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Los terroristas del 17-18 de Julio, su labor y sucesión hoy. |
Cultura - Libros / Literatura |
Escrito por Ramón Pedregal Casanova / UCR |
Domingo, 17 de Julio de 2011 09:53 |
Un libro como “La obra del miedo”, de Gutmaro Gómez Bravo, y Jorge Marco, solo tiene un camino: su llegada al mayor número posible de lectores, la difusión generalizada haciéndose partícipes de ello ustedes mismos, y pasando a formar parte como otros tantos libros necesarios como bibliografía y texto de estudio de Se abre el libro con un primer dato que es muestra escalofriante, y aun así pequeña, de lo que va a sacar a la luz con posterioridad: en 1938, Franco, tras negarse a todo posible acuerdo de paz con el gobierno democrático, declara que ya tienen fichadas a 2.000.000 millones (dos millones) de personas para castigar. En 1944, los responsables fascistas del denominado “Servicio de Recuperación de Documentos” cuentan con 3.000.000 millones (tres millones) de personas fichadas; son las fichas que les sirvieron para las farsas que llamaban “juicios” militares y del “Tribunal de Masonería y Comunismo”. Y en esa cifra no se contaban las personas fichadas por los “Servicios de Información y Policía Militar” (SIMP), ni por las delegaciones de “Información y Vigilancia de Falange”, ni por Con la violencia de los golpistas la realidad del pueblo trabajador se vio trastocada desde el primer momento, durante y después de la guerra. Los militares dispusieron de listas y fichas con las que encarcelaban y fusilaban en su acción terrorista contra la democracia; tomaban ciudades y pueblos y dejaban miles de republicanos asesinados a su paso. Los asesinos seguían las indicaciones de Franco: “En una guerra civil, es preferible una ocupación sistemática del territorio, acompañada por una limpieza necesaria, a una rápida derrota de los Ejércitos enemigos que deje al país infectado de adversarios”. Estos actos, calificados hoy como genocidio, crímenes de Lesa Humanidad, contaban con la animación y la participación de Señalada la primera parte del golpe, los dirigentes fascistas indicaron que la segunda parte debía conllevar el exterminio político y cultural de los republicanos para terminar con la identidad colectiva de la clase trabajadora, a esa segunda fase del genocidio seguiría, mediante la tortura, la cárcel, y el aislamiento, la recuperación religiosa de los que denominaban “confundidos” o “débiles”. Junto a toda esta planificación, conforme el territorio iba siendo ocupado y para la generalización del terror, incorporaban a la población civil en la práctica de sus crímenes y mediante la denuncia anónima, de esta manera, por un lado, trataban de impedir todo atisbo de reconocimiento entre los iguales, y por otro, buscaban disolver en el pueblo su propia deshumanización, núcleo de su poder. Los autores de “La obra del miedo” aportan, entre otros, los documentos que repartían entre los porteros de cada casa de vecinos y entre personas escogidas para que rellenasen con la acusación sobre quiénes conocían como participantes a favor de Frente a la tesis de algunos historiadores de que el golpe militar desató a grupos de “incontrolados” fascistas, los autores, con una aportación de datos abrumadora, vienen a probar que la violencia estaba programada en diversas fases y fue siempre dirigida y organizada. Tras el verticalismo del ejército, venían organizaciones paramilitares fascistas compuestas de señoritos y lacayos, creadas en ciudades y pueblos para dar el segundo golpe tras haber asesinado a los republicanos más visibles y haber dejado en la mayor indefensión al conjunto del pueblo, y se enumeran algunas bandas paramilitares que sembraban el terror: Además de todo esto, desde Abril de Hay que añadir el que entre 1939 y 1944 la cifra de muertos por enfermedades y hambre alcanzan, hasta donde se ha podido conocer, 150.000 presos, sin contar los suicidios; otro de los daños al pueblo trabajador fue el causado a las familias trabajadoras, entre estas se extendía la mortalidad infantil, la tuberculosis, el tifus, el paludismo, la sífilis, causando innumerables muertes. La conducción de los presos al catolicismo estuvo a cargo de En 1944 sacan un Código Penal (año en el que inauguran la cárcel de Carabanchel, la mayor cárcel del fascismo), y en ese Código Penal siguen considerando a los presos republicanos como seres inferiores. Solo en el texto de 1948, como consecuencia de la salida de la segunda Guerra Mundial, mencionan la condición humana de los presos, aunque seguían negando su posible vuelta a la sociedad. En “La obra del miedo”, de Gutmaro Gómez Bravo, y Jorge Marco, se observa documentadamente como formaron su Estado los fascistas, hasta el 80% eran puestos que ocuparon fascistas participantes en la guerra, y el 20% restante quedaron para adeptos reconocidos, y como una de las partes importantes de ese Estado instituyeron los “Juzgados”, además del Juzgado Militar Especial, del Juzgado Militar Especial de Funcionarios..., los “Juzgados”, donde llevaban a cabo su farsa fascista, los extendieron por todo el territorio, pueblos y ciudades, para dar alguna cobertura a la labor de exterminio de los defensores de la legalidad democrática; en Madrid, por ejemplo, cada distrito tenía su propio “juzgado”, algo que habían hecho desde el primer día en las ciudades ocupadas nada más comenzar el golpe, y continuaron después de la guerra. Pero durante la guerra los fascistas españoles inspiraron a los nazis, lo que ustedes saben de los nazis, los nazis lo copiaron de los fascistas españoles, su trato en las prisiones y campos de concentración, el hambre, los castigos, la propagación de las enfermedades… Es poco conocido el caso de los pueblos creados por los asentamientos de las familias de los presos republicanos en las proximidades de los centros y campos de esclavitud de los Batallones de Trabajadores. Sobre este particular, los autores del libro hacen referencia a la labor de investigación realizada por José Luis Gutiérrez Molina sobre las empresas que los fascistas crearon a costa de la mano de obra esclava, además de otras empresas ya existentes que también explotaban a los presos enriqueciéndose, empresas que forman parte del grupo de las más importantes hoy en día de todo el Estado, otras han cambiado de nombre, y otras se han unido entre sí, destacan: Dragados y Construcciones, Banús, A. Marroquín, San Román, Huarte, Hermanos Nicolás Gómez, Construcciones ABC, Bacbock-Wilcox, Carbones Asturianos, Constructora Naval, Industrias Egaña, Cementos Porland-Ibérica, Cementos Asland, Metro Madrid, Elizarran, … Ni el Estado ni los empresarios fascistas han tenido que pagar por sus delitos, cuando en todo el mundo, y en el caso de los trabajadores esclavos tanto en Alemania como en Japón debieron cumplir con penalizaciones económicas dictadas por los Tribunales. Para dar fe de su carácter fascista nada más ganar la guerra, el 6 de Junio de 1939 varios generales golpistas visitan a Hitler, van darle las gracias por la ayuda nazi; ese mismo día miles de fascistas legionarios españoles desfilan ante el rey Víctor Manuel III en Roma, y al día siguiente son recibidos por Mussolini, y el 11 de Junio 3.300 legionarios encabezados por Serrano Suñer, ministro de Franco, son recibidos por el capo de Hasta aquí una pequeña muestra del tesoro histórico para la memoria democrática que guarda el libro. Léanlo, difúndanlo, coméntenlo, su contribución será siempre reconocida como una ayuda inestimable a Título: La obra del miedo. Autores: Gutmaro Gómez Bravo, y, Jorge Marco. Prólogo: Julio Aróstegui. Editorial: Península. PD. Martes 19 de Julio a las 19,30 Mitin en el Ateneo de Madrid por la resistencia del Pueblo Español en defensa de Ramón Pedregal Casanova es autor de “Siete Novelas de
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