en cada acto, la solución va a estar en cómo se salga de lo imprevisible que niega y se esconde siempre acechante.

Entrada la segunda mitad del siglo XVIII una novela que aún no reúne todos los elementos que definen este modo narrativo, marca el camino a seguir: “Agathon”, de Wieland; y acabando el XVIII sale a la luz “Los años de aprendizaje de Wilhelm Meister”, que es la novela reconocida como iniciadora de ese camino a recorrer, la educación a través de experiencia y su profundidad en cada persona. Goethe, Novalis, Tomas Mann, Kafka, Mussil, Hess, …, la lista se haría larguísima, han trabajado este tipo de novela. Entre los españoles siempre se pone el ejemplo de Pio Baroja con su “El árbol de la ciencia”, más próximo a nuestros días recuerdo ahora “Ángeles del abismo”, de Jesús Ferrero; y en el tiempo inmediato encuentro “Ogro sapiens”, de Arturo Caprara, que ha resultado finalista del 10 Premio de Novela para Jóvenes Escritores.

Arturo Caprara comienza el libro de su descubrimiento del mundo mostrándonos dos escritos antagónicos en su sentido, dos caminos entre los que elegir como actitudes ante lo que tenemos que resolver. El primero es un párrafo de Ernesto Sábato que habla sobre el “ ” del escritor, una falsa recomendación para quienes quieran adentrarse en el oficio, puede que a Sábato le guste clavetearse manos y pies, pero eso no le hace mejor escritor; podía poner mil ejemplos de profesiones que sí son sacrificadas y no son elegidas por quien las tiene que ejercer; pero Sábato es un negativista, quizás porque su relación con su entorno político le llevó a ser reaccionario, de ahí que pretenda en su escrito mostrarse equidistante de los comunistas y los que llama “los poderosos”, no puede ponerles su verdadero nombre. Y aseverando ser juez imparcial como dice debe ser la labor del escritor, se ensalza ante la historia como “defensor de la condición humana”.¿Excesivo?. Sábato se dice al margen para atribuirse la condición de juez, ¡qué barbaridad!. La distancia con las partes encubre la inacción en favor de los que el denomina “los poderosos”.

Me interesa mucho más el párrafo que Arturo Caprara ha elegido de Eduardo Galeano: “Celebración de la subjetividad”, donde sí aparece el compromiso, la implicación personal en el aprendizaje de la vida: “ … N o te preocupes -me dijo-. Así debe ser. Los que hacen de la objetividad una religión, mienten. Ellos no quieren ser objetivos, mentira: quieren ser objetos, para salvarse del dolor humano.”

Las dos actitudes entre las que hay que escoger para el aprendizaje en la vida. Arturo Caprara está inmerso en la búsqueda y en los conflictos que conlleva; parte de una acción que modificará su espíritu. Viajes para encontrar algo satisfactorio, trabajos precarios y miserables, caseros avaros, novias que eligen caminos diferentes, estado de desproteción que obligan a dar pasos tanto equivocados como acertados, ayuda mutua, soledad, fortalecimiento personal, decisión propia de ser escritor, pero no para emitir juicios por encima del bien y del mal, ... Se enfrenta a las situaciones que se va encontrando y presenta la visión del momento en que vivimos como un conflicto de intereses. Su escritura participa de esa rebelión contra las tradiciones, haciendo que ésta entrega de lectura sea doblemente beneficiosa para quien lee.

 

Título: Ogro Sapiens.

Autor: Arturo Caprara.

Editorial: Erasmus. Pensamiento del presente.  

Ramón Pedregal Casanova es autor de “Dietario de crisis”, puedes bajártelo de Libros libres, en rebelion.org; y es autor de “Siete Novelas de la Memoria Histórica. Posfacios”, edita Fundación Domingo Malagón.