Entrevista a Rafael Reig, premio Tusquets por su novela 'Todo está perdonado'. PDF Imprimir E-mail
Cultura - Libros / Literatura
Escrito por Clara Hernández / 20 minutos   
Jueves, 17 de Marzo de 2011 00:00

Rafael Reig: "Por si la Transición no interesaba, he metido en mi novela mucho fútbol y sexo"
 
 Rafael Reig escritor y colaborador mordaz en varios medios de comunicación -entre ellos 20 minutos, donde en 2004 publicó, por entregas, la desternillante obra Hazañas del capitán Carpeto- Rafael Reig acaba de ser galardonado con el Premio Tusquets por su novela Todo está perdonado. Aunque él, admite, no perdona nada. 

 

Todo está perdonado de Rafael Reig. Premio Tusquets de novela 2011¿Por qué una novela ambientada en la Transición?
La idea nació de mi propia necesidad de explicarme dónde estamos a través de desentrañar el pasado, y de no creerme lo que nos han contado sobre la Transición quienes la han protagonizado. Ellos no recuerdan nada, ¡qué van a recordar los de la camisa azul, los falangistas! En cuanto a los de la burguesía de izquierdas, aprovecharon ese periodo para apoderarse del poder y siguen ahí apoltronados desde hace 40 años.

Entonces, todos mienten...
No digo que hubiera mentiras, sino elipsis de la verdad y una versión oficial que ha prevalecido y que de un tiempo a esta parte se me antojaba cada vez más resbaladiza. Sólo hay que ver cómo está Baltasar Garzón por investigar los crímenes del franquismo, que entra en conflicto con la ley de Amnistía. Esa ley decía "vamos a perdonar y olvidar".

¿No es usted partidario del perdón?
Yo no perdono casi nada y no hay que olvidar. En el terreno personal, sí, pero en el histórico no se puede mirar para otro lado y hacer borrón y cuenta nueva. España es un país extravagante en este sentido: la viuda del dictador vivía cerca de mi casa sin que nadie la molestara y los ministros del franquismo, como Fraga, son respetados. Insólito.

Si los protagonistas contaron una versión poco fidedigna de lo que ocurrió, ¿dónde encontró datos fiables?
Esa época está muy documentada en la prensa. Consulté las hemerotecas y los archivos de televisión. También me basé en mis recuerdos y hablé con personas que vivieron con intensidad aquellos tiempos, aunque no me creo mucho los testimonios personales: los que se encuentran dentro de la historia por lo general no se enteran de nada, pierden perspectiva. Todo se ve mejor desde fuera. Es como el que cuenta por Facebook la situación que está viviendo en ese momento desde Libia. ¡Seguramente yo esté mejor informado que él de lo que ocurre en su país a través de los periódicos! Para apreciar bien un cuadro, hay que tomar distancia. Hoy se tiende a sobrevalorar el testimonio personal.

¿Qué es, de todo lo que descubrió durante su investigación, lo que más le sorprendió?
Las semejanzas que hay entre la Restauración borbónica de 1874 con Alfonso XII y la de un siglo después, con Juan Carlos I. Entre otras cosas, los Borbones siempre han aguantado en el poder o han sido repuestos gracias a dictadores. Pasó en uno y otro caso. Históricamente, además, los Borbones son célebres porque siempre han salido por piernas cuando ha habido algún peligro.

¿Cree que los lectores siguen interesados en la Transición?
Yo creo que sí, pero por si acaso le he puesto a la novela mucho fútbol y mucho sexo (risas). He dedicado varias líneas a las escenas de cama y el fútbol es protagonista, de hecho la novela arranca con la Eurocopa de 2008. Para ello, tuve que documentarme porque no sé gran cosa sobre este deporte, ¡mis amigos se ríen de mí porque nunca he visto un partido! Además, el libro es una obra policíaca-sociológica. Tengo la esperanza de que esto último interese. Por si acaso, doy también los otros ingredientes que he citado.

 En la sección de cartas que mantenía en el diario Público arremetía contra instituciones, ideologías y lectores. ¿A través del humor se disculpa todo mejor?

Sí, el humor permite a ponerse en los zapatos de otros y comprender las situaciones. Pemán, el escritor cursi franquista, decía que había que ser firme en pocas cosas y poder reírse de todo lo demás. Estoy de acuerdo, no hay nada sagrado: uno se puede reír de la religión –por supuesto-, de la condición femenina, de los hombres de 45 años que no encontramos trabajo... es sanísimo. Luego tenía respuestas: la sección tenía vinculada un blog en el que los usuarios podían expresar su opinión. ¡Y vaya si lo hacían! Pero lo entendía como parte del trato: yo decía lo que pensaba y aceptaba que los demás hicieran lo mismo. Quería generar discusión.

Por sus críticas, se diría que usted no se casa con nadie.
Me caso con muy pocas cosas. Ideológicamente me definiría como marxista revolucionario.

Mantiene un blog desde hace tiempo, ¿cuándo planea desembarcar en las redes sociales?
Me podéis encontrar en cuatro o cinco donde estoy todos los días: en los bares, que son otro tipo de redes sociales. ¡Donde esté el chato de vino, que se quite el chateo! Prefiero salir a la calle a mirar el mundo que verlo a través de una pantalla.

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Biografía
Rafael Reig nació en Cangas de Onís (Asturias) en 1963. Estudió Filosofía y Letras en la Universidad Autónoma. Actualmente es profesor de la escuela de creación literaria Hotel Kafka y colabora en varios medios, tanto en papel como digitales. Su novela Sangre a Borbotones (2002), recibió el Premio Crítica de Asturias. Además ha publicado varias obras, entre ellas Hazañas del capitán Carpeto, que fue publicada por entregas en 2004 en el diario 20 minutos.

Fuente: http://www.20minutos.es/noticia/989995/0/rafael/reig/fusquets/