Presentación ante la Audiencia Nacional. Desarrollo de los acontecimientos PDF Imprimir E-mail
Derechos y Libertades - Libertad de Expresión
Escrito por Amadeo Martínez Inglés / UCR   
Jueves, 14 de Febrero de 2013 04:36

 Como estaba previsto, esta mañana sobre las 11,05 horas me he presentado en el Juzgado Central de lo Penal de la Audiencia Nacional. Y también, como yo mismo intuí hace escasos días y puse en conocimiento de todos vosotros, amigos, compañeros y ciudadanos en general a través de una nota de prensa, he podido constatar la artera maniobra que ese alto tribunal especial de genes franquistas había montado en secreto para desactivar la concentración que, en apoyo a mi persona y en rechazo a las prácticas dictatoriales del Gobierno del Partido Popular, habían convocado diversas asociaciones republicanas y de defensa de los derechos humanos.

 

No les ha servido de nada porque un numerosísimo grupo de personas con banderas republicanas y pancartas, mantenidas, eso sí, a distancia de la puerta de la Audiencia Nacional por decenas de policías, me recibieron con todo el calor y la alegría del mundo.

Presentado en la Secretaría del Juzgado que me había citado, dos funcionarias de mismo (la Secretaria Judicial y el “Juez juzgador” ni estaban ni se les esperaba) me comunicaron que la vista oral no se iba a celebrar, como indicaba la correspondiente cédula de citación, en las dependencias de la calle Prim de Madrid sino en otras, parece ser eventuales, que la AN tiene en la calle Goya, también de la capital de España. Decisión ésta que, según ellas, fue comunicada al que esto escribe mediante un fantasmal telegrama, sin firma alguna por supuesto.

Ante este galimatías interesado de la propia Audiencia Nacional, fétido organismo del, asimismo, maloliente y corrupto Estado de las Autonomías, a la que le crecen los enanos y le menguan los medios cada día que pasa y que evidencia un descontrol y una mala praxis rayana ya en la incompetencia más absoluta, y ante las informaciones que obraban en mi poder que me alertaban de que lo que lo único que perseguían con mi presencia era ejecutar un simulacro de juicio o un paripé jurídico/político en el que no me iban a dejar hablar ni para defenderme (no acusaron recibo de mi petición de autodefensa ni de la solicitud de testigos) ni, mucho menos, para demostrar que lo vertido en mi artículo no eran para nada calumnias o injurias al rey sino verdades como puños, objetivas y verificables… decidí presentar en dicha secretaría la declaración escrita que adjunto para conocimiento de los lectores. No fue aceptada por las funcionarias sin identificar que me atendían, por lo que abandoné las instalaciones de la AN sin pasar, por supuesto, por la calle Goya.

 

 

La noticia en la Prensa